La presencia de nitratos en el agua de consumo humano es causa de preocupación a nivel de todo el país, dada su toxicidad relacionada con la formación de dos tipos de sustancias: nitritos y compuestos N-nitrosos. La reducción de los nitratos a nitritos puede ocasionar metahemoglobinemia principalmente en los lactantes menores de 6 meses, consistente en la “afección por la que hay una cantidad más alta de lo normal de metahemoglobina en la sangre. La metahemoglobina es una forma de hemoglobina que no puede transportar oxígeno, de manera que no llega suficiente oxígeno a los tejidos. Los síntomas de la metahemoglobinemia incluyen dolor de cabeza, mareo, cansancio, falta de aliento, náuseas, vómitos, latidos cardíacos rápidos, pérdida de coordinación muscular y piel de color azul”. Por otra parte, los nitritos reaccionan con aminas formando nitrosaminas, de las cuales se sabe, por estudios en animales y algunos estudios epidemiológicos en humanos, que tienen una actividad carcinógena. Por último, la formación de compuestos N-nitrosos se asocia con malformaciones congénitas.
Por todo ello, la Organización Mundial de la Salud, con el objeto de prevenir el efecto tóxico a corto plazo de los nitratos, estableció como nivel máximo permitido en agua potable un valor de 50 mg/litro. El Real Decreto de agua de consumo humano vigente en España establece, de igual forma que lo hiciera la Organización Mundial de la Salud, como valor paramétrico de los nitratos 50 mg/l, indicando además que los valores detectados cercanos por debajo al valor paramétrico de 50 mg/l deben considerarse como probables incumplimientos.
Según la información disponible en el Ministerio de Sanidad, la contaminación del agua de consumo humano por nitratos está presente en numerosos municipios de la España vaciada: Momblona, Alintesque y Bliecos en Soria, Villarejo de la Peñuela en Cuenca, San Salvador en Valladolid y un largo etcétera. En concreto, se tiene conocimiento de al menos 197 poblaciones, en las que se superan en el agua de consumo humano los niveles de nitratos permitidos. Según esos datos, se estima que, al menos un total de 1.016.359 personas en España se han visto en algún momento reciente afectados por episodios de contaminación por nitratos en su agua potable, aproximadamente el 2% de la población española.
Lamentablemente se tratan de datos parciales, pues el Ministerio de Sanidad señala que los nitratos solo fueron controlados en 2021 en el 62,8% de las zonas de abastecimiento, en el 12,4% de las infraestructuras y en el 11,4% de los puntos de muestreo. La parcialidad de la información disponible hace suponer que el número de municipios afectados es superior a los 197 identificados a partir de los datos suministrados por el Ministerio de Sanidad. De igual forma, podemos inferir que el número de personas afectadas es bastante superior a las 1.016.359 mencionadas, dado que muchos de los municipios afectados ven multiplicada su población durante los meses de verano.
La falta de análisis es todavía peor en el caso del parámetro nitrito, ya que únicamente se controló en el 57,5% de las zonas de abastecimiento, en el 11,5% de las infraestructuras y en el 10.9% de los puntos de muestreo. El panorama es desalentador puesto que, si bien es indudable que el número de controles analíticos ha aumentado en los últimos años, no se ha producido una reducción del número de incumplimientos, que desde 2008 se sitúa en valores entorno al 1,67% del total de controles realizados.
Las principales causas de la contaminación por nitratos de las aguas de abastecimiento se encuentran, por una parte, en el uso masivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura, especialmente en el regadío y, por otra, en la proliferación de la ganadería intensiva. Ambos producen la denominada contaminación difusa por nitratos, afectando tanto a las aguas superficiales (ríos, manantiales, fuentes,…), como a las aguas subterráneas. La mayor parte de los municipios afectados se encuentran ubicados o bien en zonas de regadíos intensivos, o bien cuentan en su entorno con numerosas macrogranjas. Concretamente, los municipios donde se ha detectado contaminación por nitratos en el agua de abastecimiento albergan, según datos del Instituto Nacional de Estadística, un total de 1.188.762 cabezas de ganado porcino, bovino, ovino y caprino, a lo que hay que añadir 4.546.935 aves de corral censadas .A modo de ejemplos, podemos señalar los casos de los municipios de Puebla de la Reina (Badajoz) con 710 habitantes y 876.448 cabezas de ganado censadas, de las cuales 845.836 corresponden a aves de corral; o Almazán (Soria) de 5.411 habitantes y 121.543 cerdos. En este último municipio, nada menos que más de 22 cerdos por habitante.
Este origen agrario (agrícola y ganadero) de los nitratos, es también la tesis de la Comisión Europea, en su recurso interpuesto contra el Reino de España el 30 de agosto de 2022, por incumplimiento de la Directiva 91/675/CEE relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos utilizados en la agricultura, la cual incluye también como fuente de contaminación el estiércol. Este último párrafo del recurso contiene el reproche de la Comisión a la falta de políticas de reducción de la contaminación producida por nitratos o la insuficiencia de estas: “La Comisión también reprocha al Reino de España no haber adoptado medidas adicionales o acciones reforzadas necesarias para remediar la eutrofización en la totalidad del país, a pesar de que los datos disponibles ponen de manifiesto que las medidas previstas en los programas de acción no están siendo suficientes para reducir y prevenir la contaminación”.
Este párrafo condensa el grave problema de la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por nitratos, y es uno de los muchos ejemplos que ilustran la inseparable unión entre salud ambiental y salud humana. Tan solo un medio ambiente libre de nitratos permite un agua de consumo humano sin este tipo de contaminación, que es sufrida en su mayor parte por los pueblos de la España vaciada.
Las políticas de reducción de la contaminación que posibiliten el acceso a un agua de consumo humano de calidad libre de contaminación química, deberían ser uno de los principales objetivos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en su tarea de evitar la despoblación del medio rural. Pues para poder evitar dicha despoblación es necesario mantener una elevada calidad del medio rural y de sus recursos naturales, garantizando entre otras cosas un agua de abastecimiento de buena calidad.
Resulta evidente que existe un grave problema de contaminación por nitratos en el agua de abastecimiento a la población de un buen número de municipios de nuestro país, que entre todos suman más de un millón de habitantes. Además, como hemos indicado anteriormente, todo apunta a que el número de municipios afectados, y por tanto la población, es bastante mayor.
El acceso al agua potable y el saneamiento es un derecho humano, considerado como tal por Naciones Unidas desde 2010, por lo que el hecho de que se esté suministrando agua contaminada, no apta para el consumo, a más de un millón de personas en nuestro país, supone un retroceso en cuanto a la calidad de vida en nuestro país. Además, se está afectando especialmente a municipios de la denominada “España vaciada”, contribuyendo así a que se vacíe aún más, pues no resulta precisamente atractivo vivir en un pueblo en el que ni siquiera el agua del grifo se puede beber o utilizar para cocinar.
Por todo ello, es esencial que se intensifiquen los controles en el agua de abastecimiento a poblaciones en todos los municipios de España, con el fin de detectar todos los incumplimientos en materia de nitratos. Asimismo, debería frenarse la expansión del regadío, y reducirse en el mismo el uso de abonos nitrogenados, y frenarse también la expansión de la ganadería intensiva, pues ambas actividades están produciendo daños ambientales muy importantes, y en muchos casos irreversibles. Y además están atentando directamente contra la salud de la población, especialmente sobre la que reside en la “España vaciada”.