Hoy, 31 de marzo, día de la visibilidad trans, escribimos como colectivo de personas trans no binarias. Somos por tanto trans, es decir, personas a las que nos asignaron un género al nacer distinto del género con el que nos identificamos, siendo este último nuestro verdadero género; y somos también no binaries. No binarie es un término paraguas que engloba los géneros distintos a uno de los dos géneros binarios (mujer u hombre), por situarse en un espectro intermedio, fuera de él, en varios puntos, ya sea a la vez o en momentos distintos… Somos probablemente la parte menos visible y aceptada de la comunidad trans, partiendo del hecho de que las personas trans somos tremendamente oprimidas, sufriendo una constante violencia desde todas las esferas de la sociedad. Es por esto que hoy escribimos, para exponer nuestra realidad, es por esto que hoy alzamos la voz.
Alzamos la voz contra una sociedad tránsfoba que no solo no nos visibiliza, sino que además nos invisibiliza. No nos visibiliza cuando olvida o niega nuestra existencia como personas no binarias en todos los ámbitos, desde estudios académicos a formularios administrativos que nunca nos incluyen; y nos invisibiliza cuando nuestra lucha contra esta opresión es ocultada, cuando la violencia que sufrimos no ocupa espacios de debate.
Alzamos la voz porque, incluso cuando se nos visibiliza, esto no es sinónimo de respeto y aceptación de nuestras identidades y de nuestros cuerpos, sino que va incluso en detrimento de nuestra seguridad, integridad y salud, en todas las dimensiones: social, física y mental. Cada vez que nos visibilizamos y luchamos por nuestros derechos, ya sea en nuestros círculos familiares, laborales o incluso publicando este artículo, quedamos expuestes a numerosos insultos protegidos por el anonimato de las redes, a constantes cuestionamientos de nuestra identidad, de quiénes somos, y los consiguientes ataques de disforia y ansiedad que esto supone para muches de nosotres.
Alzamos la voz contra el creciente fascismo que no solo afirma orgulloso que busca legislar en nuestra contra y revertir los pocos derechos que hemos conseguido si llega al poder, sino que además se apropia de nuestros símbolos y de nuestra lucha con fines meramente electoralistas sin defendernos realmente como necesitamos. Un fascismo creciente tanto en este contexto político como globalmente; algo que las personas trans, al igual que muchos otros colectivos oprimidos, no podemos permitirnos. Los asesinatos de personas trans, que por supuesto quedan impunes, han crecido tras la victoria de líderes fascistas y nuestros derechos se han visto notablemente mermados. Políticamente, los próximos meses para nosotres no son una mera cuestión de nacionalismos, son cuestión de nuestros derechos fundamentales, de nuestras vidas.
Alzamos la voz contra la opresión e invisibilización lingüística que sufrimos, con una violencia académica e institucional que se niega a evolucionar. Es fundamental el reconocimiento del género neutro lingüístico, de la “e” neutra como expresión de género de muches de nosotres y que, además, permite no atribuir géneros. Comprendemos la dificultad de su uso sin conocerlo o sin estar habituade a ello, que sea algo difícil de encajar en lo gramatical de nuestras mentes; pero es mucho mayor la dificultad, el dolor, de ser tratade en un género que no es el nuestro, y es necesario que aquí llevemos a cabo un gran esfuerzo como sociedad. Pedimos que se respete cómo queremos ser tratades, al igual que se respeta el género de las personas cis (no trans), al igual que todo el mundo respeta sus nombres. Somos conscientes de que es más complejo que nuestro discurso llegue y cale utilizando la “e” neutra, de que se invisibiliza tras críticas y burlas al género neutro, pero no podemos renunciar a una parte tan importante de nuestra identidad y de nuestra expresión. Desde el discurso académico, una posición de poder, no puede mantenerse un obstruccionismo y negativa a la evolución, algo que supone una opresión directa sobre nuestras identidades.
