Resulta muy entretenido hacer apuestas sobre quién ganará esta especie de Juegos del Hambre que libran los socialistas, con Pablo Iglesias en el papel de animador preocupado por saber quién manda para hablar con él. Tanto que hasta se nos ha olvidado un poco a todos dedicar algo de tiempo a pensar qué debería comprometer un gobierno de izquierdas con algún objetivo más que echar a Rajoy.
Ahí van algunas ideas sobre las cuales podríamos estar debatiendo, además de discutir por enésima vez lo mucho que quieren unos a España y lo poco que la quieren los otros.
1. Implementación urgente de una reforma fiscal que merezca tal nombre y satisfaga al menos tres condiciones: gravar las rentas del capital más que las rentas del trabajo, reinstaurar los impuestos que gravan la posesión de la riqueza y habilitar los recursos para reducir a la mitad el fraude fiscal que nos cuesta a todos más tres puntos del PIB al año, empezando por los más de trescientos cincuenta mil millones de euros ocultos en los diferentes artefactos financieros que sirven para evadir impuestos.
2. Poner en marcha un programa de estímulo de la demanda mediante el aumento del gasto público, incrementando la inversión en I+D+I competitivo y expandiendo los servicios públicos básicos, empezando por la atención a la dependencia, la sanidad y la educación.
3. Derogación inmediata de la reforma laboral para recuperar los derechos laborales perdidos, reinstaurar la negociación colectiva como eje de nuestra política de empleo, racionalizar las diferencias salariales, castigar la precariedad y la temporalidad y dejar de pagar a los empresarios para que nos dejen trabajar.
4. Puesta en marcha de una reforma constitucional que posibilite la celebración de referéndums como el demandando desde Catalunya, incorpore los derechos individuales y sociales de tercera generación, evolucione el Estado de la autonomías hacia un modelo de federalismo competitivo y resuelva sin complejos la cuestión republicana.
5. Implementación inmediata de medidas urgentes de regeneración democrática como la limitación de mandatos, las audiencias públicas para la selección de altos cargos del Estado, la mejora de los instrumentos y órganos de control, la paridad en las listas, la exclusión automática de imputados por delitos de corrupción, el fin de los aforamientos o la penalización de las puertas giratorias.
6. Reversión de los servicios públicos privatizados y externalizados con la excusa de la crisis. Poner fin de inmediato a este rescate encubierto de la sanidad y la educación privadas que financiamos entre todos vía conciertos.
7. Creación de una empresa eléctrica pública para acabar con la pobreza energética y los abusos del oligopolio privado que nos tiene secuestrados desde hace más de dos décadas. Creación de una banca pública que acabe con los abusos del oligopolio bancario privado que nos desvalija en cada comisión.
8. Cambio inmediato de la postura española respeto a las política de inmigración y acogida de refugiados en Europa. Por una vez Ángela Merkel tiene razón y las políticas de acogida a los refugiados ofrecen una oportunidad de futuro para nosotros los europeos, no una amenaza.
9. Derogación inmediata de la “Ley mordaza” y la “Ley de punto final” que obliga a terminar los sumarios en seis o 18 meses a pesar de su complejidad o la evidente falta de recursos.
10. Aprobación de una Ley de financiación de los partidos políticos que merezca tal nombre y les obligue a declarar con transparencia y veracidad quién y para qué les financia.
Por empezar a hablar de algo que tenga cierta importancia y nos afecte de verdad a todos.