Tercera Guerra Mundial

Después del terremoto nacional, parece que entramos en la WWIII. Recuerden estas siglas, porque las vamos a ver muy a menudo a partir de ahora. A las puertas de la Tercera Guerra Mundial, el mundo ya está polarizado. Alguien decide por nosotros y Europa tomará partido por Israel. No sólo lo digo yo. Lo ha dicho Donald Trump y lo ha anunciado Ursula von der Leyen. Con la boca pequeña, las potencias europeas han pedido que se vuelva a la negociación entre Israel e Irán, mientras el Reino Unido se apresta a enviar cazas de combate a sus bases de Oriente Próximo y la OTAN mira hacia el otro lado. “El ataque a Irán es una acción unilateral de Israel”, ha dicho su secretario general Mark Rutte.
Del Presidente de los Estados Unidos de América nos lo podemos esperar todo, cuando tras el bombardeo amenazó al gobierno de Teherán: “Lo sabíamos todo, e intenté evitar a Irán la humillación y la muerte”, declaró a la agencia de noticias Reuters. De la Presidenta de la Comisión Europea esperábamos un poco más de la discreción a la que nos tiene acostumbrados. Aunque ya estaba más o menos claro cuando, el día siguiente al 7 de octubre de 2023, la bandera israelí presidió los edificios de las principales instituciones europeas en Bruselas.
El tuit del domingo dirigido al primer minisrtro israelí desde la Cumbre del G7, que se celebra en un lugar de nombre exótico, Kananaskis -pero que se encuentra en Canadá-, va dirigido a un amigo en inglés, “Prime Minister @Netayanhu”, después de hablar con él. Y también se dirige a sus súbditos, nosotros, los ciudadanos europeos: “Israel tiene derecho a defenderse. Irán es la principal fuente de inestabilidad regional”. Más abajo lo reproduciré en su totalidad, con transcripciones.
Se trata de un extracto de la Declaración de Von der Leyen en la conferencia de prensa conjunta con el presidente del Consejo, Antonio Costa, antes de la Cumbre del G7 -G8 menos Rusia-: “Las democracias más grandes del mundo y las economías industriales más grandes se reúnen hoy aquí”. Se refería a un grupo hoy obsoleto: Canadá, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido. Y señalaba sin ambages que “los acontecimientos recientes han subrayado la creciente interconexión entre los conflictos en Europa, por un lado, y Oriente Medio, por otro. El mismo tipo de drones y misiles balísticos iraníes están golpeando indiscriminadamente ciudades de Ucrania e Israel. Estas amenazas deben abordarse juntas.” Brutal, esta declaración de amor y odio.
Ya está, lo ha hecho. Los conflictos bélicos de Europa y Oriente Medio pueden alcanzar dimensiones mundiales si nos situamos frente al mapa geopolítico que, desde 2009, está haciendo que el mundo gire del revés. A los miembros del G7 se han unido como invitados Brasil, India, Sudáfrica, Corea del Sur, Australia y México. Los tres primeros son miembros natos de los BRICS, que lideran China y Rusia, y que han condenado inmediata y repetidamente el ataque de Israel a Irán. Además de ser los países más grandes y más poblados del planeta, son los dueños de la mayoría de recursos naturales y de la producción industrial. Y éste es el nuevo orden mundial, por muchas vueltas que dé el mundo.
La grandes potencias emergentes vuelven a reproducir el mundo bipolar que caracterizó la segunda mitad del siglo XX, con la Guerra Fría. Y, de nuevo, hay que tomar partido. No importa que en la mayoría del mundo libre la gente salga a la calle gritando “Palestina libre”. Estamos en el otro lado de la historia. No voy a calificar aquí si es el bueno o el malo. Pero lo bien cierto es que hemos nacido en este lado, en Occidente. No importan nuestras amistades ni nuestras simpatías. Los ideales ya no existen. Detrás de Rusia está Irán. Y detrás de Irán está China… Y las líneas divisorias hace tiempo que se trazaron. El pueblo difícilmente las va a poder cruzar.
Y, bajo estas líneas, la transcripción prometida del post en X de Von der Leyen:
“Acabo de hablar con el Primer Ministro @Netanyahu -mi amigo-.
Seguimos con profunda preocupación los acontecimientos en Oriente Medio. Reiteré nuestro compromiso con la paz, la estabilidad y los esfuerzos diplomáticos que conduzcan a la desescalada. En este contexto, subrayé que Israel tiene derecho a defenderse -estamos contigo-.
Irán es la principal fuente de inestabilidad regional -el enemigo-.
Europa siempre ha sido clara: Irán nunca podrá adquirir un arma nuclear -sólo nuestros amigos-.
Existe una necesidad urgente de una solución negociada. (…) Los mismos misiles de Irán atacan indiscriminadamente ciudades no sólo en Israel, sino también en Ucrania -estamos en el lado bueno de la historia-.
También hablamos sobre Gaza. La situación humanitaria en Gaza es inaceptable. Reiteré nuestro llamamiento urgente para que se permita que toda la ayuda humanitaria llegue de inmediato a los civiles necesitados -no os paséis-.
La reanudación del alto el fuego y la liberación inmediata de los rehenes, para que se pueda lograr el cese permanente de las hostilidades, son imprescindibles -la condición-.
Toda una declaración de intenciones de la Unión Europea, de nuestro lado.
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