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La justicia comunitaria, una forma mejor de abordar el delito

Alex M. Calabrese

Juez Presidente del Centro de Justicia Comunitaria de Red Hook, Nueva York —

Los Estados Unidos son el país nº 1 en personas en prisión. Este sistema es innecesariamente caro, demasiado complejo y poco útil para las víctimas, infractores, y para el público en general al que sirve. Como Juez de la Ciudad de Nueva York, estoy orgulloso de decir que tenemos algunas nuevas soluciones en forma de Juzgados Comunitarios y Centros Comunitarios de Justicia.

Grandes ciudades como Nueva York, Madrid y Barcelona son similares. Todos compartimos el mismo dolor que surge cuando la gente toma malas decisiones en medio del desempleo, de la adicción a las drogas, las familias rotas o el estigma social. El sistema actual pone a los infractores en prisiones caras, penaliza con multas con ánimo recaudatorio y rompe la confianza entre los ciudadanos y la policía -todo ello mientras se pasa por alto que el sistema de justicia criminal debería hacer las comunidades mejores, no peores-.

Buenas ideas funcionan en todas las formas de gobierno. La justicia comunitaria no es de políticas de derechas o izquierdas, sino un enfoque que funciona para todos. Los Centros Comunitarios de Justicia reconocen que el infractor es miembro de la comunidad tanto antes como después de cometer el delito. Conceptos como los paneles restaurativos, los jurados juveniles, la justicia de resolución de problemas, la intervención sobre el lugar... son comunes en procedimientos que llevan a fiscal y juez al barrio para aprender a fondo sobre las causas y consecuencias de la injusticia, implican a la comunidad en encontrar soluciones, hacen que el infractor dé cuenta de su comportamiento, reparan el daño hecho a la víctima, facilitan la re-aceptación del infractor en la comunidad, y finalmente restauran la justicia para todos. El Centro Comunitario de Justicia se centra en situar al individuo en la vía del éxito para que no cometa el delito en el futuro. Esto libra al infractor del camino hacia abajo, detiene el sufrimiento de las que habrían sido víctimas, y ahorra al público incontable dinero que se puede colocar en otras áreas de necesidad.

Medimos el éxito. Los Centros Comunitarios de Justicia realizan evaluaciones internas, y tienen a personal externo haciendo la evaluación de nuestro programa. Solo en mi juzgado hemos visto un fuerte descenso del delito, hay un 20% menos de posibilidad de reincidencia, menos personas son puestas en prisión y más en servicios comunitarios. Sobre 50 Centros Comunitarios de Justicia han sido creados a lo largo de Estados Unidos y en otros países como Canadá, Australia, Inglaterra, Escocia, Irlanda, y Sudáfrica.

Los gobiernos que adoptan estos enfoques están poniendo los intereses de la gente primero y ahorrando millones de dólares. España y Madrid podrán sentirse afortunados y orgullosos adoptando medidas en esta dirección. Esta es una mejor forma de abordar el delito.