8.000. Ese es el número redondo de familias navarras que tienen que recurrir al Banco de Alimentos de Navarra para poder comer. En algunos casos, se trata de complementar la dieta con lo que proporcionael banco, pero en otros casos prácticamente es su único sustento. Esas 8.000 familias representan en realidad a más de 28.000 personas, de las que algo más de 1.200 son niños menores de dos años.
Así se refleja en la memoria de actividad social de la fundación en la que a diario trabajaron el pasado año 176 voluntarios dedicados a las labores de captación de alimentos, almacén, transporte o administración.
En 2018 fueron 3.743 las toneladas de alimentos repartidas entre estas más de 8.000 familias, lo que supone una cantidad de 133 kilos por persona al año, ya que se estima que una persona consume entre 400 y 500 kilos anualmente.
Sustituir este sistema de donación gratuita de alimentos por la entrega a los usuarios de ayuda monetaria para su adquisición en el mercado haría necesario que la sociedad con medios públicos o privados desembolsara 6,8 millones de euros anuales, según estima el Banco de Alimentos de Navarra.
Aunque la cifra de personas atendidas a través de las entidades ha disminuido respecto a años anteriores las situaciones de necesidad persisten, incluso en aquellos hogares en los que hay algún sueldo.
Según ha indicado, el descenso en 2018 del número de personas se debe principalmente a las mejoras en el control de usuarios; las bajas de algunas personas realizadas por los Servicios Sociales de Base, entre otros motivos, por la mejora de su situación laboral y económica fruto de una ligera recuperación económica, o el abandono de la actividad de reparto por la entidad a la que pertenecían esos usuarios.
Con la colaboración de los Servicios Sociales de los diferentes Ayuntamientos y la supervisión del área de Entidades Sociales del BAN, dichas entidades, tras un estudio de necesidades, determinan qué personas y familias cumplen los requisitos para recibir ayudas.
Por su parte, el BAN dispone de herramientas informáticas de control que permiten detectar duplicidades y otras irregularidades en la clasificación de las personas que las reciben.
Más de 2.000 toneladas de comida
Por otra parte, las unidades de atención familiar (UAF) establecidas mediante colaboración del Banco de Alimentos de Navarra con ayuntamientos y servicios sociales y colectivos han seguido funcionando como “tiendas sociales”. En 2018, se inauguró le unidad de Barañain para 578 usuarios, denominada Saskia y atendida por una asociación de voluntarios de Barañain.
Desde 2016 viene funcionado en San Adrián la primera unidad instalada que atiende a 1.023 usuarios de la propia localidad y de las vecinas Azagra, Carcar y Andosilla y en 2017 se abrió una unidad para 233 personas en Tudela en colaboración con Tudela Comparte. Asimismo está próxima a abrir sus puertas la de Buztintxuri (Pamplona) con 909 usuarios.
Según los datos de Banco de Alimentos, el valor medio de la ayuda anual por familia que se entrega a través de los alimentos es de unos 828 euros. A su vez, con su actividad, el Banco de Alimentos ha evitado en 2018 que 2.673 toneladas de comida (valoradas en 4,7 millones de euros) fuesen a desperdicio, lo que supone evitar un coste de tratamiento en residuos de más de 160.000 euros el pasado año.