“Todos los gobiernos deberían defender el euskera, incluido UPN”

¿Qué puede suponer un gobierno de cambio para la política educativa en Navarra? Entre los múltiples debates que se han producido en campaña y post-campaña, este es uno de los más delicados. Porque afecta a las nuevas generaciones, a los servicios públicos a la cultura y al euskera. El portavoz de Sortzen, la asociación que reúne a plantilla, alumnado y padres y madres de la escuela pública en euskera, Garikoitz Torregrosa (Pamplona, 1980), repasa la situación de la pasada legislatura, las necesidades actuales y las expectativas que tiene la entidad ante la posibilidad de un gobierno de cambio. Porque sí, admite que hay expectativas. Torregrosa también insiste en la necesidad de no hacer un uso partidista de la educación, pero también matiza que la educación es política porque la política afecta a todo.

La educación es un tema que siempre genera debate. En Navarra, especialmente. ¿Qué cree que puede suponer la llegada, si se concreta, de un gobierno de cambio?

En general, la mayor parte de los gobiernos, de todo color, han utilizado la educación. Nosotros reivindicamos un consenso, una estabilidad, y que no se cambie la ley cada pocos años. Ahora mismo, en Navarra es difícil lograr una ley que responda a las necesidades de todo el mundo; tenemos la peculiaridad del idioma, que ha sido utilizado, y por eso es difícil. Sí es cierto que la posibilidad de que haya un gobierno diferente al actual [se refiere al gobernado por UPN] sí puede condicionar esta situación. Por lo menos, que las familias puedan decidir en toda Navarra a qué modelo llevan a sus hijos e hijas.

Sortzen, al definirse como asociación, apuesta por un nuevo modelo de escuela pública vasca. Con ese enunciado, se presta de entrada al debate político.

Hablamos de la escuela en euskera, pero sí, puede ser así. Defendemos un sistema que va relacionado con la político, porque la política lo es todo. Nuestro modelo es el de un sistema educativo propio, que tenga en cuenta las peculiaridades de Navarra y de Euskal Herria.

Recientemente celebraron una fiesta en Sarriguren. En ella, hubo representación de partidos, entre otros, como EH Bildu o Geroa Bai. ¿El euskera esta únicamente vinculado al nacionalismo?

Hablamos de una lengua que es de aquí, y deberían defenderla todos los gobiernos, de cualquier color. También UPN. Y con uñas y dientes. No es entendible que un partido de aquí tenga tanta animadversión por un idioma. Detrás hay una cultura, sí, pero tendría que defenderla igualmente.

Ahora se habla de la posibilidad de un gobierno de cambio, apoyado por cuatro fuerzas: Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E. ¿Espera que se dé la vuelta a la situación, a pesar de que ahora se van a poner muchas miradas en qué pasa con, por ejemplo, el euskera?

Lo que pasa es que, hasta ahora, no se ha tratado al euskera en la Educación o la Administración de una manera igualitaria. Tendría que ser algo más natural, que siempre que vayas a una institución puedan atenderte en euskera, pero no ocurre así. Incluso se potencian otros idiomas más que el de aquí. Por eso, por lo menos, debemos lograr la normalización, y eso en algunas cuestiones puede exigir una discriminación positiva. Sí es verdad que hay partidos que han apostado por esa normalización, y tampoco estamos hablando de que solo se hable en euskera, sino que los derechos lingüísticos de todos sean respetados.

¿Van a llamar a la puerta del nuevo Parlamento? ¿Por dónde empezar?

(Sonríe). Bueno, ahora creo que necesitan un tiempo. Pero sí, igual que hemos ido otras veces al Parlamento, acudiremos a hablar de la educación y del euskera. También es cierto que la ley [se refiere a la ley del Vascuence, aprobada en el Parlamento pese a la oposición de UPN, que convierte en la práctica la zona no vascófona en mixta y permite impulsar el modelo D en centros públicos allí donde haya demanda] cambió hace poco, y hay que ponerla en práctica. Lo que pasa es que UPN la ha retrasado de tal manera que, en el próximo curso, no se podrá materializar. Lo que pediremos es que ese cambio se haga. Que, realmente, esas familias que quieran matricular a sus hijos e hijas en modelo D lo puedan hacer.

Sortzen ve esa ley, entonces, como un paso adelante.

