La Ciencia es esencial para el progreso del ser humano, cuyo desarrollo ha estado fundamentado en su particular proceso de conocimiento y de adaptación a la naturaleza, a ese mundo en el que en cada momento le ha tocado nacer, vivir y desenvolverse. Los resultados de esa secular interacción con su entorno han ido paulatinamente mejorando gracias al avance científico, y logrando con ello una mayor capacidad de supervivencia, longevidad y bienestar.
En estas líneas vamos a hacer referencia a los horizontes y retos actuales de la Ciencia y la investigación que la sustenta; y ello lo vamos a hacer en base a las reflexiones y propuestas generadas en el seno de un Grupo multidisciplinar de reflexión, formado por más de un centenar de personas pertenecientes a muy distintas disciplinas e instituciones que en su conjunto elaboraron un total de 540 propuestas sobre más de 20 áreas temáticas, muchas de ellas relacionadas con el propio ámbito científico.
Las propuestas y reflexiones que hemos seleccionado las vamos a agrupar en diversos temas que consideramos como más representativos en este contexto. Vamos a hacer así referencia a aspectos tales como: la Ciencia abierta y la transparencia divulgativa; el necesario apoyo a algunas disciplinas considerables como vanguardistas; la educación y formación científica, así como a la inversión y financiación de la Ciencia, y a la necesidad de que el avance científico tenga un importante componente de multidisciplinariedad.
En relación con la Ciencia abierta, existe un importante consenso en que los gobiernos y los organismos más cercanos al ámbito científico han de tomar medidas claras e inmediatas para impulsar el libre conocimiento de los artículos científicos y las investigaciones, fomentando jurídica e institucionalmente el intercambio libre y gratuito de los trabajos y sus resultados, de cara a poder conseguir logros como el de las vacunas contra el Covid, materia en la que gracias al impulso de la cooperación científica internacional, mediante el libre intercambio de datos, procedimientos y resultados, ha sido posible obtener así un buen número de vacunas en un tiempo récord. En este sentido se considera necesario evitar la indeseable situación de de que numerosas editoriales científicas se pueden enriquecer con suscripciones realmente caras, e incluso haciendo pagar a los propios autores importantes cantidades por publicar sus trabajos. Es muy conveniente por tanto un mayor nivel de transparencia científica y fomentar el impulso y la difusión de los repositorios de artículos y trabajos científicos a nivel nacional e internacional, y ello con un carácter abierto y gratuito, otorgando en nuestro país un papel relevante en esta tarea a las numerosas sociedades científicas (más de un centenar) de unas y otras disciplinas existentes en España.
Se considera necesario, por otra parte, potenciar el apoyo jurídico y financiero para el desarrollo de investigaciones en disciplinas punteras como la Nanociencia y la Nanotecnología, verdaderos pilares hoy día para el progreso social y el desarrollo sostenible, así como para la implantación y divulgación de la Inteligencia artificial, como medio esencial de eficiencia económica y progreso social. También se hace referencia a la necesidad de impulsar las investigaciones y la inversión de recursos en la Inmunología, ciencia biológica crucial para avanzar en la investigación y curación de un gran número de enfermedades, así como también el impulso del Big data, gracias al cual se puede generar un nivel de cálculo y obtención de datos impensable hace pocos años, y que permite obtener resultados realmente importantes en muy diversas disciplinas, tanto del ámbito de las ciencias de la naturaleza, como la Física, Química, Biología o Medicina, como de las ciencias sociales, tales como la Economía, la Psicología, o la Estadística.
Otro vector esencial para el progreso de la ciencia es la Educación y la formación científica. En este terreno se hace referencia a la necesidad de cambiar el modelo de investigación universitaria, de cara a propiciar una mayor proyección y eficiencia social de la misma. Es necesario considerar la formación científica como un servicio público y como una inversión de futuro, promoviendo ya desde las etapas previas a la universidad, una educación más enfocada a la investigación y las tecnologías, y potenciando el profesorado universitario a tiempo completo, dado que en numerosas disciplinas existe en las universidades una alta proporción de profesores asociados, cuyo rol y dedicación se apartan claramente de la investigación.
A la hora de potenciar la Ciencia es necesario, por otra parte, un claro impulso de la inversión y financiación de la actividad investigadora. A este respecto existe un claro consenso, en primer lugar, sobre el gran retraso inversor que en I+D+i existe en España y la necesidad urgente de llegar al 2% del PIB en recursos financieros destinados a la ciencia, para ir acercándonos progresivamente a otros países desarrollados que dedican más del 3% a la misma. En este sentido se hace referencia a medidas tanto políticas como económicas, y tanto públicas como privadas. Se postula sobre todo la necesidad de un Pacto de Estado claro y detallado en este terreno, que facilite entre oras cosas el emprendimiento innovador y la creación de nuevas empresas de base tecnológica, así como un reconocimiento social explícito del papel de la ciencia y la importancia de los científicos. También se propone la necesidad de abrir nuevas vías de mecenazgo y participación del mundo privado y la sociedad civil, así como potenciar la vuelta de investigadores emigrados. Algunas propuestas giran en torno a la participación de la banca en el fomento de alianzas y acuerdos entre investigadores y empresarios, mediante el establecimiento de créditos con condiciones muy favorables para las empresas e instituciones que apuesten por la Ciencia.
Otro aspecto a potenciar es la carrera investigadora en España, tratando de revertir además el envejecimiento progresivo de las plantillas universitarias, y facilitando en mayor medida el acceso a la carrera investigadora, así como la estabilización y promoción en dicha carrera, con unas condiciones mínimamente dignas que permitan desarrollar las crecientes vocaciones científicas existentes entre los jóvenes.
Finalmente, una dimensión fundamental de la Ciencia y el desarrollo científico, ya en el presente y sobre todo en el futuro, es el fomento de la multidisciplinariedad en el trabajo académico y científico. Se postula así la necesidad de incluir perfiles multidisciplinares en todos los órganos de gobierno de los distintos ámbitos de la política científica. Hoy día las tecnologías y los modelos científicos y conductuales permiten además la investigación interdisciplinar, esto es, aquella que se basa en modelos comunes y protocolos compartidos por distintas disciplinas y áreas de conocimiento. Resulta además necesario en este contexto establecer unos pilares que orienten el trabajo multidisciplinar, dedicando una mayor cantidad de recursos públicos y privados para ello, dado que las investigaciones siguen siendo en su gran mayoría monodisciplinares. Se trata, en definitiva, de fomentar en los centros universitarios y organismos de investigación un creativo y esperanzador diálogo entre disciplinas científicas y áreas de conocimiento.
Las anteriores ideas y propuestas vienen a reflejar algunos horizontes e ilusionantes retos que tiene la Ciencia actualmente, y que de llevarse a buen puerto pueden posibilitar un mayor progreso económico y bienestar social, aunque para ello es necesario que los responsables públicos y políticos de unas y otras ideologías asuman mancomunadamente la importancia de la Ciencia y los avances científicos para el progreso de la sociedad y la comunidad humana que habitamos esta Aldea global.