Alejo Stivel (Argentina, 1959) usa a menudo sinónimos en sus respuestas para buscar las palabras más adecuadas, y también responde afirmativamente para, después, negar la mayor. Denota reflexión y voluntad de diálogo en alguien que, por cierto, tiene mucho que contar, aunque insiste en que no quiere dar consejos porque no se siente autorizado para ello. La voz de Tequila actúa este lunes en Pamplona, donde tocará los grandes éxitos de la mítica banda y sus canciones en solitario. Exrock-star adolescente, productor de éxito y ahora cantante, Stivel repasa estas tres facetas mientras anima al público a asistir al concierto, saltar y olvidarse de la rutina.
Tequila es un grupo que se podría asociar mucho a sanfermines, sobre todo por aquello del Rock&Roll en la plaza del pueblo.Rock&Roll en la plaza del pueblo
En solitario mantengo un poco ese espíritu, porque toco esa canción y otros hits de Tequila, y además conservo ese concepto de que un concierto es para divertirse, desmadrarse un poco y olvidarnos de los problemas diarios y de las presiones de la realidad. Defiendo esa idea de rock como una evasión, como un rato de irrealidad.
Su actuación llega casi al final de los sanfermines. ¿Eso no complica motivar al público? Habrán pasado ya casi ocho días de fiesta...
... que son como ocho apaleamientos (risas). Igual la gente está más cansada, pero espero que se anime y que hagamos un gran fin de fiesta para dejar un buen sabor hasta el año que viene.
¿Qué diferencia al Alejo Stivel en solitario del cantante de Tequila?
Básicamente la edad (risas), pero la esencia es la misma. El Rock&Roll nos transporta a un mundo sin edad y sin complicaciones. Hasta los problemas más personales se congelan por un rato, porque el rock nos hace volver a los mejores días de nuestra vida.
¿Cree que atrae a mucho público nostálgico, que recuerda aquellas canciones de su adolescencia?
Mi público suele ser variado. Hay gente de mi edad, mayores y menores. Y también gente joven porque Tequila es un grupo que, aunque estuviera dormido, hibernando, siempre ha estado sonando. Están muy vivos tanto en la radio como en los bares. Así que la gente conoce las canciones aunque tengan 20 años y no tenga tan presente al grupo.
¿Los periodistas somos pesados al tener a Tequila como referente? ¿Cómo se toma esas alusiones constantes?
No me resulta nada pesado; algo será si lo preguntan todos. Para mí es una etapa maravillosa, y es un orgullo haber formado parte de ese grupo, porque yo me considero fan de Tequila como si no estuviera en él. No veo la razón para renegar de eso, lo entiendo perfectamente y no me cansaré de contestar preguntas sobre ello. Tequila ha dejado mucha marca en la cultura de este país.
Ha reconocido en numerosas ocasiones que usted, con la madurez, dejó atrás aquellos excesos de la adolescencia [las drogas golpearon muy fuerte a los integrantes de Tequila]. Igual con esas afirmaciones ha contribuido a alimentar los mitos en torno al Rock&Roll.
Bueno, cuando has experimentado muchas noches y muchos días, a veces se vuelven aburridos. La vida es un cambio constante. Yo no predico ni aconsejo sobre nada, porque no me siento con esa capacidad y porque creo que cada uno hace su propio camino, pero me aburrí de ciertos comportamientos. La vida tiene sus partes, y yo he tratado de vivirla con la mayor coherencia posible.
¿Pasar a hacer música para publicidad y a la producción fue una decisión que tomó para alejarse de los focos?
Nunca lo decidí, pero me metí a producir porque me parecía interesante experimentar por otro lugar. Estaba un poco saturado de hacer lo que estaba haciendo, de ser una rock-star juvenil, y la producción me dio muchísima satisfacción y, por suerte, me fue muy bien [ha sido productor de más se un centenar de artistas, entre los que se encuentran M-Clan, La Oreja de Van Gogh o Joaquín Sabina] y me encontré metido de lleno en ella.
Quizá para el público es una función que pasa más desapercibida.
Sí, porque ocurre de puertas adentro. Pero, si hay que explicarlo de una forma muy sintética, diría que es lo más parecido a ser el director de una película. Eres el responsable de todo lo que ocurre en el disco y de lo que sale.
¿Y aprendió a gestionar egos?
Sí... y no siempre se logra ese cometido. Pero sí te da cierta gimnasia, y también te sirve para darte cuenta de lo absurdo que es tener un gran ego, porque un día puede hacer que todo el mundo te vuelva la cara y que te quedes solo con él.
En 2008 volvió a formarse Tequila y después debutó como solista. ¿Era como cerrar un círculo? ¿No era más sencillo seguir en una carrera como productor en la que ya se había asentado?
Cuando me preguntan por qué volver, lo más fácil de responder para mí es que fue porque tenía muchas ganas. A veces me arrepiento de haber estado tanto tiempo sin haberlo hecho porque, joder, me lo paso tan bien que digo que fue una pena no haberlo compatibilizado antes. Pero bueno, nunca es tarde y la verdad es que, mientras a mí y al público nos guste, funcionará. Si a alguna de las dos partes deja de gustarle, habrá que pensar en la retirada. Pero, de momento, los shows van muy bien y la gente se lo pasa bomba. Estoy muy contento.
¿La madurez le ha hecho disfrutar de los conciertos de otra manera?
Tampoco soy mucho más maduro (risas). Pero estar en una fiesta como los sanfermines es un gran honor, porque se trata de las fiestas más importantes del mundo, y también una gran responsabilidad. Te impone decir que tocas en sanfermines, porque se trata de una cita muy marcada. Es uno de los hightlights del año. Así que vamos a ir a darlo todo.