¿Cuánto cuesta que el Reyno Arena siga cerrado? ¿Y abierto? Estas son dos de las preguntas clave que, esta semana, tendrá la oportunidad de responder de nuevo el Gobierno Foral, ante la patata caliente que afronta con un proyecto que costó más de 58 millones de euros y que, por el momento, no tiene uso conocido ni fecha oficial de apertura. El grupo parlamentario de Izquierda-Ezkerra vuelve a la carga con esta infraestructura, considerada por diversos grupos de la oposición como el aeropuerto de Castellón navarro, ante la falta de novedades sobre este recinto a pesar de que la legislatura se acerca a su final.
Toda la oposición se ha posicionado, en bloque, contra un proyecto al que se han referido como una muestra de “megalomanía”. Impulsado en 2008, como parte del Plan Navarra 2012 (un conjunto de inversiones que salió adelante en aquel Parlamento sin votos en contra, pero con la abstención de IU y NaBai), el objetivo de este pabellón situado junto al estadio de El Sadar era dar cabida al Portland San Antonio pero también contar con un espacio aprovechable para otros fines, por ejemplo culturales. Sin embargo, el recinto (con gradas para 10.000 personas y un frontón para más de 2.500) se quedó compuesto y sin pareja tras la desaparición del Portland y sus fines secundarios se convirtieron en los principales, tras la caída en general del deporte de elite. Con todo, aún está por decidir su uso final. De ahí que, a pesar del avance en las obras, a falta de un último impulso, el recinto esté prácticamente acabado pero sin fecha prevista de estreno. Fuentes del Gobierno aseguraron que no habría apertura en 2014 y, ya en enero de 2015, el consejero de Políticas Sociales, el regionalista Íñigo Alli, aseguró que solo iniciaría su actividad cuando los ingresos lo permitan.
Con este anuncio, en principio, se despejaban las dudas de los grupos parlamentarios, que temían que UPN pudiera preparar una inauguración de cara a la galería, con esas palabras, antes de las elecciones forales pero sin previsión de un uso continuado. En este sentido, desde el Ejecutivo siempre han insistido en que se sigue recabando información sobre la finalidad que tendrá el proyecto, hablando con empresas privadas. En octubre de 2014, Alli adelantó que la infraestructura sería gestionada a través de una colaboración público-privada y que, por ello, se había iniciado una ronda de contactos con empresas privadas para determinar los posibles usos del recinto. Los requisitos básicos para ello son que haya un interés social, que se genere empleo y que la apertura no genere déficit, especialmente durante los años de arranque. Y este es el punto que ha provocado suspicacias entre la oposición, que espera respuestas sobre este tema y cree que, ante la falta de ellas, es porque las noticias no son precisamente positivas.
“Queremos saber qué previsiones hay para este año, porque aseguraron que para septiembre de 2014 habría novedades, que sabríamos si se procedería a la apertura y no ha sido así. Y tampoco sabemos cuál será el modelo de gestión final”, apunta el parlamentario de Izquierda-Ezkerra Txema Mauleón. Para ello, la formación ha presentado una pregunta que tendrá que ser respondida este jueves en el Pleno.
El informe de Comptos, más cerca
Ante esta necesidad de respuestas, un paso vital será el informe que tiene que elaborar la Cámara de Comptos, el órgano que fiscaliza las cuentas públicas en Navarra. Fuentes de la entidad confirman que ya se ultima el borrador y que, por tanto, los resultados se conocerán antes de que termine la actual legislatura. Este documento podrá aclarar la inversión realizada y el coste de mantenimiento del recinto (en el anteproyecto presupuestario que UPN presentó y no salió adelante contemplaba un gasto de 390.000 euros en funcionamiento, más otras partidas simbólicas y ampliables); otra cuestión es que Comptos entre a valorar, como se le solicitó, los posibles usos del recinto. El presidente de la Cámara, Heliodoro Robleda, ya afirmó en una entrevista en eldiarionorte Navarra que, desde el principio, le pareció que esta infraestructura era difícilmente viable. Ahora falta por conocer qué pasos dar, por tanto, para lograr la cuadratura del círculo y convertir al pabellón en un recurso activo, algo que, según afirmó Robleda, el Gobierno tendría que haberse planteado antes de iniciar una obra millonaria.