Con el presidente de la CEOE a la cabeza, Antonio Garamendi, a quince altos ejecutivos españoles, casi todos de empresas importantes como Iberia, Banco Santander, Mapfre, BBVA, Naturgy, Dia o Albertis, les pareció, por lo que sea, una buena idea hacerse una foto en la embajada argentina con Javier Milei, para que quedase constancia de aquel momento tan único y memorable. La cara de felicidad con la que posan para semejante pesadilla de relaciones públicas lo dice todo, seguramente todos muy preocupados al comprobar que, o no hay ejecutivas en España o son demasiado listas para meterse en semejante jardín.
La coartada alegada para justificar la imagen ha sido que todas esas empresas tienen ingentes intereses económicos y empresariales en la Argentina y su obligación como empresarios responsables era estar allí; que parece una cosa muy sensata y muy de empresarios dispuestos a todo, hasta a lo más desagradable, por crearle valor al accionista.
Pero resulta que la reunión no era con el presidente de la República Argentina, dado que Javier Milei no ha visitado España en condición de tal, sino como autor de uno de esos manuales de autoayuda para liberales con problemas de autoestima y como estrella invitada en un acto de precampaña de ultraderecha europea de cara a los comicios continentales del 9-J.
Si Milei no ha viajado a España como presidente de Argentina y se trataba de una visita privada, como se ha explicado desde su presidencia, la reunión de esos quince señores con cara de enorme satisfacción por haberse conocido se ha celebrado con un señor que sostenía ayer mismo que “la Justicia Social es aberrante” “el control de capitales es inmoral”, los “impuestos son un robo”, “el socialismo es un cáncer” y lo importante es que “el enemigo no gane”.
Se trataría entonces no de una reunión de negocios, sino de un acto de exaltación de la amistad. La imagen de camaradería significa apoyo y simpatía por esas ideas y sintonía y respaldo a la candidatura de la ultraderecha europea que las representa. Se han reunido con él porque les gusta lo que dice y se han fotografiado después con él para que se sepa.
Si ahora que se ha liado como tenía toda la pinta de irse a liar persisten en la disculpa de que ellos creían estarse reuniendo con el presidente de Argentina para enterarse de las enormes oportunidades de negocio que promete su gobierno, la cosa empeora aún más. Entonces se estaban reuniendo y fotografiando amistosamente con un mandatario que visita oficialmente España sin tener, ni la deferencia, ni el respeto, de presentarse ante el jefe del Estado, el rey Felipe VI, y el presidente del gobierno de España; incluso haciendo gala de ello mientras se abraza a su coleguilla, Santiago Abascal.
Cuesta imaginar cuán fabulosas serán las oportunidades de negocio que esperan hallar en Argentina para que a empresas españolas les compense prestarse a semejante menosprecio partidista hacían nuestras instituciones, dejarse utilizar políticamente por la extrema derecha y prestarse una fotografía de recuerdo para conmemorar semejante heroicidad. A no ser que estés muy convencido de lo que estés haciendo y la sonrisa de la imagen te salga del corazón. Por un camarada, lo que sea, aunque sea acabar en medio de un conflicto diplomático con tu propio país.