El Gobierno de Navarra afronta la negociación de presupuestos con más incertidumbres de los últimos años. Apenas unas semanas después de que en el Parlamento foral se aprobaran las cuentas del 2020 gracias al apoyo de los siete parlamentarios de EH Bildu, Pedro Sánchez declaraba el estado de alarma por la pandemia del coronavirus. Seis meses después, el Ejecutivo liderado por María Chivite comienza a preparar los próximos presupuestos con más dudas que certezas y con la vista fijada en que se concreten los fondos europeos para empezar cuadrar las cuentas.
Unas cuentas que estarán marcadas por la incidencia de la COVID-19, que más allá del gasto extra sanitario que ha suepuesto, ha generado un agujero de más de 800 millones de euros en la recaudación. Según los últimos datos facilitados por la propia María Chivite el pasado jueves en el Parlamento de Navarra, en lo que va de pandemia el Gobierno ha destinado 238 millones de euros, de los que 54 millones han sido para gastos de personal. Para sufragar ese gasto, el Ejecutivo foral ha contado hasta ahora con una parte de de los fondos que el Estado ha destinado a las comunidades autónomas. En concreto, 88 millones de euros correspondientes a la parte del fondo para gasto sanitario. Pero la presidenta también ha señalado que falta por recibir 28 millones relativos a educación y el último tramo de salud, que serán unos 160 millones de euros. A ello hay que sumar el remanente que dejó en las arcas públicas el 2019 (unos 77 millones de euros) y además, el nuevo objetivo de deuda pactado con el Estado en un 2,3%, lo que supone unos 400 millones, según el calculo del departamento de Economía y Hacienda, que será revisado de nuevo durante este mes de septiembre. Eso sí, María Chivite ya ha anunciado que solo se recurrirá al endeudamiento para lo necesario.
En estas cuentas que maneja el Gobierno tendrán gran importancia los fondos que llegarán de Europa, que serán para financiar proyectos estratégicos. En una entrevista a elDiario.es, Chivite se mostró optimista de cara a que Navarra tenga un papel importante en dichos fondos por tener proyectos en marcha en la misma línea de lo que pide Europa, digitalización y pacto verde, dentro del Plan Reactivar Navarra. “Somos la única comunidad que ha reorientado en ese sentido las políticas y ahora tendremos que ver cómo se materializa eso de la presentación de proyectos, porque ya tenemos algunos listos para sacar adelante”, señaló la presidenta. También falta por concretar si estos fondos se tendrán que incluir en los presupuestos o si computarán como déficit.
Un aspecto importante que condicionará el techo de gasto con el que contarán las cuentas del 2021, que debería estar fijado para este mes de septiembre u octubre. A partir de ahí, comenzará la negociación de los presupuestos con alguna de las dos fuerzas de la oposición: Navarra Suma o EH Bildu, imprescindibles uno de los dos por tratarse de un Gobierno en minoría. El año pasado fue Eh Bildu con quien terminó acordando el Ejecutivo, pero este año ya ha avisado que para lograr otro pacto será necesario “un cambio en la fiscalidad” y “voluntad de llegar a acuerdos en clave progresista”. En el lado contrario, Navarra Suma también le ha tendido la mano al Gobierno, pero con la condición de que “no se suban los impuestos”, como apuntó en una entrevista a este periódico.