El año pasado la movilización del 8M fue histórica. A todo el mundo, incluso a nosotras mismas nos pilló desprevenidas. Recuerdo que nos mirábamos en la concentración de la mañana y la manifestación de la tarde con los ojos brillantes como diciendo, estamos juntas, estamos todas. Porque allí se veían desde las estrellas del periodismo hasta las becarias. Fue un día histórico en el que nuestras fotos ocuparon las portadas de la prensa mundial, y para nosotras fue una jornada feliz e inolvidable.
No sé por qué este año existía, en ese mismo entorno de mujeres periodistas un cierto desánimo, derrotismo, casi diría desmovilización. Teníamos dudas. Empezaron las reuniones, asambleas en las que no éramos muchas y debatíamos qué hacer. ¿Podríamos superar lo del año pasado? No lo sabemos, pero entonces, por qué ese pesimismo como punto de partida. ¿Había mejorado nuestra situación en la empresa, en la sociedad, en casa, después de ese histórico 8M del año pasado? La respuesta es obvia. No.
El año pasado la reacción a la brutalidad y la injusticia judicial del caso de La Manada nos echó a la calle. Este año ¿por qué existe esa división si tenemos el espíritu de La Manada a punto de llegar a las instituciones estatales? En Andalucía ya están en el Parlamento sembrando el odio y generando dudas sobre conquistas incuestionables, como son las víctimas de la violencia machista.
Uno de los argumentos de muchas era que la huelga ya se hizo, pensemos otra cosa. Quizás el siguiente paso debería ser una huelga general cada año. Una protesta de mujeres y hombres que quieren un mundo mejor y más justo. Tenemos que unirnos quienes creemos en eso. Y no dejar que nos dividan ni nos desanimen, hemos encontrado el camino y no deberíamos dejarlo.
No quiero terminar sin enviar un mensaje a las mujeres que argumentan que nadie, ni mujer ni hombre, les tiene que marcar el tipo de mujer que deben ser. Tienen toda la razón. Es más, entre quienes nos manifestamos feministas no le estamos dando un modelo a seguir. Yo soy feminista, tengo alrededor todo tipo de mujeres que creen en la justicia e igualdad de derechos y oportunidades. No importa que sean más o menos femeninas, que lleven o no tacones, que decidan dejar su carrera profesional y quedarse en casa al cuidado de sus hijos… Lucho porque toda mujer pueda elegir su destino sin que nadie ni nada se lo impida, ni la haga sentir culpable por ello. Porque también defiendo a la compañera que no quiere tener hijos. O que decide apostar por su futuro profesional además de la crianza de sus hijos…Por todas saldré a la calle y haré huelga.
Postdata: En mi empresa tenemos un chat con compañeras de toda España. En Madrid estábamos dudando, medio divididas, debatiendo… Cuando reactivamos el chat, periodistas de las emisoras de todo el país empezaron a enviarnos su más rotundo y unánime apoyo a la huelga y la protesta. Empezaron a colgar sus fotos juntas, unidas. A veces son tan solo 2 o 3, pero ninguna parecía tener dudas de lo que se tenía que hacer. Una vez más la periferia nos marca la pauta. Gracias a todas. Sois estupendas.