El PSOE de Navarra mantiene su apuesta por un gobierno de izquierdas pese al veto de Ferraz
Ruido, desinformación, presiones externas. La Ejecutiva regional del Partido Socialista en Navarra no está dispuesta a descartar su apuesta por un gobierno progresista en Navarra. María Chivite mantiene su intención de pactar junto con Geroa Bai, Podemos e I-E una alternativa al Gobierno de la coalición de las derechas Navarra Suma.
Un plan que se mantiene pese a que fuentes oficiales del PSOE han confirmado a eldiario.es que Ferraz desautoriza a la líder socialista en Navarra y le impide intentar hacerse con el Gobierno foral por depender de la formación abertzale, tal y como adelantaron El Confidencial y la Cadena SER.
Será labor de Chivite, su equipo y de su enlace en Madrid, Santos Cerdán, secretario ejecutivo de Coordinación Territorial del PSOE, hacer entender que la apuesta del socialismo navarro no implica pactar con EH Bildu de forma alguna, ya que ni siquiera tienen previsto sentarse a hablar con la izquierda abertzale. A su favor juega la apuesta decidida del PNV por poner Navarra encima de la mesa: el presidente de Gipuzku Buru Batzar, Joseba Egibar, advirtió de que “lo que decidan los socialistas en Navarra condicionará la decisión del PNV sobre posibles pactos”, y los cinco parlamentarios jeltzales pueden ser decisivos en la investidura de Pedro Sánchez.
Y no es que el PNV hable de comunidades vecinas, como le acusan algunas derechas, ya que el partido es fundador de la coalición Geroa Bai, comandada por la todavía hoy presidenta, Uxue Barkos. Es cierto que la suma de los escaños de PSN (11), Geroa Bai (9), Podemos (2) e Izquierda-Ezkerra (1) suponen 23, más que los 20 de Navarra Suma (UPN, Ciudadanos y PP), pero todavía a falta de 3 de la mayoría necesaria. También es cierto que la abstención de EH Bildu es imprescindible, pero según el criterio imperante en la sede del PSN, la izquierda abertzale podría abstenerse sin negociación ni contrapartidas, simplemente por evitar un gobierno de la derecha.
Por eso insisten en que María Chivite “cumplirá con su compromiso con la ciudadanía y trabajará para construir un gobierno de progreso en Navarra”, posibilidad que no se ha dado desde hace 12 años debido a la travesía del desierto a la que abocó el agostazo de 2012. Entonces sí, la cuestión de Estado pesó más que el criterio de los socialistas navarros y Ferraz censuró el pacto que el entonces candidato, Fernando Puras, quiso materializar con Nafarroa Bai e Izquierda Unida.
Si María Chivite consigue mantener su promesas de intentar poner en marcha un gobierno de izquierdas pese a la presión de las derechas, el veto de su propio partido y las declaraciones de sus hipotéticos compañeros de gobierno, el miércoles se iniciará la ronda de contactos: primero con Geroa Bai, el jueves con Podemos y el viernes con Izquierda-Ezkerra. Salvado ese escollo, quedará por ver qué papel juega la izquierda abertzale, que ya ha advertido, no obstante, de que su apoyo, o su abstención, no serán gratuitos.