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Tres retos políticos para Europa: Refugiados, terrorismo y Brexit

Fundación Alternativas*

El Consejo Europeo de este viernes y sábado afronta los desafíos de carácter político más importantes que tiene en estos momentos la Unión Europea: la amenaza del Estado Islámico, la crisis de los refugiados y las exigencias de Cameron para no irse de la Unión Europea.

Esta es la valoración que hacemos quienes suscribimos, miembros del Consejo de Asuntos Europeos de la Fundación Alternativas:

La crisis de los refugiados

Es realmente vergonzosa la pasividad de la Unión Europea ante la crisis de los refugiados, y la lentitud en la implementación de sus propias decisiones como lo demuestra el hecho de que, a primeros de diciembre,  solamente se habían reubicado 169 de los 160.000 refugiados que la Unión Europea se había comprometido en septiembre a acoger y repartir entre los Estados Miembros (de los 800.000 que han llegado a Grecia e Italia este año). Casi 3.500 personas han muerto o desaparecido este año en el Mediterráneo, y entre ellas se calcula un 20% de niños.

Parece que la única preocupación de la Unión Europea es obstaculizar la llegada de nuevos refugiados, ya que la única medida que se ha puesto en marcha completamente es la operación militar SOPHIA para luchar contra el tráfico de personas, y ahora se propone la creación de un cuerpo europeo de fronteras y guardacostas, para cerrar más las fronteras, además de acelerar la devolución a los países de origen de aquéllos que no obtengan asilo. Hay países que están tomando decisiones unilaterales de protección de sus fronteras, e incluso se está considerando la posibilidad de suspender el acuerdo de Schengen, es decir, la libre circulación de personas.

Es necesario que el Consejo Europeo establezca como primera prioridad la asistencia humanitaria inmediata a los refugiados, y las medidas que impidan que continúe la pérdida de vidas. Deberían crearse corredores humanitarios, visados humanitarios para facilitar la llegada de los refugiados, en vez de hacerlo más difícil todavía. Cuanto más dificultades, más aumenta el precio de las mafias y el riesgo a morir en el mare nostrum, convertido en cementerio.

Además de acelerar la reubicación y reasentamiento de los refugiados, es preciso implementar un derecho de asilo común, con las mismas normas, en toda la Unión, incluyendo la revisión del reglamento  Dublín III para que todos los Estados Miembros (EM) sean igualmente responsables de tramitar el asilo, así como establecer un mecanismo, mediante el cual los demandantes de asilo puedan hacer su petición en los países de origen, que sea igual para todos los EM, con el apoyo del Servicio Europeo de Acción Exterior, especialmente en el caso de que algún EM no tenga representación en determinados países.

El terrorimos del Estado islámico

La cooperación entre los cuerpos de seguridad y los servicios de inteligencia de los EM, y con terceros países, es imprescindible para un combate eficaz contra el terrorismo yihadista. El coordinador de la UE contra el terrorismo no tiene los medios para ejercer su función. Es necesario considerar la creación de un Centro Europeo de Información y Seguimiento Contraterrorista, que maneje una lista única actualizable en tiempo real.

En lo que se refiere al Registro de Nombre de Pasajeros (PNR) europeo, hay que advertir que prácticamente la totalidad de los que han viajado a zonas de conflicto hasta ahora y han retornado de ellas, han sido identificados y controlados sin que existiera el PNR, y que ninguno de los atentados que se han producido en Europa puede ser achacado a una falta de control en los aeropuertos. Todas las medidas que se adopten y que puedan limitar, los derechos de los ciudadanos, deberán cumplir tres condiciones: ser absolutamente necesarias para garantizar su seguridad, demostrar fehacientemente su eficacia, y limitarse en tiempo y alcance a lo imprescindible.

El Consejo Europeo no debería eludir pronunciarse sobre la raíz del problema yihadista, que se ubica actualmente en el territorio ocupado por el Estado Islámico en Irak y Siria, así como sobre la solución política necesaria para terminar con la guerra civil en este país. La UE dispone de una herramienta, la Política Común de Seguridad y Defensa, cuyas posibilidades deberían ser consideradas para apoyar a Francia en su respuesta a los atentados del 13 de noviembre, más allá de las posibles cooperaciones bilaterales que ya se están produciendo. No destaca precisamente el gobierno español por acelerar esa cooperación solidaria, temeroso del recuerdo de la guerra de Irak, sin la cual difícilmente tendría hoy el Estado Islámico la fuerza que posee.

Brexit

El Consejo Europeo hará una primera evaluación de las peticiones que el Premier Cameron incluyó en su carta del 10 de noviembre al Presidente, Donald Tusk, para iniciar la negociación con la que Reino Unido pretende establecer una nueva relación con las instituciones comunitarias, antes de convocar un referéndum sobre la permanencia de su país en la UE, antes de finales de 2017.

En este punto, hay que decir que los tratados no deben ni pueden ser modificados por el deseo de un solo Estado Miembro, lo que además conllevaría una ratificación improbable en otros EM. Esto limita sustancialmente las posibilidades de ofrecer al Reino Unido una repatriación de competencias.

En todo caso, es inaceptable cualquier limitación a la libertad de circulación y residencia de los ciudadanos europeos dentro del territorio de la UE, ni ningún tipo de discriminación –incluidas las relativas a las prestaciones sociales-, pues esta es una de las cuatro libertades que constituyen la esencia y fundamento de la Unión, a la que no podría en ningún caso pertenecer un Estado que no las respetase.

No se debe tampoco acceder a que el Reino Unido tenga derecho de codecisión, ni mucho menos de veto, sobre asuntos relativos a la regulación de la Eurozona, a la que no pertenece por voluntad propia. Si desea intervenir en el gobierno del euro, solo tiene que aceptarlo como moneda nacional. Reino Unido no puede obstaculizar el progreso de la eurozona hacia una mayor integración económica -probablemente política- porque esa integración es un requisito imprescindible para mantener la moneda única, como ha demostrado la crisis.

* Firman este artículo: Diego López Garrido, Nicolás Sartorius, Enrique Ayala, Vicente Palacio, Carlos Carnero, Francisco Aldecoa, José Candela y José Luis Escario, de Fundación Alternativas.Fundación Alternativas