UPN ha ganado las elecciones en Navarra. Sin embargo, tendrá más difícil que nunca poder gobernar. El bloque nacionalista conformado por Geroa Bai (9) y EH Bildu (8) ha sumado en conjunto 17 escaños por los 15 de los regionalistas. Ahora llega el momento de los pactos postelectorales, pero el primer paso, que era conseguir más escaños que UPN, ya lo han dado los nacionalistas.
Con ese aval, Geroa Bai y EH Bildu intentarán cortejar a PSN (7 escaños) y a Podemos (7) para conseguir su apoyo a la investidura o, al menos, la abstención. Es decir, el cambio en Navarra es posible, con lo que UPN abandonaría el Gobierno que ha detentado en las últimas legislaturas. Pero UPN tratará de jugar sus cartas y ya ha lanzado el mensaje de que se deje gobernar a la fuerza más votada. Por si no cala, su estrategia pasa, en primer lugar, por sumar a su botín los dos escaños que ha conseguido el PP. Así, llegaría a una especie de empate técnico con el bloque nacionalista, con lo que Podemos y PSE tendrían que manifestarse de manera explícita y olvidarse de la abstención. Salvo que los nacionalistas atraigan el voto de los dos diputados que ha conseguido Izquierda-Ezkerra, con lo que Podemos y PSN podrían escorarse. En cualquier caso, un entramado endiablado.
Un escenario abierto y con el voto fragmentado, tal y como se preveía. La abstención ha sido del 28,69%, casi cuatro puntos menos que en 2011. La primera oleada de encuestas pre-electorales indicaban que hasta ocho partidos podrían entrar en el Parlamento, complicando así la formación de mayorías. Al final, serán siete los partidos presentes en la Cámara legislativa.
A pesar de que UPN ha perdido cuatro escaños con relación a las votaciones autonómicas de 2011 ha sido la fuerza más votada con mucha diferencia sobre la segunda, que ha sido Geroa Bai. EH Bildu ha ganado un parlamentario (pasa de siete a ocho); Geroa Bai (que concurría por primera vez a las elecciones autonómicas) ha obtenido nueve; el PSN ha perdido dos (pasa de nueve a siete); Podemos entra con la fuerza de siete escaños; el PP pierde dos (pasa de cuatro a dos) e Izquierda-Ezkerra se deja uno (de tres a dos). En cambio, Ciudadanos y UPyD se han quedado fuera del arco parlamentario.
Ahora, todo queda a la espera de los movimientos de los partidos, pero el jaque a UPN tiene opciones de convertirse en mate.