La Justicia impide reabrir la planta de residuos de Navarra que recibió lixiviados de Gipuzkoa y avala la investigación

El Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha emitido un auto con el que impide que la empresa Ecofert Sansoain pueda reabrir temporalmente la planta de residuos situada en Artajona y cerrada por recibir de manera irregular más de 20.000 toneladas de lixiviados (residuos líquidos) enviados desde la incineradora de Zubieta (Gipuzkoa) y la empresa Oleofat de Tudela, así como desde otros proveedores. La empresa buscó en los tribunales una medida cautelarísima que suspendiera el cierre, pero, como cuenta 'Diario de Noticias de Navarra', la Justicia, que no entra a dirimir el fondo de la cuestión, sí deniega la reapertura. Considera, según el mismo periódico, que la medida es “proporcionada a los hechos”.

El cierre llegó tras una cascada de inspecciones e investigaciones que han implicado a técnicos de Medio Ambiente, Guarderío forestal, Policía Foral y Guardia Civil, y que han constatado que la planta recibió de modo “ilegal” residuos líquidos como si fueran lodos, cuando carece de autorización para sustancias que no sean sólidas o lodos consistentes, procedentes de la empresa Oleofat (13.799 toneladas entre 2022 y 2023) y de la incineradora de Zubieta, gestionada por el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK), dependiente de la Diputación Foral (5.500 toneladas). Es más, la Guardia Civil comprobó que había niveles altos de ecotoxicidad en la balsa de residuos de la empresa y que había un trasiego no autorizado de líquidos entre Ecofert Sansoain y otra empresa de los mismos dueños, La Coya.

Desde el cierre cautelar de Ecofert Sansoain, que se hizo efectivo el primer día de julio, la empresa no puede recibir ni dar salida a nueva mercancía. Parte de la plantilla (conformada en total por 25 empleados entre trabajadores directos e indirectos) fue convocada por la empresa en el primer día de clausura para protestar por el cierre de las instalaciones.

Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra da más valor a la protección de “los intereses generales atinentes al medio ambiente” que a la de “los intereses económicos” de la empresa que recurre. Recuerda, asimismo, la negativa de la empresa a cumplir con los requerimientos que se le han hecho a lo largo del proceso. Ecofert Sansoain tendrá que seguir buscando la reapertura pero sin poder retomar su producción de fertilizantes.