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Navarra reconoce como víctima de la violencia policial al líder del Partido Carlista

Lázaro Ibáñez, durante un acto del Partido Carlista.

Rodrigo Saiz

Pamplona —
24 de septiembre de 2024 21:46 h

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El Gobierno de Navarra ha reconocido al líder del Partido Carlista, Lázaro Ibáñez, como víctima de la violencia policial en virtud de una ley foral por la que ya se ha dado la condición de víctima a más de una treintena de personas que sufrieron violencia “por actos de motivación política provocados por funcionarios públicos o grupos de extrema derecha.

Según ha podido saber elDiario.es/Navarra, la comisión de reconocimiento ha aprobado la declaración de víctima de Lázaro Ibáñez por haber sido detenido en más de una decena de ocasiones durante la década de 1970 por su vinculación a esta formación con un ideario socialista autogestionario, federalista y contrario a la figura de Juan Carlos I, y haber sufrido torturas por parte de agentes de la Policía Armada en la comisaría de Pamplona.

El líder del Partido Carlista tiene a partir de ahora reconocida la condición de víctima y, por tanto, el derecho a percibir una indemnización por el daño causado. El reconocimiento en todo caso es individual y no a la formación política —la ley navarra solo reconoce a personas y no a partidos—, como reclaman los miembros de este partido, que denuncian que en 1976 fueron víctimas de un ataque llevado a cabo por miembros de extrema derecha en colaboración con el Gobierno de Arias Navarro en Montejurra (Estella). De hecho, recientemente el Ejecutivo foral ha declarado como Lugar de Memoria el monolito en recuerdo de las dos víctimas mortales de esta masacre.

El Partido Carlista nació del cambio ideológico hacia posturas del socialismo autogestionario llevado a cabo por el entonces sucesor carlista y líder del movimiento, Carlos Hugo de Borbón-Parma, y contrario a las tesis de extrema derecha y ligadas al régimen del dictador Francisco Franco que representó Sixto de Borbón-Parma, hermano de Carlos Hugo. Es en este contexto en el que se produjo la matanza de Montejurra de 1976, en la que murieron dos personas y una treintena resultaron heridas tras un ataque de gente vinculada a grupos terroristas de ultraderecha contra la romería anual del carlismo en las laderas de esta montaña que es punto de referencia carlista por haber sido escenario bélico en las guerras carlistas.

La versión oficial sostiene que se trató de un enfrentamiento entre las dos facciones del carlismo, sin embargo una serie de cartas reveladas por el Partido Carlista en 2023 implican al Estado, que a través de Manuel Fraga, ministro de Gobernación, dio orden de ayudar a los “tradicionalistas”, ligados al franquismo, con el fin de evitar lo que consideraban una “concentración subversiva contra el Rey D. Juan Carlos”.

El objetivo del Gobierno de Arias Navarro era debilitar a la facción mayoritaria del carlismo liderada por el heredero Carlos Hugo de Borbón-Parma, contraria al ideario franquista y a Juan Carlos I, que cada año reunía el primer fin de semana de mayo a decenas de miles de personas en Montejurra para homenajear a los requetés que murieron en la Guerra Civil, y que fuera Sixto, cercano al régimen y que había prometido “lealtad” a Juan Carlos, quien liderara a este movimiento político.

Así, el 9 de mayo de 1976 atacantes ultraderechistas pertenecientes a grupos como los Guerrilleros de Cristo Rey, el Batallón Vasco Español, así como de la Triple A argentina o fascistas italianos hicieron uso de las armas en la cima de Montejurra y en la zona del Monasterio de Irache, en la localidad de Ayegui, cercana a Estella, matando a los carlistas Aniano Jiménez Santos y Ricardo García Pellejero y dejando heridas a más de 30 personas. Unos hechos que no se juzgaron por la ley de Amnistía de 1977. En 2003 la Audiencia Nacional reconoció a las dos personas asesinadas víctimas de terrorismo.

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