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Navarra comienza a aplazar cirugías no urgentes para no saturar el sistema sanitario

El sistema sanitario de Navarra empieza a notar las consecuencias del incremento de contagios que empezó a sufrir la comunidad foral hace semanas y que la han llevado a tener una incidencia acumulada de más de 1.000 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CAES), Fernando Simón, ya alertó la semana pasada de que en los centros de Salud de Navarra se estaba empezando a dejar de hacer actividad rutinaria por el elevado número de pacientes con COVID-19. Esta misma semana la consejera de Salud, Santos Induráin, advertía que el sistema sanitario navarro “ya está sufriendo los efectos del alto nivel de incidencia de semanas anteriores” y este miércoles ha indicado que ya se están aplazando cirugías no urgentes que son demorables para no saturar el sistema sanitario y evitar su colapso.

La consejera ha señalado que estas desprogramaciones “serán acciones graduales que serán informadas a los afectados y que protegerán siempre lo no demorable” y ha alertado de que “las dos próximas semanas, con los actuales índices de ocupación hospitalaria e incidencia de contagios de COVID-19, van a ser muy complicadas” en el ámbito hospitalario.  “La cifra de 500 casos diarios en la que parece haberse instalado la cadencia de los últimos días no es en modo alguno sostenible a nivel hospitalario”, ha explicado.

En este sentido, Induráin ha destacado que “el análisis semanal indica que nuestra tendencia no es buena y que hay contenerla e invertirla” e insistió en que “urge cortar la cadena de contagios”. “Hay que lograr una inflexión en las cifras y reducir los contagios porque todo esto tiene un impacto en el sistema asistencial evidente y preocupante”, subrayó. Y es que los datos reflejan que los pacientes COVID ocupan ya casi un 20% del total de camas hospitalarias y un 36% de las camas en UCI, cifras que se sitúan encima del umbral de alerta marcado por el Ministerio de Sanidad.

Refuerzo con más sanitarios y centros de salud el fin de semana

Otra medida que ha tomado el Departamento de Salud para evitar la saturación de pacientes con COVID-19 en los hospitales navarros es la de abrir varios centros de salud los fines de semana. De esta forma, la Atención Primaria va a “absorber ” parte de “la demanda” de casos sospechosos de COVID-19 y “cribarla antes de que llegue al nivel hospitalario”. Este fin de semana se van a abrir tres centros de salud, pero la intención es que vayan a más. También se ha reforzado con más contrataciones el personal de distintos ámbitos en las áreas de Pamplona, Tudela y Estella.

Se espera que a partir del 2 de noviembre cuando en toda la red de Atención Primaria se empiecen a utilizar los test de antígenos la situación hospitalaria mejore, ya que con su uso generalizado “se acortan más los plazos desde la detección a las medidas de aislamiento y rastreo.

Un centenar de pacientes están derivados en la red privada

En caso de que la presión hospitalaria siga en aumento, también se contempla habilitar nuevos espacios con camas y puestos UCI como se hizo en la primera ola de la pandemia. Por el momento, ya se están derivando pacientes con coronavirus a centros sanitarios de la red privada para descongestionar los hospitales públicos y poder seguir atendiendo pacientes con otras patologías. Son 101 las personas que actualmente están derivadas en la red privada, de las cuales 5 están en la UCI.

En la primera ola de la pandemia, hasta el 17 de junio, fueron derivados a la red privada 354 pacientes, 339 a planta de hospitalización y 15 a UCI. De ellos, 138 fueron a planta y 13 a UCI de la Clínica Universidad de Navarra; 50 a planta y dos a UCI de la Clínica San Miguel, y 151 a planta del Hospital San Juan de Dios. El coste total abonado en concepto de esta asistencia en la primera ola fue de 3,8 millones de euros.