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“El curso que viene vamos a introducir la materia de Terrorismo en España en la ESO o Bachillerato”

Martín Zabalza, director general de Paz y Convivencia

Amaia Otazu

Martín Zabalza Arregui (1962) es el director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos del Gobierno de Navarra desde agosto de este año. Es miembro de AFFNA 36, la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra, y gran parte de su trayectoria profesional ha estado relacionada con la recuperación de la Memoria Histórica. Atiende a este periódico en su despacho, en cuya mesa ordena la documentación de todos los programas que está llevando a cabo su departamento y que están relacionados con la paz y la convivencia, con la Memoria reciente y con la Memoria histórica.

¿De qué hablamos cuando nos referimos a Memoria histórica?

La Ley Foral de Memoria Histórica, la Ley Foral de Lugares de Memoria, y la Ley del Estado de Memoria Histórica engloban el periodo que va desde el 18 de julio de 1936 hasta diciembre de 1977, que es cuando se aprueba la Constitución española. La Memoria histórica es el periodo delimitado por la aplicación de esas tres normas legales. Cuando hablamos de Memoria histórica se incluye el golpe de Estado, la Guerra Civil y la Dictadura franquista hasta la Transición y la aprobación de la Constitución. Ese periodo está muy ajustado y tiene un trabajo muy complejo, que va desde una labor de reparación con las víctimas de la dictadura y del golpe de Estado del 36, hasta el programa de búsqueda de búsqueda de personas fusiladas entre el 18 de julio y hasta lo que marca la ley.

¿Qué es, por tanto, la Memoria reciente?

Hay veces que se solapan las fechas y los años. La Memoria reciente englobaría desde el periodo de la Transición hasta ahora. Estaríamos hablando de lo que ha significado el terrorismo de ETA en la vida de Navarra durante cuarenta años. Entendemos que el concepto de Historia reciente en Navarra es, básicamente, la violencia de carácter político y terrorista de ETA. Sin embargo, se solapan periodos. No es exactamente desde esta fecha hasta esta otra fecha, sino que tenemos un sentido más amplio de este periodo.

Trabajan de manera distinta con estos términos...

Sí, estos dos conceptos los separamos radicalmente. Es decir, no tienen nada que ver unas víctimas con otras. No utilizamos los mismos métodos ni los mismos programas. Trabajamos en esa línea de separación de víctimas de Memoria reciente o víctimas de Memoria histórica porque no tienen nada que ver y cada una tiene su periodo histórico y su tratamiento específico.

¿Cada una tiene su propia normativa?

Cada una tiene su ley y trabajamos en esos marcos. Las víctimas de ETA tienen su normativa legal, que es la Ley Foral de Víctimas del Terrorismo, y las leyes del Estado relativas a las víctimas del terrorismo. Por su parte, las víctimas del 36 tienen su marco legal específico. Las dos son víctimas, pero son de distintos períodos y de distintas violencias.

Respecto a la transmisión intergeneracional, la dirección general que lidera se había centrado hasta ahora sobre todo en la Memoria histórica. En lo relativo a la Memoria reciente, planteáis un nuevo proyecto. ¿En qué va a consistir?

Ya se venía trabajando en Memoria reciente y no solo en Memoria histórica. Ahora buscamos potenciar la transmisión de valores y de memorias a nuevas generaciones. Por ello, hemos introducido un proyecto que empezamos hace mes y medio, cuando constituimos una mesa de trabajo con la Dirección General de Educación. El curso que viene vamos a introducir la materia de Terrorismo en España en cuarto de la ESO o primero de Bachillerato. Estamos estudiando exactamente cómo introducirla en la asignatura de Geografía e Historia. Es decir, la novedad es que queremos introducir de forma reglada en el sistema educativo de Navarra el estudio del terrorismo para que las nuevas generaciones conozcan lo que pasó, la violencia de ETA, con la idea de deslegitimar la violencia como método para obtener cualquier cosa. Hay algo fundamental y es que nadie puede matar a nadie por ningún motivo. Está absolutamente injustificado, y es lo que queremos transmitir a las nuevas generaciones. Para eso tenemos que hacer una memoria crítica de lo que ha pasado y explicar que en nuestra tierra durante demasiado tiempo hubo una banda terrorista que asesinó o amenazó a personas porque no pensaban como ellos.

Una novedad importante...

