Oleofat acumula 120.000 euros en multas por la gestión de residuos tóxicos y suma tres sanciones de la inspección laboral

Rodrigo Saiz

Pamplona —
19 de junio de 2024 19:22 h

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La empresa Oleofat, cuyas instalaciones se encuentran en Tudela y que se dedicada a la valorización de residuos de aceites y grasas, acumula ya 120.000 euros en multas del Departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo foral por vertidos y traslados de residuos tóxicos, según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. A ellas se suman tres sanciones que ascienden a los 17.000 euros de la Inspección de Trabajo.

En concreto, el Departamento que dirige José María Aierdi, explica en varios informes que Oleofat ha generado un residuo llamado “concentrado de evaporador”, técnicamente catalogado con el código europeo común (LER) 190809 pero que fue enviado a la planta de Ecofert Sansoian de Artajona en camiones cisterna con el código 190814, el equivalente de “lodos” de tratamientos de aguas residuales. Oleofat tiene autorización para generar tanto los unos como los otros, pero Ecofert Sansoain no la tiene para recibir líquidos. Por el traslado de hasta 13.799 toneladas de residuos líquidos como si fueran lodos entre 2022 y 2023, así como por haber por haber superado unas limitaciones en vertidos de sustancias NTK (nitrógeno total Kjeldahl) y N-NH3 (amoníaco), el Gobierno de Navarra ha propuesto una sanción de 60.000 euros a Oleofat.

A ella se le suma otra propuesta de multa por el mismo importe correspondiente al año 2022 por haber realizado un “vertido con residuos grasos” a la red de pluviales, que terminó en el Barranco del Carmen. Según se detalla en el expediente sancionador, el vertido “incumple los valores límite de emisión”, lo que se considera una infracción calificada como “grave” desde el punto de vista de la normativa ambiental. Esta sanción, detalla el Gobierno navarro, está pendiente de la resolución del recurso presentado por la empresa.

Además, sobre esta empresa pesa también un expediente sancionador del año 2017 por un “escape de ácido nítrico” en las instalaciones de la compañía, que fue denunciado por la Policía Foral. El Gobierno de Navarra no ha propuesto sanción “a expensas de lo que se determine en la vía penal”. Desde Oleofat señalan a preguntas de este periódico que ellos no han recibido ninguna notificación “ni de expediente administrativo ni penal” y aseguran que “no había ningún tipo de toxicidad” en el escape. “Se consideró que no era grave, no se nos ha notificado nada”, apostillan.

Tres sanciones de la inspección laboral

Además de las multas por infracciones medioambientales, Oleofat acumula tres multas del Departamento de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo por infracciones de la normativa de prevención de riesgos laborales. En concreto, una primera del 2016 por no presentar un plan de seguridad y salud por la que fue sancionada con 6.000 euros. Una segunda del año 2022 por un accidente laboral que, según constató la inspección, fue por el “incumplimiento empresarial de la normativa de seguridad y salud en el trabajo”, por la que fue multada con 2.046 euros. Y una tercera en 2024 por tener “equipos de trabajo sin reunir condiciones adecuadas y sin disponer de los dispositivos de protección necesarios para que la operación se desarrolle en las condiciones debidas y sin poner en riesgo la seguridad de los trabajadores”. Por esta infracción, Oleofat fue sancionada con 15.000 euros, que se redujeron a 9.000 euros por el “pago voluntario”.

En una comparecencia parlamentaria solicitada por UPN, el parlamentario regionalista Miguel Bujanda ha criticado la “dejadez” del Ejecutivo foral y, en concreto, de la anterior consejera de Medio Ambiente, Itziar Gómez, por “haber permitido” la pasada legislatura que “450 camiones recorrieran Navarra con miles de toneladas de lixiviados”.

Desde EH Bildu, su portavoz Adolfo Araiz ha señalado que el “cierre cautelar” de Ecofert “habría sido un elemento ejemplificador” y ha destacado que fue gracias a una comparecencia de la directora de Medio Ambiente, Ana Bretaña, por la que se conoció “de rebote” que además de una empresa de Gipuzkoa, había otra de Tudela, Oleofat, que estaba trasladando su residuos de forma irregular.