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La nueva frontera de las telecomunicaciones: el espacio

Secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales —
21 de septiembre de 2021 22:01 h

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Las infraestructuras sobre las que se desarrollan los servicios digitales son uno de los pilares básicos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Plan destinará una de sus partidas más elevadas, 4.000 millones de euros, a extender la conectividad a toda la población, impulsar el desarrollo de la tecnología 5G y establecer un ecosistema de ciberseguridad. Aunque España tiene la red de fibra óptica más extensa de la Unión Europea, con una cobertura poblacional del 85%, el Plan de Recuperación será decisivo para alcanzar el objetivo de facilitar cobertura de 100 Mbps a toda la población y para que la inmensa mayoría -el 75% de la población— tenga cobertura de 5G en las bandas de frecuencias declaradas como preferentes en la Unión Europea.

Pero además de la banda ancha ultrarrápida y la tecnología 5G, España apuesta por el desarrollo de las infraestructuras digitales transfronterizas de nueva generación que conviertan a España en un hub de datos. Entre ellas figuran las infraestructuras satelitales, alrededor de las cuales se está configurando el denominado sector del “New Space”, un sector que en 2020 facturó 369 millones de dólares y se espera alcance en 2040 una facturación de 1,1 billones de dólares. 

La aceleración de creación de valor en el sector del espacio viene de la mano de la irrupción de los pequeños satélites que, gracias al avance de la tecnología, permiten reducir el tamaño, coste, y tiempo de su desarrollo. Al mismo tiempo, permiten una ductilidad y flexibilidad de carga inteligente que facilita que puedan participar en actividades tales como la observación de la Tierra, la investigación espacial, el internet de las cosas (IoT) y –por supuesto- las comunicaciones (internet y 5G). Si a finales de 2020 había unos 3.372 satélites activos en órbita alrededor de la Tierra y 1.819 se utilizaban expresamente para las comunicaciones, podemos esperar en los próximos años una explosión del número de dispositivos en el espacio, a través de constelaciones de pequeños satélites en órbitas bajas frente a los grandes y costosos satélites tradicionales situados en órbita geoestacionaria a gran distancia de la Tierra.

La Unión Europea se ha sumado también a la economía “New Space”. El Comisario Breton marcó a comienzos de 2021 el objetivo de desarrollar una constelación de satélites europea antes de 2030, y que fue recogido posteriormente dentro de la comunicación de la Comisión Europea “Brújula Digital 2030: el enfoque de Europa para el Decenio Digital”. El objetivo del ambicioso proyecto es fortalecer la autonomía digital europea con una infraestructura de comunicaciones satelitales que proporcione comunicaciones gubernamentales seguras, basadas en tecnología de comunicaciones cuánticas. Al mismo tiempo, la constelación tendría otros usos como facilitar las comunicaciones de banda ancha a las zonas ultra remotas y tendría su uso con fines científicos.

España, como quinto contribuyente a la Agencia Espacial Europea, no puede quedarse atrás en apoyar los esfuerzos europeos. De un lado, la industria española a través de Hispasat, está colaborando en el diseño de la constelación europea. Por otro lado, el Plan de Recuperación prevé la participación de España en el Sistema Satelital de Comunicaciones Seguras de la Unión Europea, vehiculando los esfuerzos a través de  un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) específico para el sector aeroespacial, que actúe de tractor de las inversiones privadas sectoriales.  

Sin embargo, tan importante como las inversiones es la regulación del sector. En particular, la asignación de la explotación de recursos órbita-espectro y de las diferentes bandas de frecuencias para la prestación de los servicios de comunicaciones satelitales son los elementos imprescindibles para el desarrollo del sector, que son registrados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones y requieren de una intensa coordinación internacional. La Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales es la competente del procedimiento de tramitación, que habilita a empresas nacionales e internacionales para ofrecer servicios en territorio nacional desde los equipos que han desplegado en el espacio, sin causar interferencias perjudiciales entre ellas ni con servicios terrestres. 

Diversas empresas en nuestro país están incorporándose a este sector naciente y demandando los recursos de espectro para ello. La Secretaría de Estado ha tramitado ante la UIT más de ochenta solicitudes de recursos orbita-espectro. Por el momento y dado el largo periodo de tramitación que requiere la coordinación internacional, se han otorgado siete autorizaciones provisionales a fin de facilitar el impulso de las innovaciones asociadas a sus servicios.

La profusión de sistemas satelitales que ha supuesto la aparición de los pequeños satélites no geoestacionarios ha abierto también el debate sobre la actualización regulatoria de la tramitación de licencias. Como ejemplo, el regulador británico, Ofcom, ha realizado recientemente una consulta pública sobre aspectos relativos a cómo asegurar que el potencial número creciente de interferencias no perjudique la calidad de servicio o cause restricciones sobre la competencia. De igual modo, desde el sector de la observación del espacio existe preocupación por la contaminación lumínica que introduzcan estas nuevas constelaciones de satélites. No obstante, el lugar de la supervisión pública en éste nuevo ámbito de la economía es aún un territorio por definir, siempre conforme a nuevos tratados internacionales.

España no puede quedar atrás en el desarrollo de la economía del “New Space”. Más allá de lo noticiable del turismo espacial existe un ámbito de innovación y progreso científico emergente, con amplio potencial para contribuir a un crecimiento más sostenible. Dado el volumen de las inversiones requeridas, la Unión Europea es la plataforma de articulación natural de las futuras actuaciones de España, que habrán de apoyarse en la oportunidad que nos brinda el Plan de Recuperación para incentivar y potenciar el desarrollo de nuestra industria en este sector.