El idealismo no es otra cosa que el materialismo puesto del revés en la mente de las personas. Cuando el citado idealismo llega a la red social del pajarito azul, se expresa con banderas virtuales y gritos de guerra.
Sin ir más lejos, la etiqueta #AporEllos es un berrido de apoyo a la Guardia Civil cargado de idealismo, algo tan absurdo que sólo sirve para alentar a un cuerpo militar cuyos efectivos se desplazan a Cataluña como una legión dispuesta a invadir las fronteras extranjeras. Algo así no se había vivido desde los tiempos de la División Azul, cuando Rusia era culpable y por quedar bien con Hitler, los fachas de entonces llevaron al matadero a buen número de infelices.
En el día de hoy -años después de aquello- la España más congestionada, la de cantina cuartelera y golpe en la mesa, nos viene a revelar que Franco no murió, que la muerte de Franco no fue más que un hecho biológico ocurrido en su persona; que la inmundicia de su herencia ha traspasado las estructuras psíquicas hasta formar parte de ellas y que la Transición fue la manera de adaptar el viejo régimen a las nuevas condiciones de un país que se va a nombrar como “demócrata”. Un país donde el que fuera príncipe luego fue un rey que asumiría una monarquía legitimada por el mismo Movimiento que llevó a Serrano Suñer a lanzar la consigna de los tiempos desde un balcón de Madrid: ¡Rusia es culpable!
Todo hay que decirlo y el Movimiento aquel, más que movimiento de peso intelectual, fue un movimiento de tripas vacías que, de forma paradójica, llenaría de mierda este país. Disculpen la metáfora pero pasó el tiempo, los de la División Azul volvieron con las orejas congeladas, cayó Hitler, cayó el Muro de Berlín, el principe que se hizo rey abdicó, heredando el trono su hijo legítimo y los chinos abrieron comercios a la sombra de los balcones para hacer negocio con la venta de banderas.
Bien mirado, son los chinos los que más están ganando con el idealismo que está dando la vuelta a la verdadera materia, un idealismo que se adapta a los tiempos y que va a sacrificar en su propio beneficio un régimen, el del 78, que va camino de la muerte, aunque los que pegan berridos y etiquetas virtuales todavía no lo sepan. No sé si algún día se darán cuenta de que la esclavitud es la libertad puesta del revés en la mente de las personas.