“Comadrona en la ola” es el nombre en redes sociales de Nazareth Olivera Belart. Trabaja en un hospital público de la Comunidad de Madrid y también realiza preparaciones online al parto y el posparto.
Su tarea divulgativa sobre el embarazo, el alumbramiento y el puerperio la ha hecho conocida y respetada. Ha plasmado ciencia y experiencia en un libro ameno y cercano llamado Ser mamá (Grijalbo, 2022). “Mi mayor deseo como matrona ha sido devolver el conocimiento del cuerpo a las mujeres, un conocimiento que nos pertenece y que perdimos en algún momento. A veces, no saber cómo funciona nuestra fisiología y la de nuestros bebés nos lleva a vivir esta etapa con miedo y muchas dudas”, escribe en el prólogo. Olivera Belart es además madre de tres criaturas.
¿Qué hace una matrona y qué hace un ginecólogo en un parto?
Las matronas somos las especialistas en parto normal. Es decir, en la grandísima mayoría de partos.
¿Cuándo dice normal qué quiere decir?
Un parto que empieza solo, o incluso aunque sea inducido o estimulado, pero que progresa adecuadamente. La matrona es quien valora el proceso y progreso de la dilatación. Si el bebé se encuentra bien hace seguimiento del registro del monitor, que es cómo sabemos si lo está. Si el proceso sigue su curso, el o la ginecóloga no interviene en absoluto.
¿Y si algo no va bien?
En el momento que el bebé empieza a mostrar signos de que no está bien, o el parto o el expulsivo no progresa, pasa el tiempo y las medidas que tienen las matronas no consiguen que el parto termine, o se produce algún tipo de complicación se avisa a los ginecólogos para que valoren la situación e intervengan de la manera que considere: a veces con un parto instrumental o a veces con una cesárea.
¿Qué en los partos haya ginecólogos y obstetras en lugar de matronas hace que las intervenciones en los partos sean mayores?
Sí, objetivamente sí. Esto lo hemos hablado en mi paritorio estando de guardia con nuestros compañeros ginecólogos a raíz de la crisis de matronas que hay en todo el estado. Ellos son los primeros que te dicen: “Nosotros no estamos acostumbrados a llevar una dilatación”. Ellos no están acostumbrados a acompañar un parto de 12, 24, 48 horas que puede durar. Nosotras en el expulsivo nos podemos pasar cuatro horas empujando con la mujer, y mis compañeros dicen: “Yo ya no tengo paciencia para eso, porque estoy acostumbrado a que vengo, valoro y resuelvo”.
Las comadronas del Hospital Universitario de Cruces de Baracaldo emitieron un comunicado a principio de verano denunciando que no se estaban cumpliendo las presencias mínimas para atender adecuadamente y que el problema era generalizado. ¿Qué está pasando?¿A qué se debe?
Tenemos una falta de matronas grave. Las residentes tenían que haber terminado la formación de matronas en mayo, como todos los años, pero este año por el receso por la pandemia terminarán a finales de septiembre o en octubre. Eso son 400 matronas menos. Pero además, se están jubilando un montón de compañeras y no hay reemplazo.
En los últimos datos del INE, de 2020, se contabiliza que un 75% de los nacimientos fueron parto vaginal, y el 25% por cesárea. Y las recomendaciones de la OMS afirman que las cesáreas deberían ser como mucho entre un el 10% y el 15%, ¿Qué pasa en este país, por qué hay tantas?
Si lo separas, la sanidad privada tiene en torno a 31% de cesáreas y la sanidad pública está entre un 22% y un 24%. La mayoría de los hospitales no utiliza protocolos actualizados en tiempos. Por ejemplo, para ver el progreso de la dilatación los tactos vaginales deben hacerse cada cuatro horas, y en la mayoría de los hospitales son cada dos. Aquí estás quitando tiempo al trabajo de parto, con lo que se puede decir que el parto no progresa muchísimo antes de lo que se debería.
En la clínicas privadas una matrona puede llevar a cinco o seis mujeres de parto. Lo ideal sería matrona por parto, dos como mucho
El tiempo del expulsivo tampoco se respeta en muchos hospitales ya puede durar hasta cuatro horas si la madre y el bebé están bien. Hay también un exceso de inducciones, las inducciones mal realizadas, con prisas y agresivas a nivel farmacológico también aumentan el riesgo de cesáreas. Y sí es cierto que hay una pequeña proporción de cesáreas por patologías como la preeclampsia ya que la edad materna cada vez es más tardía.
¿Y cómo lee que en los hospitales privados haya más cesáreas que en los públicos?
En la clínicas privadas una matrona puede llevar a cinco o seis mujeres de parto. Lo ideal sería matrona por parto, dos como mucho. La mayoría de ginecólogos vienen simplemente a asistir al expulsivo. Llaman por teléfono a la matrona, oye cómo va esta mujer, yo a las 8 ya no puedo ir porque tengo un compromiso. Esto es real, a veces dicen no ha dilatado lo suficiente pues nos pasamos al quirófano. O mujeres que les pusieron prostaglandina tres horas y como en tres horas no había dilatado el ginecólogo les dice que mejor cesárea. También hay mucha cesárea programada por conveniencia en la privada. No todos, eso sí, hay obstetras por privada que son fantásticos y que trabajan de una manera increíble, pero no es la norma.
La OMS habla del 10% de inducciones como buena práctica, y en España parece que están alrededor del 30%. Muchísimas inducciones acaban en cesárea. ¿Por qué se induce?
