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La socialista Chivite ultima una coalición con Geroa Bai y Contigo/Zurekin para gobernar en Navarra

María Chivite, con el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde

Iker Rioja Andueza

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Después de semanas de intensas negociaciones que han estado a punto de descarrilar en varios momentos, no hay acuerdo aún pero la secretaria general de los socialistas en Navarra, María Chivite, ultima un preacuerdo para reeditar el Gobierno de coalición progresista para la legislatura 2023/2027 también con Geroa Bai, la marca de Socialverdes y PNV liderada por la expresidenta Uxue Barkos. A falta de solventar las diferencias programáticas, que son todavía “de calado”, según Geroa Bai, según las fuentes consultadas por elDiario.es en Navarra hay cierto consenso en que el PSN gestionará la Presidencia y ocho carteras, Geroa Bai la vicepresidencia segunda y cuatro áreas y Contigo/Zurekin –que agrupa a Podemos, IU, Batzarre, Berdeak Equo y otros– una cartera reforzada con las competencias de Vivienda y con la posibilidad de que su líder, Begoña Alfaro, tenga el rango de vicepresidenta tercera. El concurso de EH Bildu será necesario, al menos en forma de abstención activa, para que esta coalición de coaliciones supere al bloque de la derecha en la investidura toda vez que UPN ganó las elecciones del 28M.

Geroa Bai se dejó en las forales 17.000 votos y dos escaños. Pasó a ser la cuarta fuerza en el Parlamento autonómico por detrás de UPN, el PSN y EH Bildu. El equipo negociador de Chivite interpretó que había que ajustar su presencia en el gabinete ya que PSN y Contigo/Zurekin sí habían mantenido posiciones. A la vez, no se ocultaban ciertas tensiones en los últimos años entre Geroa Bai y el PSN. La formación vasquista exigió negociar de tú a tú con Chivite y sin Contigo/Zurekin y retener cuatro consejeros, la presidencia del Parlamento de Navarra y poder nombrar al senador autonómico, exactamente como de 2019 a 2023. La agrupación, que ha tenido a los dirigentes María Solana y Pablo Azcona como cabezas visibles en los últimos días por una lesión de Barkos, interpretó como un desaire que el PSN accediera de modo bilateral a que Contigo/Zurekin asumiera las competencias de Vivienda, mientras que la coalición de Podemos e IU recalcó que era muy relevante que dirigiera esas políticas un partido que crea en la ley estatal recién aprobada. El PNV ha sido muy beligerante contra ella y, de hecho, ha impulsado un recurso de inconstitucionalidad desde el Gobierno vasco sin tener las competencias de Vivienda, que son de los socialistas.

Finalmente, se ha alcanzado un punto medio en el que Geroa Bai retendrá cuatro áreas. Desde la formación recalcan que sus escaños suponen un tercio de los del Gobierno y que su peso en el gabinete es incluso menor. Si cristalizan las conversaciones, algo que dan por supuesto todas las partes implicadas, cambian Vivienda por Salud, un departamento de gran presupuesto y exposición. En la última legislatura, la responsable fue Santos Induráin, cara navarra en la pandemia y propuesta por el PSN. La marca navarra del PNV tendrá también una cartera de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, otra de Relaciones Ciudadanas (aquí está Memoria Histórica, pero en la pasada legislatura esta subárea la controlaron los socialistas, y Euskera, aunque con limitaciones) y una vicepresidencia económica. Es aquí donde se limitan sus funciones. Ya en el anterior mandato el PSN controló la caja, el área de Hacienda, y ahora además le arañará las funciones relacionadas con Turismo. La filosofía, desde el prisma socialista, es que Socialverdes y PNV no monopolicen las relaciones con el tejido productivo y que parte recaiga también en la fuerza mayoritaria. La vicepresidencia primera seguirá en manos del PSN, así como la portavocía del gabinete.

El acuerdo ya se había puesto en marcha con la cesión a Geroa Bai de la Presidencia del Parlamento. Unai Hualde, líder del PNV navarro, vuelve a ser por segunda legislatura la segunda autoridad de la comunidad autónoma. Ahora, el PSN está dispuesto igualmente a volver a ceder a la cuarta fuerza el senador autonómico que asigna la Cámara. Geroa Bai determinará a quién envía a la Cámara alta. Navarra envía cinco senadores, cuatro electos en urna y uno por el Parlamento. Con los datos del 23J, tres fueron socialistas y uno de UPN, por lo que el PSN siente que su presencia no se resentirá en exceso.

“Pero hay más cosas que la estructura”, recalca Geroa Bai, cuyas fuentes admiten que las conversaciones avanzan pero no al ritmo que desearía Chivite. Toca ahora hincar el diente al “programa”. “Hay que tasar las discrepancias. Fijar mecanismos de seguimiento. No puede ser que parezca de nuevo que Chivite lidera un Gobierno monocolor. Es una coalición”, recalcan desde la formación de Barkos. El arranque de las fiestas de Estella ha reunido en esa localidad a la negociadora Solana y a la presidenta Chivite. “La señora Chivite, como no está yendo a las negociaciones, igual no sabe que todavía faltan reuniones en las que ver esos desacuerdos, tasarlos, comprometerse a cumplir los acuerdos, porque no vale con confirmarlos, hay que demostrar ese compromiso”, ha señalado la dirigente del PNV y de Geroa Bai en declaraciones a los medios de comunicación. “Tenemos que esperar todavía un poco más”, ha apostillado.

EH Bildu, llave para la mayoría

El Gobierno, de confirmarse este acuerdo a tres, tendría 21 de 50 escaños en el Parlamento. La llave para la mayoría en la acción legislativa o en los presupuestos recaerá en EH Bildu. La coalición abertzale manifestó su voluntad de continuar facilitando un Gobierno progresista como socio externo pero incluso de dar un paso y apoyarlo con un 'sí' si finalmente se rompía la opción de Geroa Bai. El PSN se veía ahora más cómodo en este escenario dado que, al fin y al cabo, Pedro Sánchez también precisa del apoyo directo y expreso de los diputados soberanistas en el Congreso. En la derecha, el peso que antes tenía Navarra Suma ahora se reparte entre UPN, PP y Vox, que se ha estrenado esta legislatura. Para Javier Esparza, líder de la oposición, las negociaciones están siendo un “espectáculo”, un “juego de tronos en toda regla”.

Necesariamente, la investidura se tiene que formalizar antes del 28 de agosto. Nadie en los partidos implicados es capaz de fijar un plazo definido máximo para saber si habrá fumata blanca entre el PSN y Geroa Bai –Contigo/Zurekin ya ha dado el sí–, pero el tiempo no sobra. Cuando se cumplan tres meses de las elecciones, se disuelve automáticamente el Parlamento si no hay acuerdos. En 2019, por ejemplo, ya se completaron todos los formalismos a primeros de agosto, aunque en esta ocasión al tradicional parón navarro por San Fermín se le ha sumado el de la campaña de las generales. Formalmente, el presidente Hualde debe realizar un ronda de partidos y proponer candidata para un sesión con doble votación en principio, ya que Chivite no lograría ser reelegida con mayoría absoluta.

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