El otro día estuve con las asociaciones de víctimas del terrorismo en un acto que organizó Covite en el Planetario de Pamplona. Ahí escuché a un profesor de la Universidad de Deusto decir que en una encuesta que habían hecho en la Universidad del País Vasco, el 50 por ciento de los alumnos consultados no sabían quién era Miguel Ángel Blanco ni qué había pasado con él. Llama la atención que un hecho tan impactante, que supuso un punto de inflexión en la opinión pública, se olvide o que ni siquiera se conozca. Esto nos dice que vamos por el buen camino al introducir en cuarto de la ESO esta historia. Es una historia triste, pero es una memoria crítica en torno al mensaje de convivir entre diferentes, es una idea básica y radical. No podemos vivir lo que hemos vivido en el pasado, y en Navarra durante demasiado tiempo hemos vivido la violencia.

¿Este programa va a incluir alguna medida más?

A esta introducción al Terrorismo le unimos otra acción a la que le llamamos “Víctimas educadoras”. Son víctimas navarras de ETA que acuden a centros escolares públicos y concertados desde la Ribera hasta el norte de Navarra. Queremos recoger toda la pluralidad de centros educativos. Esas víctimas van al centro y dan su testimonio a una clase de chavales y chavalas. Los alumnos ven directamente a una víctima que cuenta su experiencia personal. Este pasado año se ha hecho una experiencia piloto y este curso afrontamos la parte final de esa experiencia. El proyecto se llama Eskutik -“De la mano”-.

Por tanto, además de introducir Terrorismo de España en la asignatura de Geografía e Historia, van a realizar talleres con víctimas.

Por un lado, vamos a introducir este contenido dentro de la asignatura, en los libros de texto. Este es el trabajo que está diseñando la Mesa de Educación con la Dirección General de Paz y Convivencia, pero irá apoyado con esa otra actividad de “víctimas educadoras” que siempre tiene que ser puntual. Lo que hacemos en ese tipo de talleres es transmitir valores de no violencia, de convivencia. Por tanto, serían dos cosas: la introducción en la asignatura de Geografía e Historia del tema del terrorismo; y la presencia en los centros que lo soliciten de víctimas educadoras. La experiencia piloto que hemos tenido hasta ahora está siendo positiva tanto para los alumnos como para los profesores, por eso lo vamos a extender.

Primero vais a hacer la memoria crítica. ¿Con quién vais a contar para hacerla? ¿Qué víctimas se incluyen?

Es el programa específico de víctimas de ETA. En las reuniones que he tenido estos días con todas las asociaciones de víctimas de ETA, les hemos transmitido el programa y el compromiso de que cuando el texto esté realizado, se lo expondremos porque creemos que ellas tienen que participar en ese proyecto. 

Al ser un contenido reglado, se va a introducir en los libros de texto. ¿Se va a hacer directamente en todos los colegios de Navarra o vais a ir poquito a poco, como Skolae, para ir viendo cómo funciona?

Es para todos los centros. 

¿Se han llegado a plantear la posibilidad de que alguno de los presos arrepentidos que ha salido ya o que han estado en la Vía Nanclares pueda participar y explicar qué le llevó a cometer semejantes crímenes?

No. Estamos en un programa específico de víctimas educadoras. Hemos realizado una experiencia piloto que terminará con una experiencia final en este curso que se ha iniciado, y a partir de ahí, se implementará. Pero esa implementación del proyecto es específico y concreto de víctimas educadoras, víctimas de ETA. No contemplamos otro tipo de acciones de ese tipo.

¿Van a formar al profesorado?

Antes de recibir a una víctima educadora en su centro, los profesores realizan un trabajo previo con nosotros. Sobre todo se suele hacer con la tutoría de ese aula. El trabajo previo es fundamental, pero también lo son el trabajo durante y después de la acción. No solo es la presencia física de la víctima, sino el trabajo anterior y posterior que cierra el círculo. Los alumnos realizan un trabajo posteriormente en el que ves el impacto que ha tenido el trabajo en el aula, y lo que ha significado para los alumnos. Es espectacular.

Dentro del acuerdo programático de Gobierno -entre PSN, Podemos Navarra-Ahal Dugu, Geroa Bai e I-E- está ese Plan Estratégico de Convivencia y Derechos Humanos. ¿Pertenecen estas acciones a ese plan? ¿En qué consiste?

No están dentro porque el Plan no existe. Lo vamos a presupuestar ahora, pero lo vamos a desarrollar durante el año que viene, a partir de enero. Dentro del acuerdo programático está el desarrollar ese plan estratégico que suscite el mayor consenso posible y marque las líneas estratégicas a seguir en estas materias. Es decir, no queremos que sea un plan de la dirección general, sino que queremos que sean acciones transversales a todo el Gobierno. También vamos a contar con agentes externos al Gobierno, con asociaciones y con la sociedad civil para implicarles en el Plan estratégico porque una acción de convivencia se puede llevar en infinidad de lugares y acciones diarias. Entonces, esto lo vamos a presupuestar y a diseñar durante el curso que viene, a partir de que se aprueben los presupuestos.

