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UPN justifica el acuerdo con el PPN para “blindar” a Navarra unos días después de dudar del pacto

Prácticamente hasta esta semana, José Javier Esparza había insistido en una idea: que al PP le interesaba más acudir a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre de la mano de UPN en Navarra que al revés. Recalcó, incluso, que para hacer frente a los mensajes nacionalistas era necesario para UPN contar con una voz propia en Madrid, diferenciada, que tuviera margen de maniobra para pactar con otras fuerzas más allá de los populares. Y, este viernes, se anunció el acuerdo. No habría ruptura y, como siempre, UPN y PPN firmarían un pacto.

Ante este giro, había expectación por conocer cómo Esparza justificaba el cambio tras el Consejo Político que, durante la tarde de este 30 de octubre, ha ratificado el acuerdo (75% de apoyo) ya filtrado unas horas antes y que sigue en la línea mantenida desde 1982. Y eso a pesar de que Esparza había asegurado que no tenía miedo a romper esa tradición. En este sentido, el presidente de UPN ha asegurado que el entendimiento es beneficioso para ambas partes, aunque es evidente que UPN tendrá las manos menos atadas que en una última legislatura donde, como habían reconocido desde el propio partido, para la ciudadanía ha sido difícil distinguir en Madrid entre lo que votaban regionalistas y populares.

Esparza ha apuntado, en conferencia de prensa, que en esta decisión ha pesado el escenario actual, con un Gobierno Foral que “sigue una ruta a la catalana”. Esparza ha defendido que, frente a la unión entre diversos partidos que ha arrebatado el poder a UPN en Navarra, Pamplona y los municipios más poblados de la comunidad, UPN es el freno al “independentismo”. Y, en concreto, ha asegurado que este pacto “blinda” a Navarra.

En este caso, según el acuerdo anunciado, el PP ha cedido a la postura de fuerza de UPN y, con ella, los dos primeros puestos de la lista al Congreso de los Diputados. El otro lado de la moneda es que el PP obtiene la cabeza de lista al Senado (segundo puesto para UPN, tercero para el PP), aunque estaba claro que el verdadero objetivo regionalista era aspirar a contar con dos escaños (ahora tenía uno) en la Cámara Baja, y además, logra ese pretendido margen de maniobra. Porque la condición del acuerdo es que UPN únicamente tendría que apoyar al candidato popular a la Presidencia del Gobierno central en el caso de que hubiera esa posibilidad.

Estas condiciones mejoran el último acuerdo, firmado en 2011, y que entonces, según dijo la que era presidenta de UPN y del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, no tenía “por qué interferir” en su cogobierno en la Comunidad Foral con el PSN, que acabaría rompiéndose en junio de 2012. El grupo socialista, por cierto, ya ha valorado este acuerdo afirmando que UPN vuelve a ser “el dominguillo” del PP, a pesar de una legislatura en España marcada por “las políticas antisociales, los recortes y las políticas sin transparencia”.

Esparza, en cambio, ha insistido en que hay momentos para, “más que pensar con el corazón, hacerlo con la cabeza” y ha justificado, así, que este acuerdo supone un respaldo al Convenio Económico y, como en 2011 hizo Barcina, ha recordado que este pacto supone una apuesta por el Amejoramiento y, además, por una posibilidad de eliminar la transitoria cuarta que en la Constitución permite a Navarra sumarse a Euskadi. “Navarra no es una comunidad nacionalista, pese a lo que la señora Barkos quiera trasladar”, ha repetido.

El PPN lo considera “generoso” (por su parte)

Por otro lado, ha sido llamativa la valoración del lado popular. La junta gestora del PPN, que también ha respaldado el acuerdo alcanzado, ha considerado que este es “enormemente generoso” por parte del PP. A través de un comunicado, ha coincidido, además, en que el pacto es un respaldo, entre otras cuestiones, al Convenio Económico, que ciertas voces populares, además de socialistas y de Ciudadanos, habían puesto en cuestión.