Entrevista (falsa) a Alberto Casero

8 de febrero de 2022 22:34 h

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Hasta hace unos días Alberto Casero era un tipo anónimo. Su cara solo le sonaba a los vecinos de Trujillo, donde fue alcalde ocho años, y tampoco a todos. Su contribución involuntaria a la reforma laboral lo ha convertido en el hombre del momento.

Esta entrevista se realiza por Zoom. Casero tarda 19 minutos en dar con el botón que activa el micrófono.

A ver ahora. ¿Me oyes?

Le oigo.

¿Me oyes? ¿Sí?

Pónganse los auriculares.

¿Me oyes? ¿Hola? ¡No te oigo!

¡Señor Casero! ¡Los auriculares!

Ay, calla, que no me he puesto los auriculares. A ver, espera. ¿Sí? ¿Hola? ¿Me oyes?

Perfectamente.

¡Por fin! Chico, qué asco me da la informática.

Antes de nada, señor Casero, me gustaría saber cómo se encuentra.

Pues muy mal, no te voy a engañar. Tú imagínate que todo el país se entera de que tienes gastroenteritis antes siquiera de saber tu nombre. Hasta me han llamado de la Asociación Española de Gastroenterología. Quieren darme un premio por visibilizar su gremio, Míster gastroenteritis o algo así. Horroroso.

Si le sirve de consuelo, creo que la gente le va a recordar más bien como el que se equivocó en la votación.

Ojo ahí, que yo no me equivoqué, ¿eh?

Tenía un botón verde y otro rojo, y los pulsó mal cuatro veces.

Pues eso, un error informático. Lo que no puede ser es que convirtamos la democracia en el Candy Crush. He estado leyendo al respecto ¿y sabes qué? Creo que la culpa fue de la inteligencia artificial.

¿Qué inteligencia artificial?

La que usamos para votar. Creo que se ha hecho socialista. Es una cosa estudiadísima. Se llama singularidad tecnológica. De pronto, los ordenadores empiezan a hacer cosas por su cuenta, como en Terminator, ¿no sabes?

¿Está diciendo que el software de votación del Congreso ha adquirido autoconciencia y se ha hecho del PSOE?

Dicho así parece ridículo. Pero sí, es lo que digo. ¿A ti no te ha pasado que dices, qué sé yo, “tengo que cambiar de coche” y te empiezan a salir anuncios de coches en Instagram? Pues esto es lo mismo. ¡Las máquinas nos escuchan! Cuando mi cuñado tuvo un hijo, empezaron a salirle anuncios de tronas en Amazon. Eso, ¿qué? ¿Eso cómo puede ser?

Eso son las cookies.

Exacto, sí, las… Eso. Pues en el Congreso, lo mismo. Como en Terminator. Que no lo digo yo, ¿eh? Bill Jobs, el de Apple, lo dijo clarísimo. Que la inteligencia artificial es una amenaza. Y usó esa palabra: amenaza. Bueno, él lo dijo en inglés, pero ya me entiendes. Menace o lo que sea. Luego te mando el enlace. Si puedo, que lo del Outlook se me hace un poco cuesta arriba.

¿Los diputados no reciben formación en informática?

Sí, pero ese día estaba yo inaugurando una fuente en Castillejos y qué haces, no vas a dejar a la gente sin agua. Al final la política es cosa de equilibrios, ¿no me entiendes? Lo pones todo en la balanza y dices: la fuente.

Con el debido respeto, señor Casero, pulsar un botón verde o uno rojo no parece muy complicado.

Eso es como todo. Mira, yo me compré una Samsung de no sé cuántas pulgadas, con 4K y toda la gaita, y no soy capaz de sintonizarla. Aquí la tengo, con Divinity en el primer canal y Televisión Española en el 528. Pero, ¿qué pasa? Que a mí me das un municipio pequeño, como Trujillo, y te lo pongo en el mapa de las ferias agroganaderas. Te quiero dar a entender que cada uno es bueno en una cosa.

Entonces asume que se equivocó.

¡Que no, que no! ¡Que fue la IA!

Pero…

Escúchame. Fue la inteligencia artificial. Lo que pasa es que yo asumo que alguien más apañado para estas cosas de la informática pues a lo mejor toca un control alt lo que sea y te la hackea, ¿no me entiendes? Pero, chico, yo no sé. A mí se me pone chula una inteligencia artificial y me desbarata entero. 

¿Le ha pedido su partido que diga eso?

Sí. No. He dicho no, ¿eh?

Pero antes ha dicho sí.

La IA.

Señor Casero, gracias por concederme estos minutos.

De nada. ¿Cómo se cuelga esto ahora?

Dele al botón rojo.

¿Qué botón? No veo ningún botón.

El rojo. Solo hay uno.

¿Este?

Señor Casero, ha empezado a compartir pantalla. Estoy viendo su Explorer.

¿En serio?

Creo que debería cerrar esa ventana.

No, ojo, que ese no es mi Explorer, ¿eh? Yo jamás entraría ahí, yo no… ¿Sabes qué? Voy a desenchufarlo.