Por qué las mujeres no denuncian
El lunes, una más, otra mujer asesinada. Esta vez en El Alquian, Almería, una mujer que, según la Delegación del Gobierno de Andalucía, no había presentado denuncias previas por violencia machista, como si este dato fuera un salvoconducto para las instituciones: como no ha denunciado, no sabíamos que sufría violencia; cuando resulta que sólo menos de la mitad de las mujeres asesinadas durante los últimos años había denunciado previamente a su agresor.
A todo esto, la máxima responsable de Igualdad en el Estado español, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, envía por las redes sociales un mensaje ñoño de apoyo y cariño para la familia y amistades de la mujer asesinada. No lanza un mensaje airado contra la violencia machista, no dice: vamos a luchar, vamos a poner recursos para erradicar las violencias contra las mujeres, no grita #NiUnaMenos.
Sí, es la ministra del Pacto de Estado contra la Violencia de Género sin presupuesto, la que mantiene en el cargo a Lucía del Carmen Cerón como directora del Instituto de la Mujer, que afirma que el término machista es “un decir, un no sé qué, qué sé yo” y que responsabiliza a las mujeres por no saber decir que no a la violencia de género.
Y luego se preguntan por qué las mujeres no denuncian. ¿Que por qué las mujeres no denuncian la violencia? Por la falta de recursos institucionales, porque no existe un interés real ni una verdadera voluntad política para acabar con las violencias machistas, ni programas de prevención, soporte y apoyo a las mujeres en situación de violencia; no denuncian por vergüenza; por el deterioro psíquico causado por el maltrato continuado; por miedo: miedo al agresor, miedo a no ser creídas, miedo al proceso judicial; porque no quieren perjudicar al agresor, porque sólo quieren vivir tranquilas.
Las mujeres no denuncian porque el sistema penal no es neutro, porque el género no se ha incorporado a la interpretación y aplicación de las leyes y éstas van muy por detrás de las expectativas creadas. Las mujeres no denuncian porque en muchas ocasiones la respuesta penal a las violencias machistas se vuelve contra ellas, porque las ideas culturales dominantes, las reacciones y las resistencias del sistema patriarcal siguen difundiendo antiguos mitos y estereotipos, como el de las denuncias falsas que, a pesar los continuos desmentidos de diferentes estudios e informes judiciales, generalizan las sospechas sobre las mujeres.
Las mujeres no denuncian por las enormes dificultades existentes para acreditar la violencia cuando no hay hematomas ni contusiones; por las deficiencias de la investigación judicial sin lesiones físicas recientes. Las mujeres tienen sobrados motivos para resistirse a denunciar la violencia sufrida y en muchas ocasiones, en una proporción alarmante, renuncian a mantener la acusación.
Las mujeres no denuncian porque muchos agresores utilizan las contradenuncias o denuncias cruzadas para que se retiren o archiven las causas penales contra ellos; es tan fácil como que el hombre que ha sido denunciado como agresor por su pareja, denuncia a su vez supuestas agresiones de la mujer, aunque sean meramente defensivas, como arañazos o rasguños. En esta estrategia de defensa de los maltratadores y de criminalización de las mujeres, éstas son siempre sospechosas y casi siempre condenadas; la estratagema les da resultados, el sistema acaba imponiendo su propia lógica y apenas se habla de estas denuncias falsas; la estrategia de la contradenuncia pasa desapercibida pese a la paradoja de que de los juzgados de violencia contra la mujer puedan derivarse acusaciones y condenas contra mujeres que sufren violencia.
A todo ello, el gGobierno continúa impasible, ni sabe, ni contesta. ¿Será un problema menor? Gracias ministra, por ayudar a erradicar las violencias machistas.
Seguiremos gritando #NiUnaMenos #MachismoMata.