La comunidad foral iniciará este mes de marzo su propio estudio de seroprevalencia para medir el nivel de inmunidad ante el Sars-Cov-2, después que el 30% de la población navarra se haya contagiado durante los dos años de pandemia y que un 92% cuente ya con la pauta completa de vacunación. Así lo ha avanzado este viernes la directora del Instituto de Salud Pública, Marian Nuin, y la consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Induráin, en un contexto de descenso de la transmisión del virus en la sexta ola.
De hecho, los parámetros de medición, ubicados en un riesgo medio de contagios, están llevando a revisar las bases del sistema de vigilancia de la COVID-19 entre las comunidades autónomas, el Ministerio de Sanidad y la ECDC -European Centre for Disease Prevention and Control-, y se traduce ya desde este viernes en la eliminación de las cuarentenas de los contactos estrechos de un positivo. “Aún estamos en pandemia porque no somos nosotros quienes dicen cuándo acaba. Quien dice cuando se inicia o acaba la pandemia es la OMS. Digamos, porque es la realidad, que continuamos en pandemia caminando hacia la endemia”, ha manifestado al respecto la titular de Salud.
Tal y como han indicado, el estudio de seroprevalencia impulsado por el departamento de Salud se centrará en una muestra cercana a 2.000 personas mayores de 5 años, estratificadas por sexo y edad. Cabe recordar que el último estudio realizado sobre el nivel de inmunidad de la población fue el ENE-COVID pilotado por el Instituto de Salud Carlos III, cuya conclusión en su última ronda de diciembre de 2020 fue que el 10,8% de la población navarra tenía anticuerpos IgG frente al Sars-Cov-2. Esta iniciativa sería ahora la segunda impulsada por el Departamento de Salud, que lanzó en su día un estudio pionero de seroprevalencia centrado en el personal sanitario, en el que participaron más de 15.000 profesionales, y cuyos resultados en enero de 2021 indicaron que un 9,4% tenían entonces anticuerpos.
Ahora, según ha señalado la titular de Salud, el objetivo de este estudio es “tener actualizada la foto de la inmunidad real de la población”, tanto la inmunidad natural generada por el 30% de quienes se han infectado en estos dos años de pandemia, como la inmunidad adquirida por el 92% de los mayores de 12 años que han recibido la pauta completa de vacunación. A este respecto, Induráin ha valorado como una “buena noticia” el hecho presentar en la comunidad foral “un nivel alto de inmunidad”. “Hemos tenido más infecciones, más detección, algo que hay que mirar desde la perspectiva de estar más protegidos”, ha señalado. Con los resultados obtenidos, ha indicado, Salud Pública pretende sentar las bases de la estrategia futura de vigilancia epidemiológica de todos los virus respiratorios, que incluyen el Sars-Cov-2, la gripe y el virus sincitial respiratorio.
Descenso de la sexta ola
“Seguimos en un nivel de alerta medio, pero vamos disminuyendo hacia un riesgo bajo”, ha apuntado la directora del Instituto Salud Pública, quien ha analizado durante la rueda de prensa los parámetros registrados en la comunidad foral durante la sexta ola de la pandemia. Así, ha señalado que los indicadores muestran una tendencia decreciente en la actualidad, con una incidencia acumulada del virus que alcanza los 524 casos por cada 100.000 habitantes a los 14 días y los 209 a los 7, o con un índice de contagio -Rt- por debajo de 1 ubicada en 0,76. En lo que respecta a la presión asistencial, esta continúa a la baja con 84 personas ingresadas, siete de ellas en UCI.
En este contexto, Navarra y las distintas comunidades autónomas revisarán en el próximo Consejo Interterritorial de Salud, previsto la semana que viene en Zaragoza, el actual modelo de vigilancia de la COVID-19. A este encuentro, ha señalado Induráin, “Navarra llega en una buena posición, con una larga y considerable tradición en una red centinela muy considerada respecto a los virus respiratorios. Una red centinela formada por profesionales sanitarios de atención primaria. Y además por incorporar toda la experiencia acumulada en estos dos años de pandemia con el ‘testing’ y el seguimiento”. Se trata esta de una nueva fase, ha manifestado, en la que será necesario el debate y un acuerdo interautonómico, con el Ministerio y a nivel europeo para fijar cómo medir la evolución de la COVID-19 y otros virus respiratorios. “Esto se traducirá en cambios importantes para la población en general en cuanto a medidas preventivas, pruebas y comunicación de casos”, ha señalado. El nuevo modelo, tal y como se viene indicando, pondrá el foco en la población y entornos más vulnerables, como mayores de 65 años, inmunodeprimidos, residencias o personal sanitario.
Hasta definir la nueva estrategia, a partir de este martes se elimina la obligatoriedad de las cuarentenas para los contactos estrechos de un contagiado, aunque se mantiene en el caso de ser positivo. Esta modificación del protocolo, que ha sido defendido por la comunidad foral, afectará sobre todo al ámbito escolar al acabar con los aislamientos de las clases donde se produce un contagio. A esto se añade, asimismo, la equiparación de las pruebas de antígenos hechas por personal sanitario con PCR, algo aprobado por la Unión Europea y que incidirá en la obtención del certificado de recuperación.