Mariconez

Siempre los cariñitos / me han parecido una mariconez / y ahora hablo contigo en diminutivo / con nombres de pastel.

Seguramente te suene. Es una de las estrofas de Quédate en Madrid, la canción de Mecano que ha sonado durante treinta años y que esta semana dos concursantes del programa Operación Triunfo tendrán que cantar delante de varios millones de espectadores. Pero esto no va sobre Operación Triunfo, sino sobre la relación entre la cultura, la homofobia y la capacidad de corregir errores.

Los concursantes María y Miki no se sienten cómodos cantando un tema que utiliza el término ‘mariconez’ y han pedido al formato emitido en Televisión Española sustituir esa palabra para no ofender a nadie durante su interpretación. Parecía que les iban a permitir hacerlo pero de repente se han sucedido reacciones muy contundentes en contra.

Ana Torroja, cantante de Mecano que también forma parte del jurado del programa, ha sido clara: no les autoriza a hacerlo. Su argumento, además de repetir que el grupo de la movida no es homófobo, es que modificar una letra atenta directamente contra los derechos de autor y la propiedad intelectual de la canción compuesta por José María Cano.

Es lo mismo que ha dicho otro miembro del jurado, Joe Pérez Orive, especialista en marketing dentro de la industria musical, que ya ha adelantado que no valorará su actuación: “Viva Mecano al natural y sin censura. Si pides respeto, respeta. La música no se toca”.

Más allá del debate sobre los derechos de autor, la clave está en la justificación que Torroja ha hecho para dar su negativa: “No confundamos insulto homófobo con expresión coloquial. Cuando la canción dice: ‘siempre los cariñitos me han parecido una mariconez’, quiere decir que siempre los cariñitos le han parecido una tontería, bobada, estupidez, y hasta cursilería”.

Sin embargo, aunque Torroja intente achacarlo a la coloquialidad, decir que algo es una mariconez es homófobo. Igual que decir que algo es de nenazas o que es un coñazo es machista. Usted misma utiliza 'sinónimos' que no significan precisamente nada bueno para explicar su significado. Todos caemos en contradicciones y arrastramos comportamientos y expresiones machistas, racistas u homófobas. Lo importante es reconocerlo y corregirlas. Y eso dice bastante de los dos concursantes que han intentado cambiar una sola palabra para no ofender a nadie. Porque que Mecano escribiese Mujer contra Mujer no exime que el grupo no tenga expresiones homófobas en otros temas, aunque no hayan sido utilizadas con esa intención.

No se puede calificar a Operación Triunfo de ser un programa homófobo o machista. Es imposible. La visibilidad que han hecho varios de sus concursantes del colectivo, sus propias conversaciones sobre diversidad emitidas en prime time, la utilización del lenguaje inclusivo en redes sociales, que una chica y un chico transexual se besen delante de millones de espectadores en una televisión pública o que las letras de los singles de las concursantes de OT2017 reivindiquen que “yo decido el cuándo, el dónde y con quién” o “mira que bien me va sola, nadie a mí me controla”, son solo varios ejemplos de lo que ha hecho uno de los formatos que más influencia social tiene.

¿No se puede cambiar una palabra en una canción para no herir a nadie? La justificación que da Pérez Orive cojea por todas partes. La base del funcionamiento de Operación Triunfo es versionar canciones. Además, para agilizar el formato, todas las semanas canciones de tres o cuatro minutos pasan a los dos minutos y medio. Todos los temas se cortan, alterando así el “producto original”.

No es el único ejemplo. El año pasado la productora del programa pidió a la cantante Becky G que, si quería actuar en el programa, cambiase la letra de su canción Mayores por ser demasiado explícita. “Yo no quería cambiar la letra, pero era una gran oportunidad cantar en el programa”, explicó la artista. Pérez Orive no habló entonces de censura, como sí hace ahora con la canción de Mecano.

Si dos patas fundamentales de la industria musical no han tenido reparo en justificarse de esta forma para defender el uso de una palabra homófoba, ¿qué pasará dentro de las discográficas? A los concursantes de OT siempre les dicen que sean ellos mismos y tengan criterio propio. ¿Esto es lo que se van a encontrar dentro de la industria cuando intenten hacer caso del consejo?

Es normal que Ana Torroja se revuelva después de treinta años como icono pop porque una chica y un chico de apenas veinte años se sientan incómodos por cantar una de sus canciones. Nunca es tarde para hacer autocrítica, revisarse o defenderse con matices, pero Torroja ha preferido justificarse en una coloquialidad que no hace más que subrayar una homofobia que se perpetúa a través de la cultura. Démonos cuenta. La cultura es imprescindible para la perpetuación de códigos machistas, homófobos o racistas. Tenemos el poder y el deber de hacer autocrítica e intentar cambiar la realidad social con gestos tan pequeños pero imprescindibles como el de María y Miki.