Los empleos de Feijóo

19 de julio de 2023 06:01 h

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Uno de los lances más desconcertantes del cara a cara del 10 de julio pasado entre los máximos aspirantes a ocupar La Moncloa giró alrededor de los datos de empleo, con el candidato conservador acusando al presidente Sánchez de incapacidad para generar los puestos de trabajo que debía.

Me confieso algo escéptico sobre la relación directa entre la acción de un gobierno y el empleo. Además de elementos estadísticos (cambios en la metodología o influencia de la estacionalidad, por ejemplo), lo más relevante es que una buena parte de los empleos los crean los empresarios (también el sector público contribuye, claro) y lo hacen en función de un entorno global en el que la coyuntura económica internacional juega un papel destacado. ¿ Y el gobierno? Por supuesto que influye, tanto por sus políticas de demanda como, normalmente a medio plazo, de oferta. Pero no es el único factor ni posiblemente el mas decisivo, sobre todo desde que la política monetaria es autónoma y se decide a un nivel supranacional.

Con estas (serias) cautelas, echemos un vistazo al primer cuadro.

Con esta perspectiva comprobamos que la observación del candidato Feijóo difícilmente se sostiene. Durante la presidencia de Sánchez se han creado en España 1,1 millones de puestos de trabajo en términos netos (algo más cuando se conozcan los datos del segundo trimestre de este año), en línea con lo sucedido con las presidencias de González y Rajoy (pero en un período de tiempo mucho más corto), y sustancialmente mejor que en el tiempo de Suárez o Zapatero. Sólo palidecen estos datos ante los del período Aznar. Por trimestre, es el segundo mejor registro.

Pero el presidente Sánchez ha tenido que lidiar con un suceso exógeno, de ámbito internacional, de enorme impacto, como la pandemia. Escrutando lo sucedido en los últimos tres años, una vez pasado lo peor de la COVID 19, descubrimos que el ritmo de creación de empleo ha superado incluso la media del período Aznar. Es complicado argumentar en estas circunstancias con la métrica de la ocupación que el tiempo de Sánchez al frente del Gobierno de España ha sido un fracaso, máxime cuando sabemos que la calidad del mismo, gracias a la reducción de la temporalidad, se ha visto incrementada sensiblemente, como resultado directo de una reforma laboral a la que los partidos de la derecha se opusieron.

La estrategia argumental de Feijóo es más desconcertante para los que conocemos la economía de Galicia. Podemos replicar para Galicia el ejercicio anterior y observar como se ha comportado la creación de empleo con los diversos presidentes de la Xunta. Y establecer una comparación con España, muy ilustrativa: dado que los factores de contexto coinciden, incluidas la política económica del gobierno central, los elementos autóctonos (la política económica de la Xunta de Galicia y también la estructura económica propia: especialización sectorial, mercados de referencia, etc.) es más decisiva. Pues bien, esto hemos hecho en el siguiente cuadro.

Pues bien, la primera sorpresa (para el lector no gallego y para muchos que lo son) es que durante la larga presidencia de Feijóo se ha destruido empleo en Galicia. Es más, ha sido el período en que más ha caído la ocupación, con una considerable distancia sobre el segundo. Sólo durante el extendido tiempo de Fraga y, de forma mucho más intensa, en el concentrado mandato de Touriño ha aumentado el número de puestos de trabajo. Digamos que, en una aproximación inicial, el ganador es Touriño y el farolillo rojo, Feijóo. Pero, ¿no era un gran gestor?

Para evitar visiones simples hemos elaborado un cuadro comparativo con España. ¿Qué hubiese pasado en Galicia si la evolución del empleo hubiese sido la misma que en el conjunto del país? ¿Cuántos ocupados más (o menos) hubiésemos tenido? Pasen y vean.

Si Galicia se comportase como España, durante el mandato de Feijóo se hubiesen tenido que crear 48.570 empleos, pero como se han destruido 78.900, el déficit asciende a 127.470 ocupados. Este es el resultado comparado, que puede achacarse a factores varios, pero ahora, sin duda, la política de la Xunta de Galicia influye más. Y si Feijóo ha debido lidiar con el  efecto de la crisis financiera y la pandemia, el conjunto de España también: su influencia está descontada. No es un resultado ineluctable: el período Touriño muestra superávit de número de ocupados en Galicia, aunque es una singular excepción en nuestro ya dilatado autogobierno. Es cierto que las cifras comparadas no son tan negativas para el mandato de Feijóo como en las presidencias de Fdez. Albor, Laxe o Fraga (punto a favor), pero los que estudiamos la economía de Galicia sabemos que hasta el cambio de siglo el ajuste de la población activa agraria ha restado con singular intensidad vigor a la evolución de la ocupación neta. Y este efecto ha prácticamente desaparecido en los últimos años. 

Por tanto, no es sólo que el presidente Sánchez pueda presumir de una buena evolución de la ocupación durante su mandato; es que el presidente de la Xunta no puede decir lo mismo del suyo.