Reflexiones desde fuera del Palacio
Coincidiendo con el día de la Pascua Militar en el que, como ya es tradición desde 1872, el Rey Felipe VI y la ministra Cospedal dedican unas palabras a nuestras Fuerzas Armadas durante su discurso en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid, como portavoz de Unidos Podemos en la comisión de Defensa del Congreso no quiero desperdiciar la ocasión de compartir algunas reflexiones en torno a la situación de nuestra política de Defensa. Unas reflexiones que mucho me temo que no se escucharán entre las cuatro paredes del Palacio pero que afectan al día a día de nuestra Defensa, y de las personas y familias que trabajan para garantizarla.
Como ya pude anticiparle a la Ministra Cospedal durante su comparecencia de hace unas semanas, esta legislatura es crucial en el ámbito de la Defensa, y va a tener que dar respuesta a varios problemas que no se han respondido en los últimos cuatro años por parte de su predecesor, Pedro Morenés. Muchos de ellos vienen de lejos o se han agravado con los últimos cuatro años del Gobierno de Rajoy, en el que la mayoría absoluta dificultó la necesaria rendición de cuentas al parlamento y una fiscalización del Ejecutivo que desde Unidos Podemos vamos a realizar con nuestro mayor empeño. Igual han perdido ya la costumbre pero la Ministra, y el Gobierno en su conjunto, entenderán que el control parlamentario es una labor fundamental tanto para nuestra seguridad y defensa, como para el funcionamiento de nuestra democracia.
Una de los temas que va a tener que abordar la Ministra es el derecho que tienen los miembros de nuestra Fuerzas Armadas a una carrera profesional digna, cualquiera que sea el ejército, escala o empleo que ostente. Así, no hay motivo para discriminaciones impuestas por límites de edad, como las que afectan al personal de tropa y marinería con la limitación de los 45 años. Como conozco de primera mano, esa purga trasnochada que están llevando a cabo no se mantiene en otros cuerpos (Policía Nacional, bomberos o Guardia Civil), por lo que la inclusión de nuestro personal de tropa y marinería en la carrera profesional es una asignatura pendiente que vamos a tener que abordar. La aplicación de la ley de tropa y marinería en sólo una parte –es decir, en la finalización del compromiso a los 45 años para los militares temporales-, sin que se haya implementado de forma decidida y suficiente la otra parte –preparación, titulación y acuerdos con administraciones públicas y empresas‒ deja a estos ciudadanos militares en precariedad social y sin expectativas de integración laboral.
Por lo tanto, es fundamental una ley integral para refundir a todos los militares en una ley de carrera única. Y urgen medidas encaminadas a la reinserción laboral (recogidas en la propia ley), y un plan transitorio.
Sobre el derecho de asociación y participación también hay mucho que mejorar durante estos cuatro años. El derecho de reunión y manifestación están restringidos de forma efectiva entre nuestros militares, intentándose en la actualidad incluso su prohibición. Para nuestro grupo parlamentario es imprescindible que el cumplimiento de este derecho de participación democrática sea preferente y efectivo.
Otro de los grandes retos que desde Unidos Podemos consideramos que hay que hacer frente esta legislatura es la necesidad de dejar atrás el modelo de Defensa opaco e insostenible al que nos ha llevado tanto el PP como el PSOE. El ejemplo paradigmático de lo que representa su nefasta política de Defensa son los Programas Especiales de Armamento (PEA's). Estos planes ahogan el presupuesto de Defensa de nuestro país y, por lo tanto, de nuestra propia seguridad en los próximos años. Lejos de modernizar nuestro sistema de Defensa, como supuestamente pretendían, las políticas del PP y el PSOE han condicionado el presupuesto del Ministerio (y otros) hasta 2025 con estos programas que representan una losa para nuestro presupuesto. Ello, además, supone un coste de oportunidad para la adquisición de nuevos armamentos y tecnologías más apropiadas para los retos de seguridad actuales, como las ciberamenazas.
