La característica más llamativa de la última EPA es el brusco freno en la creación de empleo. En este segundo trimestre de 2016 se han creado 271.400 empleos, cuando en los mismos trimestres de 2014 y 2015 esta cantidad fue de 411.800 y 402.400, respectivamente. La tasa de creación de empleo anual ha sido del 2,43%, la más baja desde el tercer trimestre de 2014.
Utilizando series desestacionalizadas para omitir el efecto distorsionador de las épocas estivales, también obtenemos que la tasa anual ha sido muy reducida: un 0,29%, la más baja desde el primer trimestre de 2014. Estos resultados pueden estar señalando un cambio de tendencia importante en la evolución del empleo que no presagia nada bueno.
Otro elemento característico de esta EPA es que aunque la evolución de la población activa (la suma entre ocupados y parados) ha aumentado levemente, este efecto se ha concentrado únicamente en las mujeres. En el último trimestre la población activa femenina ha aumentado en 59.300, mientras que el número de varones se ha reducido en 4.600. Si tenemos en cuenta el último año, la suma de ocupados y parados ha caído en 139.900 personas. Esto nos revela que no todos los que han dejado de ser parados han pasado a trabajar.
También llama la atención que en el segundo trimestre de 2016 todo el empleo creado ha sido privado, ya que se han destruido 23.200 empleos públicos. En los últimos 12 meses el empleo privado ha aumentado en 395.700 personas y el público en 38.700. Se vuelve a poner de manifiesto que la prioridad de este Gobierno sigue siendo mantener e incluso reducir el nivel de empleo público.
En el último año toda la creación de empleo neta se ha dado en el sector Servicios, y muy poco en la Agricultura. En cambio, se han destruido 8.800 puestos de trabajo netos en la industria, y 15.700 en la construcción. Estos datos revelan que la economía española continúa acentuando su proceso de desindustrialización y su especialización en el sector terciario.
La creación de empleo no afecta a todos los grupos de edad por igual. De hecho, para el grupo de edad comprendido entre 30 y 34 años ha habido destrucción neta de empleo (-19.400) en el último año.
La temporalidad continúa siendo la protagonista. En el último año los contratos indefinidos han aumentado en 223.300 personas y los temporales en 202.200, cuando según la legislación española esta figura contractual debería ser la excepción. Este segundo trimestre de 2016 ha habido 43.500 contratos de un día de duración. En el mismo trimestre del año pasado hubo muchísimos menos: 26.200. Hace exactamente cuatro años esta cantidad ascendió a 32.900.
La parcialidad sigue siendo un enorme problema. La proporción de empleos a tiempo completo sobre el total ha caído desde el 85,3% al 84,7% en los últimos cuatro años. En este segundo trimestre de 2016, el 60,4% de todos los que trabajan a tiempo parcial desearían hacerlo a tiempo completo, pero no pueden. Este porcentaje hace cuatro años era menor: 56,4%