Dos vecinos discuten airadamente en el parque sobre el nuevo trabajo de la esposa de Pedro Sánchez y el máster de Pablo Casado. Son viejos conocidos. Uno repite con insistencia que a su nieto no le dieron un título como el de Casado y otro responde preguntando “¿y los ERES?”. No hay acuerdo. En el fondo creo que todo les parece mal, pero compiten por ver quien le reprocha al otro lo peor. “Y tú más”.
El fichaje de la mujer del presidente del Gobierno por el Instituto de Empresa se ha colado como trending topic en la tertulia de mi plaza del distrito madrileño de Ciudad Lineal. Licenciada en marketing, con “20 años de experiencia”, según destaca el Instituto de Empresa, dirigirá el recién creado Centro de Estudios Africanos, dependiente de la Fundación IE, nutrida con fondos públicos y privados.
Material para el reproche, con mis vecinos que mezclan la discusión con un nieto al que cuidar, el juego de las cartas y un perro que se distrae persiguiendo una pelota. Es mi última tanda como oyente, a la sombra de una acalorada discusión. En el fondo, eso sí, juraría que son viejos que se quieren. Son los mismos que volverán a encontrarse mañana y, si se van en agosto, a la vuelta se querrán todavía más.
Saludo y me despido. Hasta el mes que viene. Todo está cambiando en horas, pero intuyo que, a la vuelta, la charleta de mi parque seguirá con Sánchez, el avión, la mujer, la casa de Iglesias, Rivera, la bandera, Catalunya y un Casado incomprendido. ¿A quién no le dan un máster? Quién nos hubiera dicho que, en agosto, gobernaría el PSOE, que Rajoy era el pasado y que su sustituto estaba ya en la cuerda floja. Pablo Casado y el Supremo dejan su examen para septiembre.
Me pregunto qué será de aquellos que tienen un curro de verano, de esos de a 800 euros, metiendo horas como un reloj y, por supuesto, muy por encima de lo que marca el contrato. O por qué pagamos la luz a precio récord y antes nos contaban que era porque no llovía y, ahora, que ha llovido, que es porque hace mucho calor, como si tuviera que hacer frío en verano. No me lo ha de explicar Acebes, que espera el juicio de Bankia, haciéndose millonario en Iberdrola. Otro.
Queda pendiente que saquen al dictador del monumento que pagamos todos, hay inflación de caspa, el anuncio ha servido para quitar unas cuantas caretas y me pregunto qué pensarán estos nostálgicos sobre las andanzas de la familia, queriendo vender el pazo por 8 millones de euros y con Carmencita, duquesa de Franco con Grandeza de España, con finca en Sevilla a través de una sociedad en Panamá. Triana Enterprises, típica offshore con testaferros, ha recibido ayudas de la Junta de Andalucía y mantiene deudas con trabajadores.
Por cierto, para septiembre, ¿qué fue de aquello del rey emérito y los dineros? A la chita callando hemos dejado de hablar de aquellas acusaciones del dinero en Suiza, los testaferros, las comisiones, la lista de la amnistía fiscal… Al presidente Sánchez le preguntaron y respondió: “Tenemos una monarquía renovada y ejemplar. Con el Rey Juan Carlos también fue ejemplar. También, también, también”. Que vaya bien lo que queda de agosto, pónganse a la sombra y cuídense del bochorno.