A la insostenibilidad a la que han sometido el presupuesto de Defensa con estas compras, hay que añadirle la opacidad que han practicado en los últimos años para los pagos de los PEA's. Así, el Gobierno de Rajoy ha recurrido a practicar un camuflaje contable a través de otras partidas presupuestarias, y ha obviado la necesaria rendición de cuentas para aclarar las cifras exactas de las refinanciaciones o las negociaciones con los fabricantes. ¿A cuánto asciende la factura total de los PEA's? ¿A cuánto equivalen los sobrecostes que se han producido desde los 27 000 millones de euros iniciales? ¿Cuánto se ha refinanciado desde entonces?
Hasta que el Tribunal Constitucional no les ha parado los pies este verano han recurrido varios años a una práctica presupuestaria irregular y vergonzosa en cualquier país democrático serio: pagar una factura que se sabe desde hace más de dos décadas que había que hacer frente con un fondo para imprevistos (el Fondo de Contingencia). Por si fuera poco, también en verano, otro tribunal ha puesto nuevamente en evidencia la gestión ineficaz del Gobierno con este asunto. Como señala un informe publicado por el Tribunal de Cuentas la dotación de personal que tiene el Ministerio de Defensa asignado para la gestión de los PEA´s, es insuficiente y con una rotación elevada.
Tras el freno de la justicia a estas prácticas irregulares de maquillaje financiero que llevó a cabo el Gobierno en las últimas legislaturas, el pago previsto para 2016 se pagará el próximo año, sumándose la factura de este año con la de 2017. ¿Qué coste va a tener este retraso en los pagos por la incompetencia y la opacidad del Gobierno? ¿A qué tipo de transacción se ha llegado con los fabricantes para que accedan al retraso en los pagos? Nosotros abogamos por acabar con la opacidad y abrir paso a una modernización inteligente, eficaz y transparente. Una modernización acorde a las amenazas actuales y no a un tipo de conflicto arcaico. Por eso, nos parece crucial abrir un debate amplio con expertos y colectivos de la sociedad civil a este respecto, y adecuar nuestro modelo de defensa a un mundo en cambio constante.
Para acabar, no puedo dejar de hacerme eco del dictamen del Consejo de Estado que se ha hecho público esta semana sobre la tragedia del Yak-42 en la que fallecieron 62 de nuestros soldados volviendo de una misión en Afganistán el 26 de mayo de 2003. En el dictamen se señala por unanimidad al que por aquel entonces era Ministro de Defensa, Federico Trillo, como responsable de la mayor catástrofe de nuestras Fuerzas Armadas en tiempos de paz. Por ello, mantener a este señor todavía hoy como máximo representante del Estado Español en el Reino Unido no sólo es un insulto para aquellos que nos consideramos patriotas, sino también una muestra de insensibilidad total hacia las familias. Aunque ahora que se renuevan a los embajadores el Gobierno quiera disfrazar su relevo con un “pseudo-cese”, la responsabilidad política de Federico Trillo en una tragedia de esta magnitud, y su gestión posterior, debe traducirse en un gesto rotundo y sin más engaños a la ciudadanía.
Por eso, coincidiendo con el día de la Pascua Militar quiero decirle a nuestros militares, y a la ciudadanía en general, lo que ya le avisé a la Ministra Cospedal hace unos días. El Gobierno no nos va a tener para seguir alimentando la opacidad, el retroceso en derechos o los chanchullos contables. Tampoco para alimentar las puertas giratorias en el sector. Ni para alimentar el falso patriotismo que este Gobierno practica una vez al año en los flamantes desfiles militares.
Ahora bien, sí vamos a estar para modernizar las Fuerzas Armadas frente a las amenazas actuales, para saber y trabajar qué modelo de FFAA queremos y necesitamos. Para dignificar las condiciones sociolaborales de nuestros militares, y estar con ellos en los buenos, y sobre todo en los peores momentos. Para que la democracia y los derechos entren en los cuarteles, y en el Ministerio. Porque para nosotros esa es la mejor forma de hacer patria.
Juan Antonio Delgado Ramos
Portavoz de la Comisión de Defensa por Unidos Podemos