El Departamento de Salud de Navarra alerta, en su último informe epidemiológico semanal, de que durante los días 10 y 16 de agosto se ha producido un cambio de tendencia en esta segunda ola de coronavirus. Si bien hasta la fecha el incremento de casos positivos registrados en las últimas semanas, sobre todo con el comienzo del verano y de la celebración de las “no fiestas”, se concentraba sobre todo entre la población joven lo que implicaba que fuesen en su mayoría casos leves, en estos últimos días se ha producido un “progresivo desplazamiento de los casos a grupos de población más vulnerables”, lo que ha provocado un aumento considerable de las hospitalizaciones, aunque este fin de semana se haya frenado por el incremento de altas.
Tal y como concluye el informe publicado por el departamento que dirige la consejera Santos Indurain, la repercusión del coronavirus en hospitalizaciones ha pasado al nivel moderado. Y es que en esa semana hubo ocho ingresos hospitalarios más que la semana anterior. Así se confirmaron 23 casos que requirieron ingreso hospitalario a causa de la COVID-19, a los que hay que sumar 11 casos que se habían confirmado en la semana anterior. En total suman 34 ingresos frente a los 26 de la semana previa . Cuatro pacientes han requerido ingreso en la UCI. Los ingresos se distribuyeron en todas las edades desde 0 a 89 años, con una mediana de 69 años. De los 2407 casos confirmados por PCR en las cuatro últimas semanas, 94 (3,9%) han requerido ingreso hospitalario.
El objetivo del Gobierno foral es ahora intentar contener al máximo los contactos sociales, ya que más de un 30% de los contagios se han producido en el ámbito de las reuniones familiares y de amigos, que la consejera Indurain achaca a una cierta “relajación” de la población en las medidas de seguridad, alertando que “se tienden a relajar las medidas preventivas en exceso en estas situaciones”. Hasta la fecha el incremento de positivos no estaba repercutiendo en una mayor presión asistencial en los hospitales, pero ahora empieza hacerlo y tal y como han recalcado en varias ocasiones desde Salud, no se quiere volver a saturar los hospitales, que en la primera ola de la pandemia llegaron a una situación casi límite, siendo necesario habilitar nuevos espacios para ampliar las plazas de UCI y medicalizar hoteles y pabellones para incrementar el número de camas.
Navarra, entre las zonas con mayor incidencia de coronavirus de Europa
Los números no engañan y revelan que Navarra es uno de los territorios con mayor incidencia de COVID-19 por cada 100.000 habitantes de Europa. Entre el 10 y el 16 de agosto se diagnosticaron 721 casos por PCR, lo que arroja una tasa de 109 positivos por cada 100.000 habitantes. Ello supone un ligero ascenso del 10% respecto a la semana anterior, aunque todavía está lejos de las cifras registradas durante los meses de marzo y abril, en el pico más alto de la pandemia, cuando se llegaron a alcanzar hasta 500 casos por 100.000 habitantes. El 40% de estos nuevos casos eran asintomáticos y el 54% habían sido contactos de otros casos confirmados. En el 31% de los casos la transmisión ocurrió en el domicilio y otros muchos casos ocurrieron en el contexto de reuniones familiares y de amigos, lo que indica que muchos de los contagios ocurren en entornos de “confianza”, señalan desde Salud.