“A nadie se le esconde momentos que, a lo largo de este año y medio, no han sido fáciles para ninguna de las dos partes, pero la relación ha sido siempre magnífica”. La presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, intentaba templar con estas palabras la cada vez más delicada relación entre su gabinete y la Universidad de Navarra, entidad privada perteneciente al Opus Dei. Las más recientes desavenencias entre el Ejecutivo y la UN han surgido por la modificación de las becas que ha aprobado el gabinete cuatripartito, una normativa contra la que el centro privado anunció un recurso judicial y que ha puesto en pie de guerra a las asociaciones de alumnos del centro.
En este clima de hostilidad coincidieron esta semana la presidenta Barkos y el rector de la UN, Alfonso Sánchez Tabernero, en una conferencia. Hablaron cara a cara del asunto. Al terminar el acto, la presidenta intentaba calmar las aguas revueltas de la relación de su gabinete con la universidad privada: “Las relaciones con el rector de la Universidad de Navarra, como con cualquier entidad de la dimensión y de la importancia de la Universidad de Navarra en esta Comunidad, son y han sido siempre buenas, incluso cuando ha habido momentos difíciles en la relación entre ambas instituciones”.
Se refería la presidenta, sin citarlo, al acuerdo de su Gobierno de no renovar el convenio por el que cada año se pagaba a la Clínica Universitaria de Navarra, también del Opus Dei, la asistencia sanitaria que prestaba a los más de 4.500 trabajadores de la Universidad de Navarra. El dinero del convenio se destinó a reforzar los servicios públicos de Salud que acogieron en el régimen general a dichos trabajadores. Pero a la Universidad de Navarra no le sentó nada bien la medida, y las relaciones con el Gobierno de Barkos, que hasta ese momento no habían pasado de frías y distantes, comenzaron a complicarse.
Las diferencias entre Gobierno y UN con respecto a la nueva política de becas forman ahora un episodio más en la etapa de relaciones con el Ejecutivo que afronta la universidad del Opus desde que el cuatripartito que lidera Barkos accedió al poder, hace año y medio. Porque para la UN el autoproclamado “Gobierno del cambio” está representando un antes y un después en sus relaciones con el Ejecutivo.
Los buenos tiempos del Opus con UPN
“Es de justicia reconocer y agradecer los notables efectos generados por aquella gran decisión adoptada por el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, por la elección de Navarra como sede de la universidad pensada por él para impartir a alumnos de toda España y de otros países, una formación basada en los principios cristianos y encaminada al servicio de la sociedad”. La cita cumplirá el próximo 3 de diciembre nada menos que 19 años. La pronunció el presidente de Navarra y de UPN, Miguel Sanz, en 1997 durante el acto de entrega de la Medalla de Oro de Navarra (el máximo galardón que concede la comunidad foral) al entonces rector de la Universidad de Navarra, José María Bastero. “Esta Medalla viene a simbolizar la estrecha relación entre universidad y sociedad que se viene produciendo en el Viejo Reyno desde hace más de 40 años”, agradeció el rector. Y, tras glosar “el afán de servir a Navarra, con especial atención a los más necesitados, a los que carecen de casi todo, y claman por un inalienable derecho al pan y la cultura”, recordó al Gobierno de Navarra que “la Universidad necesita muchas ayudas, públicas y privadas, para llevar a cabo sus proyectos”.
La petición del rector no cayó en saco roto. Al año siguiente, en 1998, el departamento de Economía y Hacienda del Gobierno foral concedió a la universidad “el acogimiento al régimen tributario de las fundaciones”, por lo que este centro lleva 18 años sin pagar el Impuesto de Sociedades “por las rentas obtenidas cuando procedan de las actividades que constituyen su objeto social o su finalidad específica, o cuando se deriven de adquisiciones o transmisiones a título lucrativo, siempre que unas y otras se obtengan o realicen en el cumplimiento de su objeto o finalidad específica”.
Privado versus público
“La universidad ha sido una de las apuestas más decididas que Navarra ha realizado en su historia. Un compromiso que viene siendo refrendado y actualizado año tras año mediante el apoyo presupuestario público, mediante el esfuerzo económico de todos los navarros que, realmente, son quienes conceden la subvención adecuada y suficiente para las necesidades que los responsables de la universidad justifican y razonan cada año”. Esta cita es más reciente que la anterior y fue pronunciada también un 3 de diciembre, en 2012, por la entonces presidenta del Gobierno y de UPN, Yolanda Barcina, durante el acto de entrega de la Medalla de Oro de Navarra a la Universidad Pública de Navarra en el aniversario de los 25 años de su creación. Curiosamente, la presidenta optó por no pronunciar la palabra “pública” en los mensajes centrales de su discurso: “La sociedad navarra debe mucho a la Universidad, la Universidad debe todo a la sociedad Navarra”, advirtió Barcina.
