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Los socialistas navarros contra todos: las líneas rojas de Ferraz y las dudas de sus futuros socios

La reunión PSN-Geroa Bai de hoy.

Miguel M. Ariztegi

María Chivite y los suyos parecen dispuestos a asumir hasta las últimas consecuencias de su promesa de conformar “un gobierno progresista” para Navarra. Se enfrentan a la historia, pero también a la dirección federal del PSOE, que no ve con buenos ojos nada que tenga que ver con la ayuda -ni siquiera por omisión-  de EH Bildu; con la propia izquierda abertzale, que ha advertido a los socialistas navarros de que “todos los agentes somos necesarios”; y hasta con sus futuros socios, que dudan no ya de la sinceridad de los socialistas en Navarra, sino de su capacidad de decisión al margen de la política de pactos nacional que se decida en la sede de Ferraz.

El ofrecimiento de Javier Esparza (Navarra Suma, la coalición de UPN, Ciudadanos y PP) de facilitar la investidura de Sánchez condicionada al Gobierno de Navarra tras su entrevista de hoy con el rey ha terminado de complicar una situación que empeora por momentos. La reunión del PSN con Geroa Bai de este miércoles –este jueves será el turno de Podemos, y el viernes de Izquierda-Ezkerra– ha concluido sin despejar incógnitas: los cuatro partidos serán capaces seguramente de alcanzar un acuerdo que involucre a 23 parlamentarios para superar a los 20 de Navarra Suma, pero la abstención de EH Bildu seguirá siendo imprescindible para hacer presidenta a María Chivite.

Quizá por esa evidencia la mañana ha comenzado con la cabeza de lista de EH Bildu en la Comunidad Foral, Bakartxo Ruiz, acusando a la socialista de hacer “política ficción” al  tratar de obviar la fuerza de voto de los 7 parlamentarios de la izquierda abertzale: “Hay que hablar con EH Bildu, con todos los agentes que somos necesarios”, ha subrayado Ruiz. Una opinión compartida por Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, socios todavía del gobierno cuatripartito en funciones de Uxue Barkos.

Y para aclarar cuál es la senda que debe tomar Chivite para lograr su abstención, ha citado la constitución de los ayuntamientos, el próximo día 15, como “primera oportunidad del PSN de rectificar su trayectoria histórica”. Ruiz considera que “las decisiones se tienen que tomar aquí, no se pueden tomar en Madrid”. El Ayuntamiento de Pamplona es quizá el mejor ejemplo: el PSN no tiene ninguna intención de prestar sus 5 votos a EH Bildu (9) y Geroa Bai (2) para impedir la Alcaldía de Enrique Maya (Navarra Suma, 13). María Chivite tiene claras sus líneas rojas de no apoyar y no hablar con la izquierda abertzale, pero espera que la disciplina interna de EH Bildu le lleve a impedir un Gobierno de Navarra de derechas sin recibir nada a cambio. Pero ni siquiera eso convencería a Ferraz para dar luz verde a la operación.

La estabilidad de un gobierno en minoría

Así las cosas, la reunión con Geroa Bai, celebrada en el Parlamento de Navarra, ha transcurrido en un ambiente de “cordialidad”. María Chivite ha asistido acompañada por su secretario de Organización, Ramón Alzórriz, y la secretaria ejecutiva de Administraciones Públicas, Inma Jurío. Por parte de Geroa Bai han acudido la presidenta del Gobierno en funciones, Uxue Barkos, el número dos al Parlamento, Unai Hualde, el tres, Koldo Martínez, la candidata de Pamplona, Itziar Gómez, y la presidenta de Zabaltzen, una facción de la coalición, Ana Ansa.

El propio Hualde ha sido el encargado de dar un baño de realidad tras el encuentro: aunque coincide con los socialistas navarros en trabajar por un “gobierno de progreso”, ha preguntado cómo piensan conformar una mayoría -tanto de investidura como de estabilidad durante la legislatura- sin levantar el veto a EH Bildu. Y también ha considerado que “no debería haber problema para que todas las fuerzas políticas se reunieran”.

Ambas delegaciones se han emplazado a encuentros posteriores tras la primera toma de contacto, en la que Chivite ha sondeado la -buena- disposición de Geroa para prestarle sus votos y Geroa ha pedido al PSN que no se produzca otro agostazo. “Queremos saber si van en serio, porque tenemos serias dudas”, ha soltado Hualde, que ha recordado que la falta de seguridad sobre qué hará el PSN es algo que piensa “la ciudadanía navarra en general, en vista de los antecedentes”.

Sobre la conformación de los ayuntamientos, Hualde ha explicado que en la reunión han puesto sobre la mesa “cada uno su planteamiento en general” y “no es coincidente”, en referencia, una vez más, al veto de los socialistas a EH Bildu, partido al que Geroa sí considera parte de la “mayoría progresista” y merecedor de ayuda cuando se trata de enfrentarse a la coalición de las derechas Navarra Suma.

Alzórriz: ni hablar con EH Bildu ni 'agostazo'

El secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, ha trasladado a Geroa Bai que quieren “liderar un gobierno progresista, de izquierdas y plural”. El objetivo, ha dicho, es aglutinar una mayoría de 23 parlamentarios con Geroa Bai, Podemos e I-E para que María Chivite pueda presentarse a la investidura.

Ha insistido también en que no darán sus votos a Navarra Suma y tampoco se sentarán a hablar siquiera con EH Bildu; por eso ha negado que la postura de los socialistas navarros suponga un “desafío” a Ferraz: “Trabajamos en la misma sintonía que el Gobierno de España para conformar gobiernos plurales, de izquierdas, de progreso; entendemos que no hay ningún problema”, ha dicho. También ha negado cualquier posibilidad de que se repita la situación de 2007, el agostazo, cuando Ferraz vetó un acuerdo de los socialistas con el nacionalismo moderado y dio el Gobierno a UPN.

El ofrecimiento de Esparza –UPN– de colaborar en la investidura de Sánchez, sin embargo, unido al veto de Ferraz a cualquier opción que involucre a una imprescindible EH Bildu, lleva a pensar que la repetición de la historia está más cerca que la entente socialista-nacionalista. Sin embargo, María Chivite cree tener tiempo todavía de convencer a propios y extraños. El jueves sigue con Podemos.

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