Los hospitales de Servicio Navarro de Salud (Osasunbidea) acumulan ya más de una semana con el ritmo más alto de ingresos diarios registrado en el último año, y todavía algo lejos del alcanzado en noviembre del 2020 cuando, en la segunda ola, la comunidad foral llegó al nivel de ocupación hospitalaria más alto sin contar la primera ola. 146 personas han tenido que ser ingresadas por tener síntomas graves de COVID-19 en los últimos siete días.
Hace dos semanas el director general de Salud, Carlos Artundo, alertó de que el Hospital Universitario de Navarra, el principal de la comunidad foral, se encontraba a un 86% de ocupación entre pacientes con y sin COVID-19. Desde entonces, los ingresos diarios por coronavirus han rondado la veintena diaria, superando el ritmo de la tercera ola, en enero del 2021.
Desde que comenzó el año, la presión hospitalaria se ha disparado un 75%, más de un 45% en una semana. Además, este repunte de los ingresos, sumado al aumento de bajas entre profesionales sanitarios, ha llevado al Servicio Navarro de Salud a suspender vacaciones en las unidades más afectadas y en las que no está siendo posible sustituir a los sanitarios de baja por la falta de profesionales en las listas de contratación.
En las últimas 24 horas se han registrado 23 nuevos ingresos, de los que tres han necesitado traslado a las unidades de críticos. En estos momentos en la red hospitalaria de Navarra permanecen hospitalizadas 215 personas (15 más que en la jornada anterior), de las que 24 se encuentran en la UCI (tres más que en el día previo). La ocupación en UCI se mantiene todavía lejos de los umbrales más altos de presión alcanzados, si bien en este momento hay menos unidades de críticos habilitadas que en las dos primeras olas.
Caída de los positivos tras el desplome de las pruebas realizadas en Reyes
Este jueves, día de Reyes, el Servicio Navarro de Salud ha notificado 1.782 nuevos contagios de coronavirus, que suponen una caída considerable con respecto a los más de 3.000 que se venían registrando en las últimas jornadas. La caída de los contagios se explica únicamente por el desplome de las pruebas diagnósticas realizadas por ser un día festivo. En el día de ayer se hicieron 3.277 pruebas, muy lejos de las más de 9.000 que se llegaron a contabilizar en varias jornadas de semanas anteriores.
De hecho, la positividad en el último día sigue totalmente disparada alcanzando el 54,4%, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado el 5% como el indicador de que existe trasmisión comunitaria.
Un dato curioso del último día es que no se ha puesto ninguna dosis de la vacuna contra la COVID-19, algo que no sucedía desde que se comenzó el proceso de inmunización el 27 de diciembre de 2020, hace más de un año. Así, el total de vacunas administradas se mantiene en las 1.243.350, mientas que las personas con pauta completa son 539.574.
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