Todos los que trabajamos en temas de divulgación ambiental y seguimos con interés e inquietud la evolución del calentamiento global, sus evidencias y los pronósticos de los científicos al respecto, debemos reconocer la importante aportación que supuso el documental de Al Gore An Inconvenient Truth para promover la concienciación ciudadana sobre el grave problema del cambio climático.
Una contribución a la que viene a sumarse ahora la del inapelable documental de Leonardo DiCaprio, producido por Martin Scorsese para National Geographic, Before The Flood. Y digo inapelable porque nadie con un mínimo de empatía hacia el planeta y siquiera un pellizco de conciencia de especie acabará de verlo con el mismo estado de ánimo con el que lo empezó.
“Intenta hablar con alguien sobre el cambio climático: verás cómo lo evita”. Así empieza el documental. Y es cierto. A nadie le apetece hablar de algo que, aunque le afecte de manera directa, escapa a su control. Y ese es uno de los problemas que plantea mantener un debate sosegado y proactivo sobre una cuestión tan importante como el cambio climático: el más trascendente de los retos al que se enfrenta la humanidad.
Before the Flood está realizado desde la valentía y el compromiso personal con el que este gran actor y tenaz medioambientalista (así se presenta en su perfil de twitter @LeoDiCaprio) intenta hallar respuestas a lo que nos está pasando. “No hay combustibles fósiles limpios” asegura DiCaprio mientras nos muestra unas aterradoras imágenes de pozos de petróleo ardiendo, minas de carbón, explotaciones de gas natural, grifos y lagos en llamas por culpa del fracking o ponzoñosos campos de arenas petrolíferas donde antes había bosques.
Incluso pone nombres y apellidos a los principales responsables, las empresas que dirigen y sustentan el lobby negacionista para aumentar su riqueza a costa de la salud del planeta: Exxon, Chevron, BP, Shell, Industrias Koch y los think tanks que utilizan como voceros, como Americans for Prosperity, The Heartland Institute o The Heritage Foundation, de cuyos complots para mantener el statu quo fósil les venimos alertando en este rincón de eldiario.es.
Y también a los científicos y políticos vendidos a los intereses de las grandes compañías energéticas para negar el cambio climático: desde el temible senador James Inhofe, Presidente del Comité de Medio Ambiente (y máximo receptor de dinero de la industria petrolera), hasta Ted Cruz, Paul Ryan y el peor de todos ellos: Donald Trump.
Las imágenes del Ártico deshaciéndose bajo los pies de un DiCaprio cariacontecido o de las ciudades chinas desdibujadas por la contaminación ante su atónita mirada. Su gesto de espanto al sobrevolar miles de hectáreas de bosques primarios ardiendo para cultivar palma o su incredulidad al escuchar al presidente de Kiribati diciéndole que están comprando terrenos en Fiji para irse allí antes de que el mar acabe de tragarse su país son… conmovedoras.
Como lo son las frases que las acompañan, unos mensajes que entran en la conciencia como cuchillo en mantequilla: “Estamos destruyendo los ecosistemas que nos ayudan a estabilizar el clima”, “Pensábamos que la solución era cambiar la bombilla: pero los acontecimientos nos están superando”.
Me atrevo a asegurar que este documental es una auténtica arma de sensibilización masiva. Por eso les ruego encarecidamente que lo vean, y si es en compañía de sus hijos todavía mejor. Es un vídeo demoledor. Pero al final deja abierta una puerta a la esperanza.
Todavía estamos a tiempo de evitar que el mundo avance hacia las últimas y escalofriantes escenas de El Jardín de las Delicias, la obra maestra de El Bosco que narra el paso de la humanidad desde el edén virginal hasta el infierno y que sirve como hilo conductor a DiCaprio para narrar su historia, que es la nuestra. Las entrevistas con John Kerry y Barack Obama sobre la importancia de los objetivos fijados en el Acuerdo de París son un agarradero al que asirse para no caer en ese infierno.
La mala noticia es que ambos abandonarán la Casa Blanca próximamente. La buena es que el Acuerdo de París acaba de entrar en vigor. Y aunque muchos piensen que es solo un pequeño paso cuando deberíamos estar avanzando a zancadas, por lo menos es un paso en la dirección correcta.
Pueden ver Before The Flood con traducción al castellano y en abierto en YouTube.