No obstante, Francisco Etxeberria ha señalado, durante una conferencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, que “la presencia de restos entremezclados y muy fragmentados hace imposible explicar esto de un modo matemático”.
Etxeberria ha señalado que su objetivo durante el trabajo “fue siempre estudiar la tumba de Cervantes y en consecuencia, que se planteara la posibilidad de encontrarlo, pero no pretendíamos exhibir un fragmento de costilla suyo o algo parecido”.
En este sentido, el profesor de la Universidad del País Vasco ha señalado que aunque algunos hayan puesto en duda los resultados, posee un gran valor por haber sabido unir ciencia y cultura. “Ha sido un estudio interdisciplinar, esa es su mayor riqueza; por primera vez el trabajo de antropólogos y forenses ha transcurrido a la vez que el de los arqueólogos. Hemos logrado que la cultura tenga un hueco en los telediarios o que se abran nuevas líneas de investigación históricas y paleopatológicas”, ha añadido.
El experto ha relatado cómo se desarrolló la investigación y cómo fue en la fase de exhumación en la que hallaron, en una de las capas más profundas del suelo de la cripta, “un paquete con una reducción donde podrían encontrarse los restos del escritor”. Asimismo, se localizó una lámina de madera con la inscripción “M.C.” de la que tampoco se puede confirmar si perteneció o no al autor de El Quijote. Actualmente, esta reducción está custodiada por las religiosas del convento y “se estudia la posibilidad de exponerlos en ese lugar”.
UNA INVESTIGACIÓN TERMINADA
Finalmente, Francisco Etxeberria ha explicado que la investigación está prácticamente terminada. “Se podrían hacer más análisis pero su valor tiene que ver más con la curiosidad científica y no resolverán el problema de la identificación”.
En cuanto a la posibilidad de realizar la prueba del carbono 14 a esos restos, ha comentado que sería posible hacerlo pero “sus resultados serían de escaso valor al proporcionar un intervalo de fechas demasiado amplio”.
“Esta investigación tenía un límite de gastos de 100.000 euros que no se han cubierto. Puede parecer mucho o poco dinero, personalmente no creo que sea una gran cantidad. Gracias a ella ahora estamos hablando de cultura y de ciencia y ya se han visto algunos frutos como una exposición recién inaugurada o su gran repercusión mediática en todo el mundo”, ha apuntado.