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“Aquí si no viene 'Riverita' a liarla está todo muy tranquilo”, asegura Saturnino Ruiz, de 60 años de edad y apoderado de Unidas Podemos en esta jornada electoral. “Normalidad absoluta”, coincide Óscar Martínez, que pasó 12 de sus 53 años de edad protegido por una escolta ante la amenaza de ETA a los representantes de PP y PSE en Euskadi. Él era concejal socialista en Zizurkil. “Ahora estamos muy bien, qué voy a decir; esto no tiene nada que ver con lo que era hace 10 o 15 años”.
El centro cultural Niessen, en el centro de Rentería, está a solo unos metros de la plaza de los Fueros, donde Ciudadanos celebró su mitin de campaña que acabó con incidentes. Y aunque Martínez remarca que “aquí debe poder venir cualquiera y decir lo que quiera sin que pase nada”, tanto el socialista como el de Podemos prefieren quedarse con la imagen de Rentería como el pueblo de la reconciliación. Con ese acto protagonizado por el alcalde, Julen Mendoza (EH Bildu), en el que pidió perdón al hijo de una víctima de ETA.
Rentería es un pueblo plural. Baste el ejemplo de Saturnino, el apoderado de Podemos: su hijo es concejal del PSE en el Ayuntamiento, y comparte portal con una representante de EH Bildu. “En lo personal nos llevamos bien, claro, esto ha cambiado mucho”, insiste.
Mientras hablamos, riadas de gente mayor acuden a votar, de repente. “Es la salida de misa”, dice Irati Aizpurua, de 51 años y apoderada de Podemos, con una mueca de guasa. Su discurso es el más duro contra el mitin de Ciudadanos que estuvo a punto de quebrar la convivencia: “¿A qué vienen? En las anteriores elecciones no sacaron más de 300 votos en todo el pueblo, y ni siquiera presentan listas en las municipales”, subraya. Según el censo Rentería tiene 39381 habitantes.
Aunque está de acuerdo con el argumento de que la libertad de expresión debe prevalecer, la reivindica para la manifestación republicana del 14 de abril, ya una tradición en el pueblo, que tuvo que variar su recorrido por orden de la Junta Electoral debido al mitin de Albert Rivera.
Uno de los participantes en esa marcha fue Francisco Jover Pascual, “el primer republicano del pueblo”. Nacido el 17 de junio de 1922, suma 97 años, y ha dejado la silla de ruedas en casa para venir a votar -despacio- con su hijo, que aprovecha para hacerle un vídeo tras pedir permiso a los miembros de la mesa electoral. Jover resta importancia a los incidentes tras el mitin de Rivera: “Siempre hay algunos que quieren armar escándalo y se aprovechan”, critica. “No tiene que haber problemas para que cada uno diga y vote lo que le parezca”, recalca. “Yo acabo de votar, y quiero animar a toda la gente a que lo haga, sobre todo a los jóvenes, que tienen un porvenir oscuro”, reconoce. “Con lo que se luchó en este país para poder votar…”, advierte antes de despedirse con una sonrisa y un gesto de la mano.
Fermín García, de 70 años, intercede en la conversación para recordar que “incluso Aznar vino a Rentería en una campaña electoral y no pasó nada; bueno, le gritaron y eso, pero no hubo incidentes. Y eso que fue en los años malos, malos, cuando ETA asesinaba”.
Todos reivindican la “convivencia normal” en Rentería, y la charla de los apoderados de PSE, Podemos y EH Bildu con este periodista lo confirma. Son las 12.21 minutos del mediodía y todavía queda mucha jornada electoral por delante. La impresión de los apoderados es que la participación “es alta”, pero es solo una sensación. A partir de las 20 horas las impresiones dejarán paso a los datos, que son los que importan. Y permiten, por ejemplo, que la localidad guipuzcoana sea la que más dinero dedica a cohesión social de todo el Estado, 275,74 euros por persona al año.
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