Alzamos la voz contra la violencia de las instituciones médicas que nos siguen patologizando en sus clasificaciones nosológicas, contra las facultades de Medicina que siguen formando a les futures profesionales de la salud con contenidos tránsfobos. El acceso a procesos de transición médica de las personas que lo deseen no puede estar supeditado a características de índole clínica y es necesaria una despatologización real de nuestras identidades y no la continua sustitución en las nosologías de unos términos diagnósticos por eufemismos que mantienen la esencia patologizante (de nuestra disidencia y de otras). Garantizar la formación de profesionales sanitaries en disidencia sexual, de género y/o de cuerpo y en nuestras necesidades concretas de salud (por ejemplo, 2 de cada 5 personas trans no binarias ha realizado intentos de suicidio) es fundamental para alcanzar la equidad en el trato.
Alzamos la voz contra un sistema educativo que reproduce y perpetúa la ideología binaria cisheteronormativa que impera en la sociedad y que se niega a adaptarse y evolucionar conforme ésta lo hace. El sistema educativo no solo no nos incluye en la formación, lo cual hace mucho más complejo que luego nuestro discurso sea visible, sino que la opresión que sufrimos en centros educativos hace que nuestra participación en ellos quede marcadamente disminuida dificultando el acceso a la educación, ya que 4 de cada 5 personas trans no binarias ha sufrido acoso en los centros educativos con motivo de su identidad.
Alzamos la voz para recordar a los colectivos de disidentes sexuales, de género y/o de cuerpo que somos parte de esa disidencia, y que no vamos a permitir que aquelles con más privilegios en el colectivo sigan siendo las únicas disidencias priorizadas en detrimento de las minorías dentro de las propias minorías. Las personas trans no binarias no somos algo nuevo, hemos existido siempre, y también hemos existido históricamente en la lucha por la igualdad, es más, la hemos protagonizado en numerosas ocasiones. Estos colectivos han de hacer un esfuerzo por incluirnos y no priorizar como siempre la lucha y los espacios para hombres cisgays.
Alzamos la voz contra un Estado que no nos reconoce, que niega nuestra existencia y nuestras identidades, que ejerce violencia contra nosotres obligándonos a llevar en nuestra documentación géneros que no son los nuestros. Un estado en el que la falta de protección legal hacia nosotres es la norma, especialmente en el marco estatal, donde el legislativo es incapaz de sacar adelante una ley que por fin nos reconocería e incluiría. Esta desprotección se da pese al gran número de agresiones que sufrimos (aproximadamente 1 de cada 3 personas trans no binarias hemos sufrido agresiones físicas según los estudios), la gran violencia que se dirige contra nosotres, la dificultad que tenemos para acceder al ámbito laboral siendo abiertes respecto a nuestra identidad (1 de cada 5 personas trans no binarias ha sido despedida con motivo de su identidad).
Alzamos la voz para que si se nos visibiliza como personas no binarias, se nos visibilice a todes de manera interseccional: les racializades, les migrantes, les asexuales, les intersexuales, les neurodivergentes, les discapacitades, les trabajadores sexuales, les sin hogar, aquelles en la más brutal marginación. Alzamos la voz para recordar que son muchas las maneras de transicionar, que ser trans no es sinónimo de transicionar médicamente, y para defenderlas todas: las sociales, las médicas, las legales, las no médicas, las no legales, ninguna.
En definitiva, alzamos la voz para sobrevivir. Alzamos la voz y no vamos a dejar de alzarla para recordaros que existimos, que nuestros géneros son reales le pese a quien le pese y que los seguiremos expresando. Lo hacemos hoy, día de la visibilidad trans, y lo hacemos todos los días, para intentar visibilizar las opresiones que sufrimos y lo importante de avanzar hacia una equidad real y efectiva. Seguiremos alzando la voz.
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Estadísticas obtenidas de: Harrison, J; Grant, J; Herman, JL. A Gender Not Listed Here: genderqueers, gender rebels, and otherwise in the national transgender survey. No hay estudios de tal calidad que incluyan identidades no binarias con datos referentes a España.