Todas las alarmas se han encendido en Sunsundegui, empresa histórica de fabricación carrocerías de autobuses, ubicada en la localidad navarra de Alsasua desde 1944. La falta de liquidez derivada de una situación financiera “extremadamente delicada”, según la ha definido el consejero de Industria y de Transición Ecológica y Digital Empresarial, Mikel Irujo, han llevado a la compañía a solicitar un preconcurso de acreedores dejando así en el aire el futuro de más de 300 trabajadores.
Sunsundegui tiene una previsión de ingresos para el año 2025 de 80 millones de euros con pedidos para la fabricación de unos 500 vehículos, pero el problema reside en la incapacidad de la empresa de hacer frente a pagos inmediatos por la falta de liquidez. Eso, sumado a que arrastra una deuda de 48,8 millones de euros, han obligado a la compañía a recurrir a esta medida mientras negocian la deuda con los inversores. Para ello se han fijado un plazo máximo de tres meses.
Según ha detallado el consejero, los problemas de la empresa comenzaron en la pandemia por la falta de piezas en la cadena de montaje por “retrasos en la ingenierías o problemas de financiación”, que implicó que el ritmo de producción cayera hasta ser de un solo vehículo diario. Así, la compañía ha ido perdiendo margen “principalmente por los sobrecostes no reflejados en los precios y por la no adecuación del personal a la producción”. “Se está trabajando tanto en la mejora de las ineficiencias como en la negociación de los precios con sus clientes”, ha detallado.
El consejero y la consultora KPMG, que ha realizado un plan de negocio para la empresa, hablan también de un “sobredimensionamieto” de la plantilla, actualmente conformada por más de 300 empleados. A finales de 2023 la compañía tuvo que contratar a 150 personas para la producción de un pedido de Volvo y tuvo que contratar plantilla adicional a principios de 2024 “para resolver incidencias” de determinadas posiciones. “La obtención de la rentabilidad pasa por ajustar la plantilla de producción”, ha asegurado Mikel Irujo.
Y es que la tesorería de Sunsundegui se encuentra en una situación “tensa”. Las estimaciones de tesorería asumen que la compañía tendría caja hasta principios de septiembre de 2024 debido a la recepción del anticipo de Volvo por 5,1 millones, pero en el mes de septiembre la compañía no tendría caja positiva “para seguir asumiendo sus obligaciones más inmediatas”, ha subrayado el consejero.
La deuda de la empresa asciende a 48,8 millones, compuesta por 8,9 millones de proveedores y 39,9 millones de “deuda financiera”. El consejero también se ha referido a la “tensión” con proveedores, así como a la situación de desequilibrio patrimonial.
Los retos de la empresa, ha dicho el consejero, pasan por una cantidad mínima de autobuses a producir y vender para alcanzar una rentabilidad mínima o en centrarse en los modelos con mayor rentabilidad. “También, obviamente, en una búsqueda de posibles inversores y mantenemos un diálogo permanente con el área social”, ha afirmado. Irujo ha señalado que hay un “auge” del mercado de autocares en Europa y en el mundo. “Hemos pasado tres años prácticamente de parón y con el Covid se detuvieron las compras, no se vendían, nadie pedía, en este caso, autobuses nuevos y a finales de 2022 es cuando se empieza a recuperar el sector”, ha dicho, para añadir que también con la transición energética “la expectativa del sector de matriculaciones, del sector de autobuses, es enorme”.
Sobre el contrato con Volvo, el consejero ha dicho que “se restringe la fabricación de los dos modelos nuevos porque lo que quiere Volvo son autobuses, pero lo que hace Volvo es mantener la cartera de pedidos, con los actuales modelos”. “No rescinde el contrato, no hay menos autobuses en la planta, no hay menos pedidos, lo que hace es modificar el contrato en sí”, ha dicho, para añadir que “Volvo actualmente tiene una cartera de pedidos que supera en sí mismo la capacidad actual que tiene la empresa”.