¡Visados humanitarios ya!

Diego López Garrido

Ex vicepresidente y miembro de la Asamblea de CEAR —

Siempre se había pensado que los viajes a Europa eran seguros y sin problemas…Hasta hace cuatro años. La guerra civil de Siria se desencadenó y empezó el éxodo de millones de personas. Primero, a lugares de la propia Siria. Luego, a países cercanos, Jordania, Líbano, Turquía. Por fin, a Europa principalmente a través de Grecia y de Italia. Pero Europa no ha estado a la altura del continente más democrático y defensor de los Derechos Humanos del mundo.

La aplicación del Convenio de Ginebra sobre los refugiados obliga a proteger a los refugiados. Pero sólo cuando llegan a la frontera de un país firmante. Lo que no soluciona es cómo se llega. No obliga a dar 'pasaje seguro' hasta allí. Y éste es el vacío que permite evitar u obstaculizar la llegada de millones de refugiados.

Esto es lo que le pasó a Aylan. Su familia estaba en Canadá, pero este país nunca le dio un visado en sus embajadas en Oriente Medio. Si hubiera tenido ese visado humanitario, la familia de Aylan le habría comprado un viaje a Canadá en una línea aérea y hoy estaría vivo. Pero ese visado Canadá no se lo dio. No le dejó otra opción que viajar en el 'barco de la muerte' hacia el continente europeo. Lo que sucedió lo vimos todos en los telediarios. Después le viene sucediendo lo mismo a miles de niños como Aylan.

¿Por qué los gobiernos de Europa no conceden visados humanitarios en sus embajadas a los Sirios que huyen de la guerra? ¿Por qué no admiten allí solicitudes de asilo? ¿Por qué desvían así a los refugiados hacia las redes de las mafias, únicas que 'aseguran' un viaje a Europa? Cada visado denegado es un regalo a un traficante y un viaje dramático o trágico hacia el lugar a donde quieren llegar los refugiados: Europa.

La Unión Europea no ha sido capaz de responder al desafío de los millones de refugiados del siglo XXI. Y al no hacerlo conjuntamente, cada país ha decidido por su cuenta, defendiendo los intereses nacionales más egoístas, levantando vallas y dando fin al Tratado de Schengen.

No es un problema fácil de resolver. No obstante, hay dos fórmulas que garantizarían un pasaje seguro a Europa: dar visados humanitarios a los refugiados que lo soliciten o permitir que se presenten solicitudes de asilo en las embajadas europeas, y no obligarles a pedir asilo en la frontera física del país europeo de destino, tras una diáspora de lágrimas, heridas y muertes.

Hay otra decisión clave para terminar con el calvario de los refugiados: el reasentamiento en la Unión Europea de quienes (4 millones) soportan desde hace años los campos de acogida, sin presente ni futuro.

Todas estas medidas forman parte de lo que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) lleva exigiendo en estos años.

Nada de esto, ni ninguna otra medida, se acordó en el Consejo Europeo de 18 y 19 de febrero, muy ocupado con el Brexit. Por el contrario, se aprobó una hipócrita declaración que dice que hay que proporcionar “ayuda humanitaria a los refugiados sirios”. La única decisión realmente humanitaria sería conceder visados y pasaje seguro a Europa. Sin embargo, las embajadas europeas los han negado siempre y los niegan sistemáticamente.

No sirve de remedio 'subcontratar' a Turquía para que haga de 'parking' de refugiados, como acordará el Consejo Europeo de la próxima semana. Los refugiados tiene derecho al asilo en el país que quieran sea su destino. Lo demás es mirar a otro lado. Y esto es responsabilidad de gobiernos y también de los ciudadanos.

Si estuvieran muriendo europeos en el Mediterráneo, habría cientos de barcos en su ayuda. En los primeros meses de 2016 ya han muerto ahogados en el mar más de 400 personas, la mayor parte mujeres y niños.

Este sábado 27 de febrero, cientos de personas nos manifestamos delante de la sede de la Comisión Europea en Madrid. El objetivo de ésta y otras manifestaciones –aún no masivas- en toda la Unión Europa era muy sencillo: pedir un pasaje seguro a Europa para los refugiados que quieren escapar de la guerra, o de años en campos de acogida sin posibilidades de educación para generaciones de niños y niñas.

Si no seguimos movilizándonos en toda la Unión Europea y presionando a los partidos políticos el viaje a Europa de millones de refugiados seguirá siendo una tragedia y éstos serán candidatos seguros a la muerte.