La mejora de la situación epidemiológica de Navarra ha llevado al Gobierno foral a plantear recuperar las visitas en las residencias de ancianos a partir del próximo 26 de noviembre, mediante una “flexibilización progresiva” de las medidas. Las residencias, que en la primera ola de la pandemia fueron los espacios más castigados por la pandemia y donde en Navarra fallecieron un tercio del total de víctimas de la COVID-19, cerraron sus puertas a las visitas de familiares el 12 de octubre, cuando la curva de contagios se disparó en la comunidad y pocos días antes de que la presidenta María Chivite anunciara el confinamiento perimetral de todo el territorio.
Ahora, tras el descenso de contagios en Navarra, que ha caído por debajo de los 200 diarios en la última semana, el Departamento de Derechos Sociales valora volver a recuperar las visitas de los familiares “de forma segura” y siempre que la situación epidemiológica de la comunidad foral no empeore, según ha indicado la consejera Mari Carmen Maetzu. La fecha escogida para esta “reapertura” de las visitas ha sido el 26 de noviembre, la misma que anunció el pasado lunes la consejera de Salud, Santos Induráin, para reabrir la hostelería, en la que en un principio tan solo se podrá consumir en barra.
“Ya se está trabajando con los centros para que las visitas puedan ser seguras, además se hará una flexibilización progresiva para reducir el riesgo que supone el incremento del número de contactos en las residencias con las visitas”, ha señalado Maeztu, que ha añadido que por el momento no se contempla volver a permitir las salidas de ocio de los residentes “hasta que no mejore más la situación”.
Espacios habilitados para las visitas y limitación a un familiar por residente
Las condiciones de las visitas será diferentes en función del centro, de su tamaño y número de personas resientes. Para los encuentros los familiares deberá pedir cita previa y por el momento solo se permitirá una persona por residente. Cada residencia deberá habilitar un espacio específico en el que se cumplan una serie de medidas de seguridad y que tenga un acceso independiente del centro “para evitar el tránsito de personas en los centros”. También se va a establecer un número diario de visitas en cada residencia para permitir una “adecuada higiene y ventilación de los espacios”.
Además, durante la visita estará presente una persona trabajadora del centro que se asegurará de que se cumplen todas las medidas de seguridad. Al familiar que acuda a visitar a un residente se le tomará la temperatura antes de acceder al centro y además se le requerirá un certificado que acredite que no tiene ningún síntoma compatible con la COVID-19. Durante el encuentro tanto la persona residente como el familiar deberán llevar mascarilla en todo momento.
elDiario.es/Navarra
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