Algunas inducciones están completamente justificadas, un ejemplo claro, una mujer que tiene una preeclampsia. Hay otras que se pueden poner bastante en duda, como por ejemplo inducir en la semana 41. Si está todo bien, tanto monitores como las ecografías salen correctas, el parto se considera normal entre la semana 41 y la 42. A la mujer se le debe ofrecer, pero no imponer la inducción. Sería adecuado inducir entre la 41 y hasta la 42, si en lugar de inducir a todas las mujeres en la 41 se espera a la 41 más 4 días, más 5, más 6 días la gran mayoría de las mujeres ponen de parto.
¿En la semana 42 es obligatoria la inducción?
Obligatorio no es nada porque a una mujer no pueden obligarla a ir a una inducción. Ella sigue siendo autónoma y tiene toda la potestad y autonomía sobre su cuerpo y su embarazo. Se le debe informar que a partir de la 42 aumenta el riesgo de muerte perinatal, pero ese aumento sigue siendo muy bajito. Estamos hablando que pasa de un 1,7% en la semana 41, a un 3.2% en la semana 42. La mayoría de embarazos que pasan a la semana 42 no les va a pasar nada, pero existe ese aumento y nosotros debemos informar. Si la mujer no quiere una inducción se debería poder esperar haciendo un seguimiento del bienestar materno fetal, cada dos o tres días una ecografía y un monitor.
El hecho de que la mujer tenga que parir en el quirófano por vía no vaginal no impide que pueda estar acompañada por su pareja o la persona que ella decida
Leo en su libro el concepto de “cesárea humanizada”, ¿a qué se refiere?
Es como llamamos al hecho de que aunque la mujer tenga que parir en el quirófano por vía no vaginal pueda estar acompañada por su pareja o la persona que ella decida, y tener a su bebé en todo momento sin separación. Si el bebé nace bien se debería poner inmediatamente encima de la madre en el mismo quirófano a hacer “piel con piel”, igual que si se hubiera nacido por vía vaginal. Sabemos con estudios, que la separación del bebé de la madre aumenta las tasas de depresión posparto, aumenta las complicaciones en la lactancia. Muchas mujeres me han confesado avergonzadas que esa separación injustificada de horas ha hecho que cuando se lo traen no se sienten vinculadas a él. La cesárea se humaniza ya en muchísimos paritorios de toda España. Y los que no lo hacen es por falta de voluntad.
Otro motivo de cesárea es que el bebé venga de nalgas, ¿tan complicados son estos partos?
No, realmente se sabe que la mayoría de partos de nalgas progresan sin complicaciones. Eso sí, si surge una complicación, suele ser en el nacimiento de la cabeza, porque la cabeza no está bien flexionada y puede quedar atrapada en la pelvis. En España hace unos veinte años se dejaron de asistir partos de nalgas porque salió un estudio a nivel mundial que decía que había que dejar de asistirlos por riesgo. Con los años este estudio se ha desgranado y se ha comprobado que estaba mal planteado y las conclusiones no eran adecuadas. La realidad es que tenemos muy pocos obstetras con experiencia en parto de nalgas, con lo cual no lo saben asistir y tienen miedo a complicaciones.
Leo en su libro que las relaciones sexuales placenteras aumentan la producción de oxitocina y dopamina, y dice que ambas hormonas producen vasodilatación aumentando el riego a la placenta y al bebé.
Vasodilatación es cuando los vasos sanguíneos, cualquier vaso sanguíneo de nuestro cuerpo se dilata un poquito, se expande, se abre, como que le llega más riego. Las relaciones sexuales aumentan ese riego a la placenta ya que los vasos se engrosan, se ensanchan y llega más cantidad a la placenta.
¿Qué beneficios tiene el sexo cuando se acerca el parto?
Produce oxitocina, que es la hormona del placer. También se genera oxitocina cuando alguien te da un masaje en la piel o cuando alguien caricia el pelo. La oxitocina es la hormona que se va encargar de que el útero se contraiga para que se produzca la dilatación y el nacimiento, en el posparto la oxitocina está por las nubes y favorece que se expulse la placenta y que la madre no sangre.
¿Qué pasa durante el embarazo con la zona genital de la mujer? ¿Por qué hay más sensación de placer durante las relaciones sexuales?
Para poder alimentar el cuerpo de la madre, la placenta y al bebé, las mujeres tienen más volumen de sangre durante el embarazo, y en la zona genital también, así que la vulva y el clítoris están mucho más irrigados. A la mujer embarazada le aumenta el ritmo sanguíneo. La zona está más llena de sangre y eso aumenta la sensibilidad, por eso es más fácil tener sensaciones placenteras y alcanzar el orgasmo. Al haber más circulación de sangre aumenta la sensibilidad.
Cada vez más hospitales públicos ofrecen bañeras para parir. ¿Por qué hay tantas mujeres que quieren parir en el agua?
El agua es un método analgésico de alta eficacia y es la alternativa más potente a la anestesia epidural. Hay mujeres que no quieren usar la epidural y necesitan algún tipo de analgesia. Meterse en un baño de agua caliente alivia. Tiene un alto grado de eficacia en disminuir la sensación dolorosa del parto. Muchas mujeres con una bañera de agua caliente consiguen llevar mejor el dolor sin pierder las sensaciones de pujo, además de poder moverse libremente.
Hubo polémica en las redes sociales por un video de una mujer pariendo en la playa. ¿Qué opina?
Creo que por encima de todo está el respeto a la autonomía de las mujeres. Si ella se informó y tomó responsabilidad de su decisión yo no puedo decir nada. Evidentemente, como profesional no recomiendo parir sola. Pero una vez formadas, informadas y siendo responsables de las decisiones... yo lo respeto. Lo que sí hay es un acoso y derribo a las decisiones que tomamos. Ardieron las redes con el parto en la playa pero nadie habla del peligro que conlleva la falta de matronas que hay en los paritorios.