“La Universidad Pública de Navarra ha sido un instrumento clave para permitir que miles de personas accedieran a la educación superior con los únicos límites que dan el mérito y la capacidad”, respondió el entonces rector, Julio Lafuente. “En el caso de Navarra, por cada euro que invierte en la Universidad Pública de Navarra, la sociedad recibe 1,7. Dicho de otro modo, se obtiene un 70% más de lo que se invierte”, destacó Lafuente. Apenas un mes mas tarde, la UPNA comenzaba a gestionar su presupuesto para 2013 con 68,8 millones, un 2,40% inferior al que había gestionado en 2012, año de concesión de la Medalla de Oro de Navarra.
Aunque rescatadas del baúl de los recuerdos, las citas vienen a definir con bastante fidelidad la relación que, durante dos décadas de gobiernos ininterrumpidos de UPN, ha mantenido el Ejecutivo foral con las dos principales universidades de Navarra, la privada (UN) del Opus Dei, y la pública (UPNA): agradecimiento a la privada por los beneficios que genera en la sociedad, y exigencia de rendición de cuentas para la institución pública.
Según la auditora KPMG Europe, las subvenciones del Gobierno de Navarra a la Universidad privada ascendieron en 2014 a 2,1 millones de euros. En 2015 se rebajó su cuantía a 1,9 millones, es decir, una reducción del 9,5%. Sin embargo, la reducción de transferencias desde los presupuestos públicos hacia la UPNA ha sido del 60,2% desde 2008 hasta 2015, según las memorias del presupuestos del centro universitario. Es decir, las dos universidades han recibido menos ingresos públicos, pero la desproporción de los recortes es enorme.
Cambian las tornas
La llegada al poder del cuatripartito parece suponer también un cambio de tendencia en la relación del Gobierno y la UPNA. Este año ha sido el primero en el que la aportación económica de los presupuestos a la entidad universitaria ha crecido desde 2008. Pero, lo que es aún más importante para el centro, el Gobierno está negociando con la UPNA la aprobación de un plan plurianual de financiación que podría estar aprobado para abril del próximo año. Una reivindicación que la UPNA ha reclamado a los distintos gobiernos de UPN casi desde su creación, pero que los regionalistas no han querido abordar en 20 años. El plan plurianual de financiación garantizará los recursos públicos necesarios para la UPNA con independencia de quién ocupe el Gobierno, señalan desde la entidad universitaria.
Los cambios que va implantando el Gobierno de Barkos no están siendo tan positivos para la Universidad privada. Las modificaciones en las becas son el ejemplo más reciente. Según la directora general de Universidades y Recursos Educativos, Nekane Oroz, el reparto de becas implantado por los gobiernos de UPN suponían “ventajas evidentes” para los alumnos de la UN frente a los del resto de las universidades. “El alumnado de la UN recibió el 61% del presupuesto destinado a estudiantes de grado, el de la Universidad Pública de Navarra, el 13%; y el de otras universidades, el 26%”, apuntó. Además, a los becados de la UN no se les descontaba de dicha beca el importe de las que también les concedía el Ministerio de Educación, un descuento que sí se producía en el resto de las becas para las demás universidades.
La nueva normativa de becas del Gobierno de Barkos establece que el importe de la ayuda no podrá superar en tres veces el precio de la matrícula en la UPNA. Hasta ahora, las becas para los alumnos de la UN cubrían hasta el 93% de la diferencia entre el precio de la matrícula en el centro privado y en la pública. La nueva política de becas prevé ayudas por el 100% de la matrícula en la UPNA para todos los tramos de renta becados, algo que hasta ahora no ocurría.
La UN ha hecho público un estudio en el que detalla que el año pasado fueron becados 549 alumnos navarros, y que sus nuevas becas podrían llegar a ser un 32,5% menores que las del curso anterior. Según dicho estudio, de las 549 becas concedidas el año pasado, 401 lo fueron para cursar en la UN titulaciones que no ofrece la UPNA. Las casi 150 becas restantes no podrían renovarse en la próxima convocatoria, ya que no cumplirían el requisito ahora establecido de acreditar que se ha solicitado previamente matricularse en la UPNA para cursar dichas titulaciones.
El rector Sánchez Tabernero y la presidenta Barkos hablaron esta semana personalmente del asunto. Él habló de “voluntad de acuerdo” y ella de “buenas relaciones” entre las instituciones que dirigen. Está por ver en qué se concretan este diálogo y si supone volver a modificar la nueva política de becas, pero en la UN tienen claro que antes del cuatripartito no tenían estos problemas.