La Comunidad de Madrid es de nuevo el centro de la pandemia de COVID-19 en Europa. La segunda oleada de la pandemia ya está aquí, impulsada por la incompetencia y los planteamientos ideológicos privatizadores del Gobierno de Ayuso que sustenta Ciudadanos. La atención primaria sanitaria está desbordada; no hay prácticamente servicio de salud pública (rastreadores y seguimiento); la ocupación en hospitales y UCIs empieza a aumentar alarmantemente. Y todo ello antes de la reincorporación masiva de septiembre y, sobre todo, de una imprescindible ‘vuelta al cole’, que, como es ya habitual en Madrid, se aborda sin un plan serio, con improvisación, desorden generalizado, privatización de servicios (como las pruebas médicas al profesorado) y contradicciones internas en el Gobierno Ayuso.
En esta situación, los municipios madrileños están sufriendo el nuevo avance del virus de manera muy especial: la semana pasada, 15 de los 30 municipios españoles de más de 50.000 habitantes con más casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días eran madrileños, con Alcobendas, Parla y Fuenlabrada a la cabeza, y hasta Collado-Villalba en el puesto 29. En estas circunstancias el virus se ceba sobre todo en las localidades y distritos más empobrecidos por más de dos décadas de políticas urbanísticas, educativas, económicas, sociales y culturales tendentes a fomentar la desigualdad y la segregación económica y social, demostrando que el virus “sí entiende” de clases y situaciones sociales.
Los municipios madrileños se enfrentan a la pandemia sin el respaldo político ni los medios económicos necesarios para abordar sus importantísimas funciones y competencias para luchar contra ella. Lo primero que hay que denunciar es el clamoroso olvido al que, una vez más, y más allá de los casos excepcionales de alguna gran capital, han sido sometidos los municipios por parte de las administraciones superiores, los responsables políticos y muchos medios de comunicación. En el habitual tira y afloja entre Comunidades y Gobierno central que caracteriza la política de nuestro país, parece como si los municipios y lo municipal no existieran y no tuvieran competencias, incumbencias y responsabilidades en la pandemia, y no fuesen un actor político y social de vital importancia en esta crisis. Por poner un ejemplo, dicho desprecio sistemático a los ayuntamientos produce despropósitos como la gestión del Ingreso Mínimo Vital, que está fracasando, entre otras cosas, por no contar para su implementación con los servicios sociales municipales.
Y, sin embargo, el papel de los ayuntamientos sigue siendo fundamental. Por mencionar solo unas pocas competencias, son los municipios los que se ocupan de las escuelas infantiles, de la limpieza y mantenimiento de los colegios de primaria, de las actividades extraescolares, de los comedores escolares, de los refuerzos escolares, de la gestión de espacios de apoyo a los centros educativos, de la limpieza e higiene pública en las calles, jardines y otros espacios públicos al aire libre o cerrados, del control por medio de la Policía Local del cumplimiento de las normas sanitarias en espacios públicos y privados (las célebres terrazas, por ejemplo, o reuniones familiares), el control de horarios en establecimientos de ocio y de otro tipo, y un largo etcétera. Y todo ello deben hacerlo mientras sufren una alarmante falta de autonomía, de capacidad y de suficiencia financiera.
En efecto, los ayuntamientos tienen que abordar la pandemia cuando sigue vigente la infame ‘Ley Montoro’, que prácticamente “interviene” y limita sus cuentas, y cuando el Gobierno central, tras su criticado acuerdo con la FEMP, sigue impidiéndoles usar sus remanentes, a los que los tienen, y dotar de más medios económicos a los que se encuentran en dificultad,en contraste con las cuantiosas sumas que ha transferido a las CCAAs. De hecho, desde el inicio de la pandemia, sólo se ha hablado de los ayuntamientos en una ocasión: para sustraer sus ahorros, pues la única administración que ha hecho los deberes en cuanto a su deuda: 11.000 millones de superávit desde 2015, con el Madrid de Carmena liderando. A ello se suma, en Madrid, la suspensión del PIR (plan de obras públicas financiado por la Comunidad por medio de convenios con los ayuntamientos), lo que ha impedido, por ejemplo, la rehabilitación y acondicionamiento de centros escolares, que en las localidades del sur tienen en su mayoría ya 30 o 40 años, y, por ahora, la falta de financiación de ningún tipo para los refuerzos y mejoras urgentes que deben emprender los ayuntamientos para abordar la pandemia en lo referente a la vuelta al cole y en materia de seguridad pública e higiene. Recordamos que la Comunidad de Madrid ha recibido 1.600 millones de euros del Gobierno central, pero que nada de esa cantidad ha llegado aún a los municipios.
Esta es una situación que se debe corregir radical y urgentemente. Los municipios deben ser dotados económicamente y valorados por los actores políticos en la medida de sus muchas competencias. Y deben poder responder con eficacia, rapidez y cercanía institucional y humana a las exigencias que les hace, con toda la razón, la ciudadanía. Más Madrid, en su firme convicción municipalista, está y seguirá ejerciendo la mayor presión política y social para ello, pues nos parece un aspecto clave para la vertebración social y territorial de nuestro país. Por ello, hemos presentado mociones en todos los municipios en los que tenemos representación, exigiendo que se apoye a los ayuntamientos en su lucha de primera línea contra la pandemia, mociones que esperamos se conviertan en Declaraciones Institucionales con apoyo del resto de los grupos políticos. La ausencia del municipalismo en la gestión de la pandemia dificulta el control y la eficacia para combatirla, la solución pasa por más municipalismo y no menos, más proximidad y financiación directa, justo lo contrario de lo visto hasta ahora.
Mónica García (Diputada en la Asamblea de Madrid y portavoz de Más Madrid), Rita Maestre (concejala y portavoz de Más Madrid-Madrid), María Pastor (Diputada en la Asamblea de Madrid, EQUO), Gabriel Ortega (concejal de MM en Móstoles), Cati Rodríguez (concejala de MM en San Fernando de Henares), Gumersindo Ruiz (concejal de MM en Villaviciosa de Odón), Gonzalo Díaz (concejal de MM en Collado-Villalba), Fernando Romero (concejal de MM en Coslada), Unai Sanz (concejal de MM en Pozuelo de Alarcón), Jesús Pérez (Concejal de Más Madrid Compromiso con Getafe), Eva Martínez (Concejala de Más Madrid Leganés), Jose Luis Alfaro (concejal IU-Equo-Más Madrid de Rivas Vaciamadrid) y Álvaro Hernandez (Concejal MM Galapagar).