“Kukuxumusu soy yo de alguna manera. No se puede separar”. Mikel Urmeneta (Pamplona, 1963) es el gran referente creativo de una marca clave en Pamplona, en los sanfermines y en el mundo del dibujo y las camisetas. ¿Puede eso ser compatible con hacer un diseño para la organización PETA, que cada año organiza una protesta antitaurina el 5 de julio? Urmeneta explica estas y otras contradicciones, desde su aspecto bohemio a su trabajo durante más de 26 años en esta empresa, desde las dificultades con la crisis a los nuevos proyectos, de las críticas al artista al crecimiento de la marca. Urmeneta participa este viernes en uno de los actos de la VI edición del Salón del Cómic de Navarra, donde se recordará la figura de Javier Krahe. Y, con este motivo, repasa su trayectoria y su “mundo”.
Este 25 de septiembre participa en la composición de un mural, entre nueve creadores, en honor al cantautor Javier Krahe. ¿Cómo surgió este homenaje y por qué hacerlo de esta forma?
En verano, desde hace muchos años, suelo ir a Zahara de los Atunes, que era la segunda casa de Javier [en Cádiz, donde Krahe falleció el pasado 12 de julio], y tenía muy buena amistad con él. Tuve entonces la libertad de hacer un mural, un cartel, para él y junto con el dibujante Belatz propuse al Salón del Cómic preparar algo común. Como en Zahara coincido con Álex de la Iglesia o Pablo Carbonell, que son unos dibujantes excepcionales aunque no sea su profesión principal, les propuse este cadáver exquisito en el que nueve artistas, a los que les gusta el dibujo, que compusieran cada uno desde diferentes lugares una parte de un puzzle. Ahora terminamos de componer esta pieza artística y, además, vendrá a tocar al salón el guitarrista e hijo predilecto, como dice él, de Krahe, Javier López de Guereña.
Habla de Álex de la Iglesia y de Pablo Carbonell como aficionados al dibujo y llama la atención la cantidad de personalidades que pintan como hobby.
Es como escribir: todos lo hacemos de vez en cuando, para reflejar nuestros pensamientos o filosofadas. Y el dibujo también es una herramienta de liberación, un método de evasión acojonante.
En la escuela, parecía que quien pintaba era porque no prestaba atención. Usted, en una entrevista en Jot Down, afirmó que para las personas curiosas, la mejor escuela es viajar. una entrevista en Jot Down
Mi problema es que cuando estoy obligado a aprender, no aprendo ni hostias. Como que me entra por una oreja y me sale por otra. Pero viajando aprendes 80 veces más y, encima, sin darte cuenta. La primera vez que fui a Nueva York, aprendí de arte, de pintura y de creatividad sin que nadie me enseñara; y lo hice más que en los 20 años que tenía por aquel entonces.
Cuando se habla de usted como alguien que vive a caballo entre Nueva York y Pamplona no le sorprenderá que haya quien diga Qué bien vive.Qué bien vive
Hombre, tengo 51 tacos y con Kukuxumusu llevamos casi 27. Ahí, detrás de si vivo mejor o peor, hay mucho trabajo. Lo que pasa es que entre mi aspecto bohemio, que me lo paso de puta madre y que todo el día estoy de juerga, pues de alguna manera la gente visualiza a Urmeneta como un jeta que vive la vida de puta madre. Pero, en mi caso, el 80% de los proyectos más chulos que he hecho, más interesantes y lucrativos, han nacido de una borrachera o de una madrugada a las mil.
Kukuxumusu surgió, precisamente, de un viaje a Australia.
Sí, surgió de un viaje. Vimos que allí el producto de souvenir lo desarrollaban los artistas locales en Sidney, no empresas. Todo estaba hecho con mimo y con calidad artística, y pensamos en por qué no trasladar eso con mis dibujos a San Fermín. Y así empezamos y nos encontramos un nicho de mercado, porque el mundo del souvenir era muy casposo. Dimos en el clavo [la idea surgió en 1989]. Ahora hay muchísimas marcas y es más complejo trabajar, y sufrimos la famosa crisis que ha sufrido la mayoría de las empresas…
¿Cuál es el estado de salud de la marca? Porque, por ejemplo, en 2013 se planteó un ERE de extinción del 30% de la plantilla (y hubo duras críticas por parte de la plantilla despedida) y otro de suspensión.
Lo hemos pasado muy, muy mal. Éramos tres empresas independientes y la que más gente tenía, que comercializaba la creatividad, se fue a concurso de acreedores. Con las dos que quedaron tuvimos que hacer una reestructuración societaria y empezar con mucha menos gente, y hemos tenido que poner en la calle a amigos íntimos. Fue una frustración no poder hacer nada por salvar parte de tu empresa.
Y ahora, ¿cuál es la situación?
Estable. La empresa se ha hecho mucho más pequeña. Y las camisetas, por ejemplo, que eran nuestro buque insignia, en lugar de cargar con el riesgo de los almacenes, los stocks… ahora las lleva la empresa que nos producía. Somos un tercio de la gente que éramos en su momento y con una oferta creativa más amplia, hacia la publicidad, la imagen corporativa… Quiero empezar otra vez y hacer cosas diferentes. Me encantaría empezar en el mundo de la animación, por ejemplo, y también salir fuera. A Estados Unidos, Sudamérica…
¿La sobreexposición también puede ser un problema?
Podría ser. A veces, puedes ser el chungo de la película de pura saturación. Pero me ha dado la vida vivir en Nueva York y unirme a gente a la que quiero mucho y que es muy interesante, como Andreu Buenafuente, Karlos Arguiñano, Eduardo Punset… un montón de gente con la que también he hecho proyectos.
Llama la atención la cantidad de eventos y organizaciones para los que ha preparado un cartel. Greenpeace, Amnistía Internacional, Coca Cola, el Festival de Jazz de Vitoria, las fiestas de San Isidro… Y, en especial, que haga un diseño para PETA, que en Pamplona organiza la protesta antitaurina, pero, a la vez, haya preparado dos veces el cartel de San Fermín y una vez el de la feria taurina, por ejemplo. ¿Cómo se entiende?
Sí, en su día no se entendió esa colaboración. A PETA les expliqué que era de Pamplona, que me gustaban los toros, que tengo amigos toreros y me gusta el encierro, y que nuestra empresa de alguna manera hace negocio de San Fermín. Y eso podía estar reñido con lo que pide la organización, pero también tienen todo el derecho a hacer una manifestación que, además, me encantaba. Que vinieran tantas personas en pelotas en Pamplona un 5 de julio me parece una forma de protesta acojonante. Hicimos ese trabajo durante tres años y mucha gente dijo que tiraba piedras contra mi propio tejado, que era San Fermín… Sí, puede resultar contradictorio, pero hice una camiseta para una protesta que me parecía legítima. Lo hacen muchas empresas pero igual, al tratarse de algo muy visual, canta mucho.
Usted, en RTVE, aseguró que la labor de Kukuxumusu es prácticamente la de ser unos cronistas gráficos de la actualidad.en RTVE
Es lo que mejor nos define. Porque, además de ser una fábrica de dibujos e ideas, somos cronistas gráficos y humorísticos. Tratamos de contar lo que está alrededor de nosotros, que es esa actualidad y la vida cotidiana del ser humano.
¿Y con un punto provocativo? A menudo habla de que la sociedad es muy hipócrita.
Repasamos lo que nos sucede y lo malas personas que somos. Me gusta, nos gusta, hacer dibujos sencillos, con mucho fondo y que este sea ambiguo, para que cada uno haga la interpretación que quiera.