No es lo que queremos, pero sí es un paso que puede aliviar la vida de muchas familias que, ahora, tienen que hacer muchos kilómetros, ya sea para ir al modelo público o a una ikastola.

Desde UPN se advirtió de cómo esta situación puede afectar, precisamente, al número del alumnado de centros concertados como las ikastolas, si finalmente se impulsa el público.

Tenemos la idea de que este cambio sea para sumar, evitar que por extender el modelo D se cierren ikastolas, porque hasta ahora han hecho una función primordial: sin ellas, no se habría podido recuperar el euskera en esos entornos. Por eso habrá que ir con cuidado.

¿Cree que hay demanda suficiente en la zona no vascófona para ampliar el modelo D?

Habrá que verlo. Si no hay oferta, la demanda tiende a desaparecer. Puede que ahora no haya demanda, pero si se empieza a ofrecer, subirá. Creo que pasará.

¿Qué valoración hace de la gestión de Educación del consejero Iribas? Desde parte del mundo educativo se ha hablado de él como la representación más dura de UPN.

Con nosotros ha sido duro, sí. Estos cuatro años han sido potentes, muy movidos, en Educación. Por ejemplo, con la entrada de la LOMCE, los recortes, el euskera, los informes de la Guardia Civil [se refiere al informe de la Guardia Civil, que dio a conocer El Mundo, en el que se apuntaba a una presunta “infiltración” de ETA en la escuela navarra]... Eran cosas que no tenían sentido, que se quedaron ahí, pero que hacen daño.

Ha hablado de la LOMCE. Aquí Iribas defendió que se mantendría un modelo propio, una especie de LOMCE a la navarra.LOMCE a la navarra

Está claro que hay cosas que se pueden no aplicar. Desde UPN, que es partidario de la LOMCE, han visto que era muy precipitada toda su aplicación por falta de tiempo. Y, si hay dudas entre los partidos que apoyan esa ley... habrá que ver qué traía de bueno. Además, es una ley muy costosa. De todas formas, el problema en Educación es que las políticas se hacen a corto plazo, cuando es una materia en la que hay que trabajar a largo.

Entonces, un gobierno del cambio no podría cambiar todo en poco tiempo...

No creo que se lo plantee. Al final, en cuatro años no da tiempo a hacer nada. No da.

¿Cambiaría en algo la LOMCE con un nuevo Gobierno Foral?

Puede que tengan más margen para no aplicar algunas cuestiones, dilatar las medidas... Pero a ver qué pasa también en noviembre [se refiere a las elecciones generales] y si esta ley no se termina de aplicar, como pasa siempre.

Sortzen apoyó a las 300 familias que en Navarra se negaron a que se hicieran las pruebas de la LOMCE en 3º de Primaria. Sin embargo, esas pruebas al final siguieron adelante, y se hicieron en otra fecha.apoyó a las 300 familiasal final siguieron adelante

Son las primeras pruebas de un sistema de evaluación que luego se complicará. Era necesario poner una línea roja. Y, además, era muy pronto para hacer unas pruebas a críos de 8 años; metes presión al alumnado, preparas las pruebas y entonces influyes en el resultado...

Antes hemos hablado de la fiesta realizada en Sarriguren, uno de los colegios cuyas necesidades expusieron ante el Parlamento. ¿Cuál es la situación actual? ¿Es un macro-centro?uno de los colegios

Se construyó una ciudad de la nada, como ha ocurrido con Sarriguren, y se hizo sin planificación. Dotar a la zona de servicios es una decisión que se ha dilatado. Ahora quieren hacer una ampliación porque el alumnado de Infantil no cabe: van a hacer ocho aulas nuevas, pero hay matriculaciones como para diez. En general, ha habido pocos avances en las mejoras pendientes en los centros públicos. No había dinero, y recortaron de infraestructuras, que para ellos [el Gobierno Foral] no son graves. Su prioridad no era cuidar la red pública, sino de otras...

¿La concertada, quiere decir?

Sí. Pero, en eso, al menos UPN dice lo que siente [Javier Esparza, candidato regionalista, defendió la educación concertada claramente en campaña], porque lo cierto es que priorizan la concertada a la pública, aunque luego lo nieguen. El Gobierno tendría que defender a sus escuelas.