La portada de mañana
Acceder
Ribera comparece en el Congreso mientras se ultima el acuerdo en Bruselas
“No hay que ser matemático”: los científicos ponen la crisis climática ante los ojos
Opinión - Mazón se pone galones. Por Raquel Ejerique

Moción de censura: ¿hablarán de lo que importa?

Lara Contreras

Responsable de Incidencia en Oxfam Intermón —

Hoy se está celebrando en el Congreso de los Diputados el debate de la moción de censura al Gobierno. Definitivamente, la corrupción es uno de los problemas que más preocupa a la ciudadanía y problema que hay que atajar porque el dinero público debe invertirse para garantizar los derechos y satisfacer las necesidades de la población. 

Pero, hacer un debate de esta transcendencia debe aprovecharse para poner sobre la mesa los verdaderos problemas de la gente, los problemas que marcan el día a día de las personas. Tras los años de crisis económica, muchas personas han perdido el trabajo o han caído en la pobreza y la recuperación económica no les ha llegado, y no les ha llegado porque el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada en España. Esta asimetría se debe a que los beneficios de las empresas se les entregan a los accionistas a costa de precarizar el mercado laboral. Este país tiene a más del 13% de la población trabajadora en pobreza, siendo las mujeres y los jóvenes los más afectados. El sistema fiscal es injusto y está mantenido por los trabajadores, los que cotizamos y el gasto público no está atendiendo a las necesidades de los más vulnerables. En 2016, España logró batir su propio record de personas en situación de pobreza, con más de 10,2 millones de personas cuyas rentas se sitúa por debajo del umbral de pobreza. 

Pero, además, hay vida más allá de nuestras fronteras, más de 128 millones de personas en todo el mundo dependen de la ayuda humanitaria. Se estima que los conflictos y los desastres naturales continuarán siendo las principales causas de las necesidades humanitarias. A su vez, más de 240 millones de personas están desplazadas en el mundo, de ellas 65,6 millones son desplazados forzosos que huyen de la pobreza o la violencia. 

¿Hablarán los diputados y representantes del Gobierno de estos problemas?, ¿girará el debate en torno a lo importante? De qué queremos que hablen nuestros políticos, y digo nuestros políticos porque su responsabilidad es responder a ls que necesita la ciudadanía. 

Por supuesto que quiero que hablen de cómo terminar con la corrupción. Pero yo también quiero que mis políticos, cuyo trabajo valoro enormemente, pongan en el centro del debate la lucha contra la desigualdad como medida para reducir la pobreza. Además, quiero oír en el debate que la maría actual de la política, la política exterior, adquiera más prioridad, quiero oír hablar de solidaridad, de proteger a las personas que se desplazan, del rol de España en el mundo. 

Me gustaría que en este debate se pidiera un plan Nacional de reducción de la desigualdad que tuviese como objetivos frenar la precariedad laboral, así como reducir las diferencias salariales entre los salarios de altos ejecutivos. Un plan que asegurase un sistema fiscal progresivo donde paguen más los que más tienen y que garantice que el dinero que se recauda se reparte de forma equitativa llegando a las personas más vulnerables.

Y quiero oír hablar más allá de nosotros mismos, de lo que sale en la prensa, quiero un debate de mirada alta, de buscar un papel relevante en el mundo. Para eso la política exterior tiene que dejar de ser política de segunda. Quiero oír que queremos ser un país al que se reconozca fuera por nuestra solidaridad, porque queremos acabar con la pobreza y la desigualdad en el mundo, porque queremos proteger a las personas que sufren violencia, porque somos un país comprometido con la defensa de los derechos humanos.

Esto pasa por asegurar un aumento sustancial de la ayuda oficial al desarrollo que alcance el 0,4% del PIB en 2020.  Además, es imprescindible desmantelar la política de externalización de fronteras tal y como está concebida en Europa, fomentando vías legales y seguras para personas migrantes y refugiadas. Y pasa por no vender armas a países que pueden utilizarla para causar daños irremediables a civiles.

Esto es lo que yo quiero oír a mis políticos en un debate de moción de censura. Quiero que hablen de lo importante.