Como si de un acontecimiento festivo se tratara, los alrededores del Monumento a los Caídos de Pamplona han amanecido hoy custodiados por las vallas azules de Policía Municipal impidiendo aparcar. Nada de coches aparcados, nada de curiosos merodeando por el monumento, nada de periodistas y mucho menos de cámaras. En la más estricta intimidad, con el personal técnico indispensable y con acceso sólo para quienes así lo ha decidido la familia, en la cripta del Monumento a los Caídos se procede desde ayer a la exhumación de los restos del general golpista Sanjurjo y del resto de fallecidos del bando nacional durante la Guerra Civil que permanecían enterrados bajo el monumento desde la década de los 50.
Un equipo dirigido por el forense Paco Etxeberría trabaja desde ayer por la noche en las labores de desentierro que llevarán a la consecución del objetivo que el Ayuntamiento ha perseguido desde el inicio: que el Monumento a los Caídos deje de albergar en su sótano los restos de los generales franquistas y de los combatientes del bando nacional, y que pueda dejar de considerarse la pieza monumental como un símbolo de homenaje franquista. Todo ello, en cumplimiento de la ley de Memoria Histórica, con la que tanto el Gobierno foral como los gobiernos locales de muchos ayuntamientos están eliminando de los espacios públicos de Navarra numerosas placas, esculturas, monumentos o incluso nombres de calles que rendían homenaje al dictador Franco.
El más llamativo de estos actos de retirada de símbolos franquistas llegó hace unas semanas con la supresión de la “laureada” del escudo de Navarra que presidía una de las fachadas de la sede del Gobierno foral. Y el Ayuntamiento de Pamplona, en manos de Bildu, lleva ya varios meses de gestiones para exhumar los restos de los generales franquistas enterrados bajo el Monumento a los Caídos, en lo que será otro hito importante en la eliminación de símbolos franquistas. Los trabajos no han estado exentos de polémica e incluso han contado con la oposición de algunos familiares de los allí enterrados, que no han dudado en acudir a los tribunales.
El juzgado de lo Contencioso Administrativo número dos de Pamplona había rechazado la víspera el recurso presentado por la hija del general Sanjurjo con el que pedía la suspensión del desenterramiento de los restos de su padre. El juez entendía que, para impedir una exhumación, debían acreditarse la existencia de daños y perjuicios “de difícil o imposible reparación”. Para el magistrado, el Ayuntamiento tenía previsto llevar a cabo los desenterramientos “contemplando una serie de precauciones y garantías”, de forma que consideró “suficientes” las condiciones y negó a la hija de Sanjurjo su petición.
Como se sabe, los restos del también general franquista Emilio Mola reposaron junto a los de Sanjurjo en la cripta del Monumento a los Caídos hasta el pasado 24 de octubre, fecha en la que se procedió a su exhumación y posterior entrega a sus familiares. Quedan todavía en la cripta los restos de otros seis fallecidos del bando nacional durante la Guerra Civil. Los familiares de dos de ellos, los hermanos Joaquín y Dimas Aznar, habían solicitado también a los juzgados la suspensión cautelar de los desenterramientos, pero el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Pamplona ha rechazado también su petición.