Gracias a las informaciones publicadas en exclusiva por eldiario.es sobre los ya famosos correos de Miguel Blesa, esta semana hemos podido comprobar coÌmo funciona EspanÌa de verdad. Lo primero que hemos aprendido ha sido una leccioÌn de Historia. Miguel Blesa, Luis de Guindos, JoseÌ MariÌa Aznar, los consejeros Moral SantiÌn, BendiÌa o Romero, Alberto RuiÌz GallardoÌn o Esperanza Aguirre han estado viviendo claramente por encima de sus posibilidades. Pero usted no. Usted solo ha trabajado como un animal para llegar a fin de mes como podiÌa mientras ellos cazaban osos en Rumania, colocaban parientes con la educacioÌn baÌsica aprobada por los pelos, se prestaban unos a otros el dinero que a usted tanto le costaba ahorrar, o se repartiÌan tarjetas de creÌdito en negro mientras coleccionaban arte o bebiÌan vino del caro.
TambieÌn hemos aprendido coÌmo lo que realmente hace funcionar EspanÌa es la amistad. Los mails de Blesa ofrecen un acabado manual sobre coÌmo opera por aquiÌ el llamado 'capitalismo de amiguetes'. Es sencillo. No esconde secreto o ciencia alguna. No tiene usted que acreditar preparacioÌn, carrera profesional o experiencia. Lo uÌnico que debe probar es una buena, entranÌable y sincera amistad con el responsable poliÌtico que deba regular su actividad, vigilar su negocio, repartir concesiones y recursos puÌblicos y promover nuestros derechos. Ayuda mucho a fortalecer ese sentimiento haber contribuido generosamente a la campanÌa electoral, o estar siempre dispuesto a colocar a un pariente tonto o hacer un regalo caro y hortera.
En nuestro 'capitalismo de amiguetes canÌiÌ', los negocios se hacen al bulto, los miles de millones se cuentan de oiÌdo y las decisiones se toman con la desidia de quien sabe que seraÌn otros quienes paguen sus consecuencias. Para triunfar realmente en el 'capitalismo de amiguetes' conviene demostrar mal gusto, ser bastante choni y gestionar la empresa o la AdministracioÌn de turno pensando uÌnica y exclusivamente en el tamanÌo del bonus que se puede percibir a fin de anÌo. Cuantos maÌs accionistas, contribuyentes, trabajadores o clientes caigan reventados por el camino, mejor y maÌs grande seraÌ la recompensa.
Caja Madrid no representa una excepcioÌn. Hay que reconocerlo. Somos una potencia mundial en 'capitalismo de amiguetes'. AsiÌ se rigen las grandes empresas en EspanÌa y asiÌ se escriben sus relaciones con las administraciones. Miren en los consejos de de TelefoÌnica, Repsol, Endesa u otra cualquiera. ComprobaraÌn hasta queÌ punto EspanÌa es el paiÌs donde todos quieren tener un milloÌn de amigos y asiÌ maÌs fuerte poder caciquear. Se privatizaron entonces las empresas puÌblicas y se privatizan ahora los servicios puÌblicos solo a beneficio de los amigos y solo porque es bueno para los amigos. Estamos en manos de piratas de lo puÌblico y nosotros somos sus prisioneros.
No ha sido el uÌnico descubrimiento de la semana. La fiesta no termina jamaÌs en EspanÌa. Primero descubrimos que un punÌado de inversores en Bolsa y buroÌcratas comunitarios siÌ estaÌn legitimados para exigir un cambio constitucional. Pero si lo plantean unos cientos de miles de catalanes, o vascos, o gallegos, resulta ilegal, ilegiÌtimo, engorda, es pecado y ademaÌs fractura a la sociedad. Luego descubrimos que invocando un mal acuerdo entre los medios para hacer preguntas tasadas al presidente, Moncloa ha impuesto otro peor doÌnde no solo dice cuaÌntas sino quieÌn pregunta. Una regaliÌa que la prensa agraciada ha celebrado con champaÌn. 'Capitalismo de amiguetes', constitucionalismo de amiguetes o periodismo de amiguetes. Es EspanÌa, el paiÌs donde la exaltacioÌn de la amistad es arte.