Hablando ya del programa de Escuelas por la Paz y Convivencia, arrancan la cuarta edición, ¿qué valoración realiza?

Para el curso 2019/20, se han inscrito 12 320 alumnos de 66 centros. En total, han pasado ya por este programa 23 500 alumnos de 112 centros educativos. Así que “Escuelas por la Paz y la Convivencia” se está consolidando. Yo creo que es una realidad muy positiva que estos valores de convivencia, de resolución de conflictos, de convivir entre diferentes se estén implementando con herramientas concretas. Ya son miles de alumnos y alumnas que han pasado por este programa. Por lo tanto, la primera idea es de consolidación de esta herramienta, que está al servicio de los centros. Y segundo, los retornos que tenemos tanto de alumnos como de profesores son positivos. Nuestra base es deslegitimar la violencia como elemento de conducta y, al mismo tiempo, introducir el concepto de convivencia. Nos parece que si alguna vez hubo debate, ahora está socialmente asumido que la gente joven tenga acceso a estas herramientas y a estos valores en un mundo tan conflictivo. Creo que estamos introduciendo unas ideas que son positivas socialmente. Los retornos que tenemos también son positivos. O sea, que no hay críticas o planteamientos negativos de la comunidad educativa. Por lo tanto, valoramos muy positivamente el proyecto. 

Además del programa de víctimas de ETA y de “Escuelas por la Paz y la Convivencia”, existe otro programa que es el de “Escuelas con Memoria”.

Las acciones están divididas entre Paz y Convivencia, Memoria histórica y víctimas de ETA. Aunque las víctimas son distintas, los valores que se transmiten, como el de la 'no violencia', son comunes. En este programa de “Escuelas con Memoria” hay una parte que son los cursos de formación para profesores, y otras que es la visita al Fuerte de San Cristóbal -de Alfonso XIII-. También hay visitas al parque de la memoria de Sartaguda o a las exhumaciones de restos humanos en fosas. 

¿Cómo se desarrolla un proceso de exhumación?

Previamente hay un trabajo de investigación que realizan las asociaciones de Memoria histórica o una persona a título individual. Saben que hay una fosa o alguien les comunica que puede haber una fosa, y nos lo dicen. Tenemos un convenio con la sociedad Aranzadi, que es el instrumento técnico que realiza físicamente la exhumación con los parámetros técnicos de ecología forense. Una vez que encontramos los restos, se analizan los ADN y se cruzan con el Banco de ADN público. De esa forma, podemos localizar a sus familiares y cerrar el círculo. No siempre tenemos suerte. A veces no encontramos la fosa porque la información es incorrecta o, siendo correcta, no la encuentras porque han pasado 80 años y la fosa está unos metros más allá de donde nos dicen. No es un proceso fácil. Aranzadi tiene mucha experiencia en este trabajo. Si finalmente se localiza la fosa y se exhuman los restos, solemos llevar a alumnos de centros educativos a la excavación. Ellos ven físicamente y a una distancia muy corta cuando estamos sacando los restos. Y desde la sociedad Aranzadi se les explica tanto el proceso técnico como la historia que hay detrás de esas fosas.

Además, tenemos una serie de lugares en Navarra que están calificados como 'Lugares de Memoria'. El parque de la Memoria de Sartaguda es uno de los más conocidos. En esos lugares hacemos actividades con los centros. Lo que pretendemos es convertir esos lugares donde se produjeron hechos violentos y graves en lugares de memoria, de reconocimiento a las víctimas y de transmisión de valores de no repetición. Es decir, esto no puede pasar nunca más.

¿Tienen previstas más exhumaciones en las próximas semanas?

Estos días nos hemos reunido con asociaciones de Memoria histórica. Con ellas hemos marcado una serie de posibles fosas, gracias a investigaciones del Gobierno de Navarra. Investigaciones que, en algunos casos, están muy desarrolladas, y en otros casos, hay muy pocos datos. Con ese informe, nosotros nos reuniremos con la sociedad Aranzadi y planificaremos las fosas que vamos a intentar encontrar durante el año que viene. Estamos ahora en ese proceso, pero no te puedo decir los lugares porque estamos en ese proceso de delimitar qué tipo de información tenemos sobre cada una de las fosas. En todo caso, lo que sí puedo decir es que el convenio con Aranzadi va a seguir y vamos a seguir localizando fosas. Para nosotros es absolutamente prioritario.

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