La asociación de mujeres maltratadas insiste en su difícil situación económica: “Nos sentimos solas”
“Nos sentimos solas”. Las palabras de Sagrario Mateo, presidenta de la asociación pro derechos de la mujer maltratada (Aprodemm), con sede en el municipio navarro de Burlada, resultan llamativas teniendo en cuenta que se trata de una asociación integrada por mujeres maltratadas. El colectivo surgió en enero de 2006 promovido por siete afectadas por la violencia machista y, ahora, ve cerca su desaparición ante la falta de apoyo institucional. De hecho, su continuidad está asegurada hasta el final del próximo mes de septiembre, pero no más allá. Para seguir continuando, la entidad quiere llamar a las puertas del Gobierno Foral, después de dos ejercicios en los que no han recibido ningún tipo de partida desde el Ejecutivo, asegura Mateo, en la actualidad la única persona a tiempo completo con la que funciona el colectivo.
En concreto, desde la asociación calculan que necesitan un presupuesto de entre 40.000 y 45.000 euros anuales, que permitan a la entidad funcionar con “al menos dos personas contratadas” y dedicadas en exclusiva a ello. Sin embargo, “este año no hemos pedido subvenciones, no hemos preparado ningún proyecto; el Gobierno de Navarra no nos ha dado nada desde hace dos años”. Sí recibieron una pequeña partida en 2014 por parte del Ayuntamiento de Pamplona, que ascendió a 1.655 euros. Además, contaron con una ayuda de 4.500 euros de La Caixa, con donativos y la aportación de sus alrededor de diez personas asociadas.
Mateo defiende que la asociación es necesaria porque, desde 2006, han pasado por la entidad alrededor de 800 personas y, en la actualidad, atienden una media de dos casos por semana. Entre sus servicios, cuentan por ejemplo con talleres de defensa personal (las imparte un profesional a través de un convenio con el Ayuntamiento de Pamplona), acompañamiento a juicios, terapia de grupo (dos horas semanales), y asesoramiento judicial, pero estas dos últimas gracias a la colaboración de personas de forma voluntaria. Lo ideal en este tipo de asociaciones, no obstante, sería contar con una psicóloga o psicólogo a tiempo completo, admite Mateo, en respuesta a las críticas sobre la necesidad de más profesionalización en la atención de la asociación.
La entidad ha pasado por diversas sedes en ocho años, desde la sala de cultura de Villava a la casa de Andrea en el barrio pamplonés de la Chantrea y, ahora, está instalada sin coste (salvo el pago del suministro, que lo abona Aprodemm) en el antiguo Ayuntamiento de Burlada. Hace dos ejercicios, la mayor aportación con la que han contado fue a cargo del Consistorio pamplonés por valor de 19.000 euros, pero la falta de partidas y de personal que arrastraban se ha acumulado.
“Hablaremos con todos”
Esta es la situación de la entidad, que ahora llama a la puerta del Gobierno Foral y del Parlamento para buscar apoyos. Por el momento, lo han encontrado en el PPN, que ha solicitado públicamente al Ejecutivo que reaccione para evitar la desaparición de la entidad. “No podemos más, pero queremos hablar con todos”, apunta. Y, para ello, quieren reunirse con la presidenta de Navarra, Uxue Barkos.
La petición, en cualquier caso, se suma a las realizadas por otros colectivos sociales, ahogados por la situación económica y que no han recibido ningún tipo de partida. Desde Aprodemm no descartan su desaparición inminente, y volver a surgir como otra entidad.
(Edición actualizada).